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Britney Spears no pasa por su mejor momento. A su ingreso en una clínica mental a principios del mes de febrero debido al estado de ansiedad producido por la delicada salud de su padre, James Spears, ahora se suman las preocupantes declaraciones que su representante, Larry Rudolph, ha hecho al portal de noticias estadounidense TMZ. "No quiero que vuelva a trabajar hasta que esté preparada física y mentalmente. Si no se recupera, nunca volverá. Estoy aquí para cuando ella quiera trabajar. Y, si alguna vez quiere volver, estaré para decirle si es una buena idea o no", aseguraba tajante recientemente.
Sin duda, unas duras palabras en las que insinúa que la cantante podría encontrarse ante el fin de su carrera musical. Algo a lo que ella misma ha querido responder de una de las maneras que mejor sabe: bailando. Así, la intérprete de Baby one more time demostraba que no había perdido ninguna de las cualidades que la lanzaron al estrellato a finales de los 90 compartiendo un increíble vídeo en el que realiza una complicada coreografía al ritmo de Scream, el tema de Michael Jackson. Unas imágenes que han sido muy aplaudidas por sus seguidores, que se sentían muy felices y aliviados por verla tan recuperada.
Descalza y ataviada con un top deportivo amarillo y un minishort de cuadros, la artista se movía enérgicamente imitando algunos de los pasos más característicos del tristemente fallecido 'Rey del pop' en lo que parecía ser el gimnasio de su residencia. Una actuación casera con la que da a entender que ha retomado los ensayos y se está preparando poco a poco de cara a su vuelta a los escenarios. En enero, meses antes de su ingreso, canceló su show permanente en Las Vegas, Britney: Domination, a pesar de los importantes beneficios económicos que le reportaba y que llegaron a cifrarse en torno a los 400.000 euros por espectáculo, según apuntó la revista People.
Todo esto fue debido a la preocupación de la considerada 'Princesa del pop' por el estado de salud de su padre y su tutor legal, al que se siente muy unida desde niña. James Spears había sido sometido poco tiempo atrás a dos operaciones de intestino y colon en las que se llegó a temer por su vida, situación que puso a Britney al límite y que la obligó a hacer un parón para poder sobreponerse.
Una sabia decisión según su representante, que se alegra de que "no esté pensando en su negocio y esté lidiando con sus problemas". "He estado con ella durante dos tercios de su vida. La considero una hija. Es muy emotivo para mí… y también muy duro. Personalmente, quiero que ella encuentre un lugar tranquilo y feliz. Ya no se trata de una carrera, se trata de la vida", confesó en sus declaraciones a TMZ.
Britney Spears rompe su silencio en medio de la polémica y responde a los rumores
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