Durante el confinamiento, Iker Casillas y Sara Carbonero se están volcando en sus dos hijos, Martín, de seis años, y Lucas, que cumplirá los cuatro en poco más de un mes. El matrimonio disfruta de los pequeños, a quienes cariñosamente llama 'minihéroes', y no únicamente porque estos días se estén disfrazando de Batman, sino, más bien, por la alegría que están mostrando en este momento tan complicado. Sin embargo, todas las noches, el pequeño de la familia le hace la misma pregunta a la periodista. "Mamá, ¿cuándo se acaba el coronavirus?", y Sara, con toda la ternura del mundo, le responde que "ya queda menos" y "esto también pasará".
Los seguidores de la periodista se han sentido muy identificados con ella. "El mío igual, el otro día me preguntó: '¿Cuando se vaya el coronavirus existirá el parque?", ha comentado Beatriz Luengo, que tiene un niño de la misma edad de Lucas con Yotuel Romero. "Ya queda poco, pequeño", ha escrito Isabel Jiménez, gran amiga de la familia. "Ya se termina pronto, pequeñito", ha añadido Irene Carbonero, hermana de Sara.
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Iker y Sara permanecen confinados en Oporto, donde se instalaron en 2015 por motivos profesionales del portero, aunque la pandemia no sacude a Portugal como a España. "La Policía está en la calle, pero te permite andar, correr y hacer ejercicio, siempre guardando una distancia prudente. Si sales acompañado, tiene que ser alguien de la familia", comentó el portero en un encuentro digital, tras raparse la cabeza al cero.
El matrimonio se enfrenta a esta insólita situación tras haber pasado por unos momentos muy duros debido a sus respectivas enfermedades. El 1 de mayo de 2019 el portero sufría un infarto y 20 días después la periodista era operada de un tumor maligno en el ovario. Afortunadamente, la calma ha llegado a sus vidas. Casillas se ha recuperado favorablemente, aunque no ha vuelto a jugar al fútbol, y Carbonero afronta una nueva etapa una vez finalizado su tratamiento de quimioterapia.
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"Pensaba que era algo alérgico o una bajada de tensión. Cuando me tuve que tirar al suelo, ya pensé que me pasaba algo", dijo el portero en esta misma charla online al recordar aquel fatídico día. "Después del ataque al corazón, estuve triste durante aproximadamente un mes. Tenía miedo de caminar, dormir y hacer algún esfuerzo físico. Era imposible", explicó. Esos temores fueron desapareciendo poco a poco y ya forman parte del pasado. "Ahora no estoy preocupado, me siento bien. Pero también tengo mucha medicación que me hacen sentir bien. Creo que sólo los médicos pueden decir lo que puedo o no puedo hacer", declaró.
El guardameta, que cumplirá 39 años el próximo 20 de mayo, también dio pistas sobre su futuro profesional. "Creo que va a ser difícil que vuelva a jugar. Quiero presentarme a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol, aunque lo importante es acabar con la pandemia. Yo sigo adelante, pero ahora mismo no es lo importante", dijo.
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