NAJAC
Todas las distinciones –la de Los pueblos más bonitos de Francia, País de Arte e Historia o Sitios mayores de Midi-Pyrénées– las acapara este pueblo colgado en lo alto de una cresta rocosa. Najac se extiende a lo largo de una sola y única calle. En una punta, el imponente castillo, que es un claro ejemplo del dominio real después del episodio cátaro; abajo, los meandros del río Aveyron, y rodeándolo, frondosos bosques.
Recorriendo a pie la que se transformó en bastida a mediados del siglo XIII, se pueden admirar un gran número de casas antiguas, entre las que destaca la del Gobernador o la del Senecal, pero también la curiosa fuente de los Cónsules, la iglesia gótica de San Juan el Evangelista, la puerta fortificada de la Pica, los soportales de la plaza del Barry y el puente de San Blas.
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