Es la hija de Marta Luisa de Noruega y Ari Behn
Leah Behn, princesa ‘influencer’ y estrella del maquillaje
El año pasado, con 16 años, consiguió el Vixen Beauty Award a la mejor ‘influencer’ de belleza del país nórdico. En noviembre, debutará en Le Bal, en París
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No era una ganadora cualquiera. Podría compartir con otras jóvenes de su edad una preciosa melena dorada, unos profundos ojos azules como el mar del Norte o una piel luminosa como un rayo de luna sobre la nieve del ártico… la quintaesencia de la belleza escandinava. Pero, sin embargo, aquella joven que se ruborizaba ante los flashes de los fotógrafos con un little brack dress ribeteado en plumas de marabú, era una chica especial. De hecho, no era la primera vez que acaparaba los focos de los fotógrafos o enloquecía a la prensa por conseguir unas primeras declaraciones suyas. Era una estrella, sí, y su alegría era desorbitada, obvio, pero su mundo no era el del común de los mortales.
De aquel momento, hace justo ahora un año y estaba siendo coronada como reina de la belleza de su país. Sin embargo, ella, en realidad es Princesa real. Nieta de Reyes, mejor dicho. Su padre renunció al título que le correspondía por matrimonio -y por ende, también sus hijas- aunque eso no significó que la niña perdiera su sexto puesto en la línea sucesoria al trono de los noruegos. Leah Behn, hija de Marta Luisa de Noruega y del escritor Ari Behn, se alzaba con el título de mejor influencer de belleza de 2021 con tan solo 16 años, el Vixen Beauty Award.
Era la primera vez que la nieta del rey Harald V y la reina Sonia no era fotografiada en un acto oficial o institucional o solemne o familiar como integrante de la Casa Real Noruega. Leah Benh se había convertido, por méritos propios, a golpe de brocha de maquillaje, de horquillas y rulos, de baile coreografiado, de percha, plancha, dedal e hilo en toda una celebridad en la industria de la moda y la belleza. Cientos de miles de followers seguían a diario sus consejos, sus tutoriales, sus pruebas y errores con nuevas cremas, sombras de ojos o lápices de labios, millones de visualizaciones de sus videos virales en las redes sociales y las grandes marcas se rendían a su pies. Era la constatación. El Vixen Award la reconocía como la mejor influencer del país y atrás quedaban los tiempos en que acudía como una fan más -aunque royal- al lanzamiento en Noruega de una marca, como la Kylie Cosmetics y se amedrentaba ante tantas celebridades y famosos.
Esta semana descubríamos en las páginas satinadas de nuestra revista, el nuevo sueño que está a punto de acariciar esta bella joven aristócrata: su intención de participar en Le Bal de París, en el Hotel Sangri-La el próximo mes de noviembre, gracias a una entrevista que concedía a ¡HOLA! con la que podíamos conocerla un poco más y mejor. Su elección de Giambattista Valli para vestirla en este fastuoso baile en el que se dan cita los hijos de la alta sociedad internacional, su implicación con algunas de las causas sociales a las que se dedican los fondos recaudados en el evento… pero también, sus aficiones como la lectura, sus inquietudes laborales como estudiante de Comunicación, sus gustos musicales con Harry Styles a la cabeza, sus ídolos como Donatella Versace y, por qué no, las cosas normales de una chica de su edad a la que le encanta la playa, pasar el rato con sus amigos o bailar. El retrato de una joven de su tiempo para la que hablar de 2.0 queda viejo. Lo suyo casi es del metaverso.
Aquella noche en la que Leah dejaba de ser la mediana de las hijas de Marta Luisa de Noruega para convertirse única y exclusivamente en Leah Behn, un nombre sin necesidad de explicaciones en el mundo de la belleza, Leah tomaba el micrófono para agradecer el premio, primero a sus fans, a todos aquellos que la habían votado, pero acto seguido se le saltaron las lágrimas al recordar a sus padres. “Gracias mamá y papá por apoyarme siempre sin importaros el qué”. Con esa frase, se descubría al mundo que, quizás, porque para una princesa tampoco debe de ser tan fácil ser libre para desarrollar su creatividad y ser ella misma con los rígidos códigos que mandan en las Casas Reales... Se mostraba unas mujer fuerte y decidida dispuesta a cumplir sus metas. Únicamente diseñadas por ella misma. Marta Luisa, que acudió al acontecimiento, no dudó en contestar a sus palabras en Instagram: “¡Estoy tan orgullosa de ti, hija mía! Desde los dos años sabíamos tu padre y yo que ibas a hacer algo en maquillaje o moda. Tienes tanta dedicación a lo que haces y eres una gran inspiración para todos nosotros. Te amo, cariño”, escribió.
Y es que la relación que une a madre e hija es, tal y como relataba a ¡HOLA!, muy especial. “Admiro mucho a mi madre. Ella es una de las personas más fuertes que conozco. Me ayuda y me guía siempre con el consejo perfecto. Confío en ella con todo mi corazón y ella es verdaderamente la persona que me ha hecho tan independiente y segura de mí misma”, cuenta Leah en la revista. Y nos la creemos porque no son pocos los vídeos, tiktoks y post en las que ambas se confiesan la una de la otra, bromean, comparten escenas familiares… y sí, también bailes. Mítico fue para el país de la aurora boreal ver bailar a la Princesa Marta Luisa y a su hija con sendos sweters navideños con reno y pompón. O que ambas se identifiquen con Las chicas Gilmore, las tiernas Rory y Lorelai, de la serie de Sherman Palladino, que narraba la vida -y las dificultades no sin humor- de una madre soltera y su hija en un pueblo a las afueras de Nueva Jersey.
“Mi máxima inspiración proviene de mi mejor amiga, la mujer deslumbrante de quien recibí mi apellido y mi sangre. Mi madre nunca me dijo lo que tenía que hacer. Ella llenó nuestra casa de amor, diversión, libros y música, incansable en sus esfuerzos por darme modelos a seguir, desde Jane Austen hasta Eudora Welty y Patti Smith”. Es más, de su madre, relata, recibió el mejor consejo que, como profesional de las RRSS, la ha guiado estos años en los que ha ganado más de 90k en Instagram, casi 3M en Tik Tok y 20k suscriptores en su canal de YouTube: “Si estás haciendo algo por lo que nadie te odia o por el que nadie te dice que eres una rara, es que no lo estás haciendo bien”. De manera que nunca dudó en compartir sus rutina de cuidado de la piel por la noche; en aconsejar -o desaconsejar, si es lo que toca- tal o cual producto rompiendo con esa neutralidad que caracteriza a las figuras de la realeza; en mostrar su destreza con el maquillaje emulando a Natalie Portman en Black Swan; o imitando a Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York.
Sus menciones a su padre son mucho más escasas. Su trágica muerte un día de Navidad de 2019 aquejado de una fuerte depresión dejó a la familia destrozada. Especialmente, a la Princesa Marta Luisa, de la que el escritor se había separado en 2016 pero con la que mantenía una buenísima relación. De hecho, una de las primeras declaraciones sobre él que hemos podido escuchar a Leah ha sucedido en ¡HOLA! remarcando que, en un momento tan especial como el próximo Le Bal, será a su padre a quien más eche de menos. Y que si a alguien le gustaría volver a ver y conocer a fondo, ella “diría que a papá”. A él le debe también la elección de su nombre. Según la revista People, Behn reconoció que era un gran fan de las películas de ciencia ficción y en especial, de la saga de George Lucas y Steven Spielberg, de ahí que el nombre de su segunda hija fuera una recreación del de la Princesa Leia. “La más hermosa del mundo”, declaró.
De él tal vez heredó también un espíritu libre, poco convencional, lejos de ataduras, horarios y “cosas aburridas”. En una de las pocas entrevistas en televisión de Leah Behn, en Good Morning Norway, la influencer real confesó que ella no se veía en “ningún trabajo de oficina”, que sus metas estaban en otro sitio, en la moda, la comunicación, la creación. “Estoy muy orgullosa de ti, mi amor. Te atreves a seguir tus sueños y sigues tu intuición, has heredado ese toque artístico, esa luz que tenía tu papá… Estás hecha para compartir tu talento estético con el mundo. Y contigo en él, el mundo es un poco más hermoso”, le escribió su madre.
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