Final feliz para el drama turco

Así ha terminado ‘Mujer’, el fenómeno que ha enganchado a miles de espectadores en todo el mundo

La historia de Bahar ha servido como inspiración y motivación para muchas mujeres, que han convertido a este personaje en una abanderada de la lucha y el empoderamiento femenino

Por B. Moreno

"Mujer, una historia dedicada a las mujeres que nunca se rinden y a los hombres cuyos corazones están llenos de amor”: con esta frase sobreimpresa en la pantalla, que no podría definirla mejor, llegó a su fin la serie revelación que ha robado el corazón a la audiencia y la ha tenido en vilo capítulo tras capítulo. El relato de Bahar, interpretado magistralmente por Özge Özpirinçci, ha sido un camino cargado de dificultades que la han convertido en uno de los símbolos de lo que significan la lucha y el empoderamiento femenino. Ademas, ha reivindicado la idea de que la mujer puede ser buena madre y darse una segunda oportunidad en el amor sin que eso sea un problema. Un bonito y motivador cierre para una triste historia con un final feliz, donde quedó claro que, quien lucha por conseguir la felicidad, la acaba alcanzando.

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Un compromiso con sorpresa

Bahar está feliz por la futura boda de su amiga, no sabe que su alegría aún puede crecer más. Todos se visten con sus mejores galas para la pedida de mano de Ceyda y Raif, pero lo que no espera la protagonista es que, como se suele decir “de una boda sale otra boda”, y, en este caso, de esa cita saldrá una segunda petición. Una vez reunidos, Enver toma la palabra y sorprende a todos al pedirles a Nisan y Doruk la mano de su madre en nombre de Arif. Los niños dan su aprobación y Bahar, que acepta la proposición, rompe a llorar de la emoción. Acto seguido, Facilet corta el lazo rojo que une los anillos de Raif y Ceyda, y Enver, después de un bonito discurso, hace lo propio con Bahar y Arif, quedando así comprometidos. Felices, las dos parejas se besan y abrazan con todos los suyos.

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El bonito gesto de Arif

Tras el compromiso, los niños se muestran preocupados por dónde van a vivir cuando su madre y Arif se casen, y Doruk, además, quiere saber si ella cambiará de apellido cuando contraiga matrimonio y ya no llevarán el mismo. Bahar les responde que se irán a una casa más grande donde puedan vivir de manera más cómoda. Mientras Nisan trata de explicar a su hermano lo del cambio de apellido, Arif, en un precioso gesto, la interrumpe para decirles que su madre no tiene que hacer nada que no quiera, que nadie manda sobre ella porque es una mujer libre. Ante los miedos del pequeño, Bahar decide que no los cambiará, algo a lo que su futuro esposo no se opone porque solo quiere que sean felices.

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Una estrella de las letras

Bahar acude con Facilet a una reunión de trabajo sobre la novela, tantas horas de conversación han quedado ya plasmadas en Mujer, su nueva obra, y ahora van a elegir la portada del libro. Ahí se descubre todo un detalle de la escritora hacia la protagonista del relato, pues aparece el nombre de Bahar Çesmeli como única autora: “Yo solo he puesto sobre en papel tu historia. Te expresas tan bien y es tan bonito lo que cuentas que no he tenido que añadir nada. Decidí que yo sería la correctora del libro, no la escritora”. Acto seguido, una emocionada Bahar escoge como portada una bonita foto suya con Nisan y Doruk.

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Tres meses después, la novela es todo un éxito y ya se han impreso varias ediciones. Bahar sube a un escenario donde es ovacionada tras un motivador discurso donde confiesa que, no solo relata la historia de una mujer, sino también la de hombres maravillosos que no las ven como una propiedad sino siempre con amor, y agradece por ello a Arif y Enver. También dedica unas palabras a todas las que, como ella, lograron salir adelante: “Llegamos al final de mi historia. Una mujer especial me dijo: 'No tienes que contarla para mostrar que has triunfado, sino para que otras mujeres vean que puedes hacerlo'". "He cometido errores, he hecho sufrir a la gente que quería y no he podido cumplir alguna promesa. También me he caído y he aprendido que nada podrá vencerte mientras te quede amor”, afirma con rotundidad.

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El final de Sirin

Sirin obtiene su castigo. Tras la dura decisión de Enver de delatarla ante la policia para que pague por haber acabado con la vida de Sarp y haber intentado hacer lo mismo con la Doruk, es ingresada en un psiquiátrico. Allí las enfermeras vigilan muy de cerca que se tome la medicación. En sus ratos a solas, la joven lee con mucha atención un libro que, casualmente, resulta ser el de su hermana. Por su parte, Bahar le pide a Enver que, cuando se case con Arif, viva con ellos. Su padre, pese a agradecerle el gesto y aun a riesgo de que esta se enfade, le explica que no puede hacerlo, debe mantener su hogar para que, en el caso de que Sirin se recupere de su enfermedad, tenga un lugar donde volver.

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El anciano acude a diario a visitar a su hija pequeña. Bahar, al ver el gran peso que está llevando Enver, decide acompañarlo al sanatorio aunque prefiere no entrar y lo espera fuera. Tras mantener una conversación con su padre, donde le ruega que la saque de allí, Sirin ve a su hermana en la puerta del centro. Inmediatamente, entra en shock y enloquecida corre hacia ella al grito de “¡te odio!”, culpándola, una vez más, de todos sus males. En el camino es detenida por las enfermeras del psiquiátrico. Mientras, Bahar, paralizada, solo la mira, pero su mirada lo dice todo; esa es, sin duda, una de las imágenes más impactantes del capítulo final.

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El triunfo del amor

Mientras se visten, se maquillan y se preparan para el enlace, Bahar se emociona junto a Ceyda y piensa en todo lo que han pasado y hasta donde han llegado juntas. Hace un repaso de su amistad y recuerda también a todos los que estuvieron con ellas en ese camino, sobre todo a los que hoy ya no están: Hatice y Yeliz, a las que echa de menos al no poder compartir su felicidad con ellas. Cuando recorren el pasillo para dirigirse al salón donde se celebrará la ceremonia, aparece Emre con su madre dispuesta a hacer las paces con Ceyda.

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En ese momento, la novia no sabe que va a recibir el mejor regalo de su vida:  Al verlas, Arda, su hijo autista, pronuncia, por primera vez, dos palabras: “Mamá" y "abuela”, haciendo a Ceyda estallar de emoción mientras se abrazan sellando la reconciliación. Llegamos, por fin, al momento esperado por todos cuando las dos parejas se dan el "¡sí quiero!", colmando de este modo su felicidad y la de todos los presentes. Vemos también como una enamorada Bahar se acerca al oído de su recién estrenado marido para susurrarle: "Gracias. Arif". Poniendo de este modo una sonrisa en nuestra cara y el broche de oro perfecto a una serie que ha calado muy hondo entre la audiencia y que ha marcado época.