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Mientras el mundo entero estaba centrado en el coronavirus, en la vida de Dani Rovira se libraba una batalla más personal. La suya contra el linfoma de Hodgkin que le diagnosticaron en marzo y que finalmente consiguió superar en agosto tras varios ciclos de quimioterapia. Ahora, ya plenamente recuperado se ha puesto al frente de su propio programa de televisión en RTVE, un espacio que se llama La noche D y en donde mezcla su faceta como monologuista con su lado como presentador. Ha sido durante su segunda noche en emisión cuando ha contado un detalle, a modo de broma muy real, que muchos otros supervivientes del cáncer (u otras enfermedades) pueden haber sentido especialmente cerca.
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Hablando sobre la vida en mitad de la pandemia y cómo nos hemos acostumbrado a cosas muy difíciles, Dani Rovira ha compartido el pequeño detalle que ha conseguido alegrarle a él, incluso con todo lo que está pasando. "La felicidad está en las pequeñas cosas. Yo hasta hace muy poquito mi felicidad ¿sabéis cuál era? Que me volvieran a salir las cejas... ¡mira qué tontería!", ha compartido con sentido del humor sobre una etapa muy dura del último año de su existencia. "¿Os acordáis de cómo eran nuestras vidas antes de la pandemia? A ver si es que éramos felices y no nos estábamos dando cuenta. Porque dábamos por hecho la normalidad, el hecho de que no nos ocurra nada malo", ha comentado el protagonista de Ocho apellidos vascos, que ha conseguido conmover a los espectadores con este discurso.
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Dani Rovira anunció el pasado 15 de agosto que estaba curado de su enfermedad, y lo hacía con mayúsculas que dejaban claro la efusividad del mensaje. Entonces admitía que había sido "una de las montañas más duras" a las que se había enfrentado, pero había conseguido salir vencedor de la batalla. "Creedme, las vistas desde aquí son preciosas y reveladoras. Nunca terminaré de agradecer a todas las personas (familia, personal sanitario, amigos, conocidos y desconocidos) que de una manera u otra han aliviado y ayudado a mi subida a esta gran escarpada", comentaba lleno de energía por la buena noticia.
En enero, y después de seis meses desde su recuperación, le confirmaron que todo estaba bien y así lo confirmaba él con sus seguidores, que le han acompañado en el proceso. El actor quiso entonces dar ánimo a todos aquellos que están todavía luchando por recuperarse de una enfermedad como el linfoma de Hodgkin. La salud es lo primero y Dani Rovira lo sabe perfectamente, si bien el actor también atraviesa de nuevo por un momento dulce en cuanto a trabajo se refiere.
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Además del mencionado programa de las noches de los martes en Televisión Española, también veremos a Dani Rovira muy pronto en Netflix. Esta será su primera colaboración con la plataforma y será a través de sus monólogos en el espectáculo teatral llamado Odio, grabado en su ciudad natal Málaga, y que se suma a la colección de stand ups que puebla el catálogo del gigante internacional. A todo ello hay que sumarle el rodaje este pasado otoño de su nueva película Mediterráneo, junto al reputado Eduard Fernández, que narra la ardua labor al límite de la ONG Open Arms en su lucha por salvar personas a la deriva en las aguas que separan España y el continente africano.
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