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Es un episodio de la infancia que la ha marcado mucho. Carmen Porter, mujer de Íker Jiménez, se ha sincerado acerca de algo que le ocurrió cuando apenas era una niña, un incidente que ha sorprendido a sus seguidores y del que ha hablado en recientes declaraciones. Subdirectora y colaboradora del programa Cuarto Milenio junto a su marido, uno de los espacios de referencia en la pequeña pantalla en lo que se refiere a fenómenos paranormales, Carmen asegura que no se imaginaba que se dedicaría a estos temas. “Era miedosa con todo, pero sobre todo con la oscuridad” comenta, recordando su infancia (declaraciones en Diez Minutos).
Y cuenta entonces lo que le pasó cuando tenía apenas dos años, algo que quizá muchos de sus seguidores no sabían de ella. “Tal vez porque de pequeña, con dos años, intentaron secuestrarme cuando iba con mi madre embarazada por la calle Goya. Un señor me cogió de la silla y se me llevó corriendo. Gracias a dos chicos jóvenes que oyeron los gritos de mi madre y le persiguieron, me lanzó y desapareció. Por eso, mi madre siempre me dice que nunca se hubiera imaginado que me dedicara a la investigación de fenómenos paranormales” explica.
Lleva veinte años junto a su marido y durante este tiempo se han convertido en una referencia en lo que se refiere a la investigación de fenómenos extraños. Carmen e Íker se ponen cada semana al frente de Cuarto Milenio para tratar de encontrar explicación o simplemente indagar en sucesos que parecen no ser razonables. En su visita al programa de Bertín Osborne, la pareja, que tiene una hija que se llama Alma, contó cómo nació su amor tras conocerse en la facultad de Periodismo. “Di una fiesta en casa y un amigo se trajo a Íker. Cuando él empezó a hablar se hizo un corrillo a su alrededor y yo me fijé” contó Carmen.
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