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La noticia de la muerte de doña Ana sorprendió a Kiko Rivera en la isla de La Graciosa, donde este viernes se casa su prima Anabel. El DJ tuvo dudas sobre cómo actuar tras enterarse del fallecimiento de su abuela, a la que siempre ha considerado su segunda madre. Después de compartir un desgarrador mensaje en el que aseguraba que la orden de Cantora era que no fuera nadie a despedir a la matriarca de los Pantoja, el sevillano tomó la decisión de viajar a la península para dar el último adiós a doña Ana y consolar a su madre. "A mí se me ha muerto mi abuela, pero a mi madre, sea de la manera que sea, se le ha muerto su madre… así que yo voy a ir a Cantora, evidentemente", explicaba en un audio enviado al programa Sálvame. "Si me dejan pasar le daré un abrazo a mi madre y me iré. Si no me dejan pasar, me iré igualmente", proseguía. Y se mostraba conciliador al afirmar: "Creo que es el momento de apartar ciertas cosas y tirar hacia adelante”.
Junto a Kiko viajaron su hermana Isa y su prima Anabel, así como Raquel Bollo, gran amiga de la familia, y Antonio Abad, el peluquero de Isabel Pantoja y uno de los mejores amigos de la colaboradora de Sálvame. Tras un largo periplo en el que cogieron un ferry y varios vuelos, aterrizaron en Sevilla sobre las 23:30 horas y pusieron rumbo a Cantora, situada entre Medina Sidonia y Vejer. Llegaron alrededor de la una y media de la madrugada. El DJ iba en un coche con Manuel Cortés, el hijo mayor de Raquel Bollo. Isa Pantoja, Anabel y Raquel Bollo iban en otro vehículo conducido por Antonio Abad.
Kiko permaneció en el interior de Cantora cerca de tres horas y el encuentro con su madre, según ha contado un amigo de Paquirri que se encontraba en la finca, fue "muy bien". Además, Ana Rosa Quintana ha asegurado en su programa que ambos "quedaron en verse para hablar de la herencia y de todos los conflicos que tienen abiertos". A las cuatro y media de la madrugada, el sevillano abandonó Cantora junto a Manuel Cortés sin hacer declaraciones a la prensa. Kiko no se quedó a pasar la noche en la finca, algo que sí hicieron su hermana Isa, su prima Anabel, Raquel Bollo y Antonio Abad.
En Cantora también se encontraba Agustín Pantoja, con quien Kiko mantiene un conflicto en los tribunales por "estafa, apropiación indebida y otra cosa más", según reveló el sevillano en Lecturas. Tío y sobrino se evitaron en todo momento, tal y como han contado en El programa de Ana Rosa.
Kiko llevaba más de un año sin entrar en Cantora. Hay que recordar que la felicidad de la familia Pantoja saltó por los aires el 2 de agosto de 2020, durante el cumpleaños de la cantante de Marinero de luces. Aquel día, según reconoció el DJ en una demoledora entrevista, vio, por casualidad, que en la habitación de Paquirri, que estaba siempre cerrada con llave, estaban todos los objetos personales de su padre, cuando en su día se denunció que los habían robado. "Ahora entendéis cuál es el motivo por el que mi vida cambia", afirmó tras esta revelación, y fue entonces cuando comenzó a investigar la controvertida herencia del torero.
"Me han engañado y me han robado, a sabiendas de que lo estaban haciendo. […] No voy a poder perdonar a mi madre y mi padre, desde donde esté, tampoco. […] No hay explicación a lo que ha hecho, no existe razón lógica, lo que yo he descubierto es de una persona enferma que está cegada por el dinero. […] Yo he sido una tarjeta de crédito para mi madre", aseguró Kiko en el programa Cantora: la herencia envenenada, de Telecinco.
Pese a la brecha que separa a Kiko Rivera e Isabel Pantoja desde hace más de un año, el DJ ha querido estar con ella y arroparla en un momento tan duro para toda la familia. El sevillano ha dejado a un lado todo el dolor y las rencillas personales para despedirse de su abuela y reencontrarse con su madre.
Isa Pantoja, por su parte, también ha podido entrar en Cantora después de su comentado salto de la valla. El pasado 23 de diciembre, la colaboradora de El programa de Ana Rosa tuvo que tomar esa drástica decisión para poder ver a su madre y hablar con ella. "Mi madre está mal, no quiere estar con nadie ni ver a nadie (...) Es ella la que quiere estar al margen. No es la culpa de nadie, ella es consciente y no quiere. Realmente conmigo no tiene que tener una conversación de nada... con el que tiene que hablar es con mi hermano", aseguró.
Para Anabel Pantoja tampoco habrá sido fácil entrar de nuevo en Cantora. La colaboradora de Sálvame ha sufrido mucho -y lo sigue haciendo- con el conflicto de su familia. "Me duele que haya pasado esto porque yo he crecido en Cantora y ahora he visto a mi familia en un juicio. Todo esto me parece surrealista", decía Anabel en su programa. "Cada uno tiene su vida y yo me alegraré de lo que hagan, pero no me quiero posicionar. Aunque pasara algo jamás me veréis hablar mal de ellos porque eso para mí es algo antinatural", explicó.
La muerte de doña Ana ha empañado la boda de Anabel Pantoja. Sin embargo, la colaboradora sigue adelante con sus planes después de hablar con su tía Isabel y ha decidido homenajear a su abuela durante la celebración.
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