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Han sido unos días difíciles para Elena Tablada, cuando no hace ni un mes desde la muerte de su abuela Elena Moure, pero la diseñadora cuenta con el infinito amor de su pareja y de sus dos hijas para sobrellevar los malos momentos. Si el martes celebraba su segundo aniversario de boda con Javier Ungría y el miércoles acudía con su madre y su tía al funeral de su "mami", como ella misma llamaba a su abuela, este jueves ha compartido una fotografía del paseo que ha disfrutado con su pequeña Camila. Ambas abrigadas al máximo para las frías temperaturas que está haciendo en Madrid en estos días y, sobre todo, conjuntadas, ejercitaban su compenetración para entenderse pese a las diversas capas de mascarillas y abrigos.
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"Paseos frioleros donde debemos aprender a leernos los ojos...", ha escrito Elena junto a la imagen que ha compartido, en la que aparece sentada en un bordillo junto al cochecito de su niña, donde Camila estaba tapada hasta la barbilla con el saco para mantenerse calentita. En la cabeza llevaba un gorro de punto color gris a juego con el de la diseñadora, que finallizaba en la coronilla con un pompón de pelo. Eso sí, la diferencia estaba en que cada uno llevaba la inicial de su dueña. "Pues de ojos vosotras andáis sobradas. Son espectaculares", escribe una de sus seguidores en la publicación, alabando el tono claro de iris del que madre e hija pueden presumir.
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No es lo único en lo que se parece baby Cam -así la llaman cariñosamente- y Elena, puesto que en los últimos meses desde el nacimiento de la pequeña de la casa en abril han ido compartiendo algunos simpáticos detalles. En su primera entrevista en ¡HOLA!, la diseñadora aseguró que había sacado el apetito de sus padres. También ha heredado su estilo (porque aunque es su madre quien la viste ella parece encantada con sus accesorios) y, por supuesto, la ascendencia cubana de la que las Tablada presumen con orgullo. Sobre todo después del fallecimiento de la matriarca de la familia, que era "la más cubana y la más española", tal y como compartía recientemente su nieta.
La recta final del embarazo fue complicada para Elena ya que estuvo marcada por la inquietud provocada por la crisis sanitaria. Afortunadamente, aquellos miedos quedaron atrás para siempre cuando vio la carita de su bebé, a la que definía en nuestra revista como una niña muy buena. Además, en mayo recibía una nueva alegría al convertirse en tía por primera vez. Naelé Tablada daba la bienvenida a un niño llamado Oliver que, a buen seguro, se convertirá en el mejor compañero de juegos de su primita. "Ellos aún no lo saben pero su unión será infranqueable, única y especial durante el paso de los años y a través de la eternidad. No puedo sentir más amor", explicaba la empresaria el día en el que los niños se vieron por primera vez.
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