Mónaco ha celebrado este fin de semana la festividad de Santa Devota. Una fecha muy señalada para los Grimaldi y que, como no podía ser de otra manera, los príncipes Alberto y Charlene han vuelto a presidir asistiendo al paso de la Virgen desde los balcones del Palacio para más tarde ser testigos de una multitudinaria misa en Montecarlo.
El matrimonio quiso acompañar un año más la imagen de Santa Devota durante la procesión celebrada en el Principado, como también Santa Devota les acompañó en su gran día (la Princesa le ofreció emocionada su ramo de novia tras su boda). La pareja cumplió con la tradición: prender fuego a un barco de pesca la tarde del 26 de enero en memoria de un capitán que fue capturado por robar las reliquias de la santa.
En años anteriores, también asistieron a los actos religiosos otros miembros de la familia, como la princesa Carolina con su hija pequeña, la princesa Alejandra. Este año los demás Grimaldi reservan fuerzas y ultiman los preparativos para asistir el próximo fin de semana a la boda en los Alpes de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo.