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Los termómetros no tienen piedad cuando de marcar altas temperaturas se trata en Sevilla. Los meses clave de verano suelen apretar bien fuerte. Sin embargo, ¿te has preguntado alguna vez qué hacen esos hispalenses que no salen huyendo despavoridos a la playa cada mes de agosto? Ya te lo decimos nosotros: continúan disfrutando de la ciudad, solo que de otra manera. Así que si la capital andaluza está entre tus planes de este verano, hay mil formas de vivirla haciendo frente al calor.
UN POCO DE HISTORIA AL ANOCHECER
Así es, porque el seguir conociendo Sevilla y sus bondades es solo cuestión de adaptación. Y así lo entienden en uno de sus monumentos más representativos. Cada verano, el Real Alcázar (alcazarsevilla.org) organiza visitas nocturnas teatralizadas cuando el sol da una tregua y el termómetro se relaja. Este 2022, además, la temática gira en torno a Alfonso X El Sabio. Todos los jueves, viernes y sábados de julio y agosto –solo los viernes y sábados en septiembre–, la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla rememora la historia de este personaje insigne recreando pasajes de su vida a lo largo de los salones y estancias más hermosos del palacio. Un palacio real, por cierto, que es el más antiguo de Europa aún en uso. De 20 a 21:30 horas, y cada 30 minutos, arranca la ruta para la que, eso sí, hay que reservar con antelación.
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SURCANDO EL GUADALQUIVIR
¡Exacto! ¿Y qué tal hacerlo de la manera más original? Nada menos que subidos a una tabla de paddle surf. Porque el río que divide a Sevilla en dos marca el transcurso de los días y la idiosincrasia de una ciudad que vive de cara a él. Por eso, cada vez es más amplia la oferta de actividades que se pueden realizar en sus aguas. Al kayak o al paseo en barco, se le unió hace años esta singular manera de recorrer su cauce. Para poder hacerlo, lo ideal será contactar con Paddle Surf Sevilla (paddlesurfsevilla.com), fundada por cuatro jóvenes amigos amantes de los deportes acuáticos. Con ellos es posible, tanto alquilar el equipo para disfrutar de la experiencia en solitario, como apuntarse a cualquiera de sus clases de iniciación. Sea como sea, la visión de la ciudad será muy diferente —¡y refrescante!—. ¿Qué mejor plan que este para plantar cara al calor?
UN CÓCTEL EN LAS ALTURAS
Que Sevilla es una ciudad a la que le gusta vivir en la calle no es algo que vamos a descubrir nosotros: las buenas temperaturas durante gran parte del año incitan a ello, claro está. Y también ocurre en verano, por supuesto, con un solo apunte: es al caer el sol cuando sus terrazas y azoteas se llenan de vida.
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La variedad de estas acapara cada rincón de la ciudad y será complicado decidirse por una de ellas. Sea como sea, entre nuestras favoritas se hallan clásicos como La Terraza del EME (emecatedralmercer.com) o la del Doña María (hdmaria.com), ambas en las azoteas de dos céntricos hoteles y a solo unos metros de la mismísima Giralda. También en un hotel se encuentra Pura Vida (puravidaterraza.com), que aúna flamenquito, sabrosos cócteles y hasta piscina en la que darse un refrescón. Justa Rufina (justarufina.com) se halla en el cielo del Radisson Collection situado en la Plaza de la Magdalena hispalense, y además este verano ha ampliado su oferta: parte de la carta de su exquisito restaurante también se sirve en las alturas. ¿Uno más? Venga, va: en el céntrico hotelito de cinco estrellas UNUK (unukhotel.com) también cuentan con su propio paraíso particular para hacer frente al calor: su azotea regala unas vistas estupendas al skyline de Sevilla y asegura muy buenas ratos en buena compañía.
POR AMOR AL ARTE
La oferta cultural sevillana es amplia, y abarca también buenos museos para visitar. ¿Lo mejor de todo? Las temperaturas en su interior están, por supuesto, reguladas, así que nos olvidamos de pasar calor mientras contemplamos al amparo del aire acondicionado las bellas obras de Murillo y de Valdés Leal, de Zurbarán y Velázquez –aunque de este, y a pesar de encontrarnos en su ciudad natal, sorprendentemente tan solo haya dos cuadros–. ¿Dónde? En el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que acoge en sus salas lo mejor de lo mejor del arte barroco hispalense. La bienvenida nos la dará el mismísimo Murillo, cuya escultura se alza imponente sobre un pedestal en la mismísima Playa del Museo.
También se pueden incluir en la ruta museística el Museo Arqueológico de Sevilla, el de Artes y Costumbres Populares o el mismísimo Archivo de Indias. Aunque, si lo que pide el cuerpo es algo más moderno, habrá que ir hasta la Cartuja: allí, en el mismísimo monasterio, se halla el CAAC, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (caac.es), con una colección permanente interesantísima, además de exposiciones temporales que no dejan jamás indiferente.
MÚSICA AL AIRE LIBRE
Porque hay que admitir que la oferta cultural de Sevilla es imparable, y para muestra, un botón: los conciertos que se celebra al anochecer a lo largo y ancho de la ciudad son de lo más variados y colman de planes sus noches estivales. Empezando por el Pop CAAC (popcaac.es), un ciclo interesantísimo que ya es tradición y que anima los veranos con una programación inigualable que apuesta por la música independiente y que tiene como escenario nada menos que los jardines del mismísimo Monasterio de la Cartuja. También la música se vuelve protagonista de los Jardines del Real Alcázar (alcazarsevilla.org), donde ya son 23 las ediciones que se lleva celebrando el ciclo. Entre sus conciertos tienen cabida las músicas del mundo, la clásica, el jazz, el flamenco o la antigua. Una propuesta original es también la que ofrecen los conciertos Candlelight: al caer la noche, y tan solo a la luz de las velas, la música lo envuelve todo y regala una alternativa más para los calurosos veranos sevillanos.
DIVERSIÓN EN FAMILIA EN ISLA MÁGICA
Es la excursión más deseada por los niños hispalenses, que cada verano repiten experiencia en el parque de atracciones por excelencia de la ciudad: Isla Mágica (islamagica.es) promete una jornada de lo más refrescante, ya sea entre amigos o en familia. Y lo es porque gran parte de sus atracciones se configuraron desde sus orígenes para incluir el agua en ellas: desde la Anaconda a los Rápidos del Orinoco, no nos libraremos de acabar empapados, ¡y qué placer! Además, años atrás el parque amplió su oferta al construir también un parque acuático en las mismas instalaciones. Es decir: habrá que ponerse el bañador, no olvidar la toalla ni la crema solar, para lanzarse de cabeza a disfrutar de risas y adrenalina entre toboganes, piscinas y montañas rusas que se sumergen en agua. Este año, además, cumplen 25 años. ¿Qué mejor manera de celebrar su cumpleaños?
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UN HOMENAJE... ¿GASTRO?
¿Y por qué no? Aprovechemos que es verano y que la ciudad de Sevilla se queda semidesierta para darnos el festín gastronómico que nos merecemos en algunos de sus restaurantes más aclamados. Al haber menos gente, será más sencillo conseguir mesa. Y aunque algunos de ellos aprovechan para darse un descanso, otros permanecen abiertos para nuestro deleite. ¿Por ejemplo? Amara (restauranteamara.com), el proyecto culinario del chef vasco Javier Fabo, que combina los sabores del norte y los aires del sur en una carta —también hay opción a menú degustación— repleta de sorpresas. Que no falten en la mesa sus croquetas de txipirón y alioli de azafrán, su flor de alcachofa con pil pil y chicharrón ibérico o la oreja de cerdo crujiente con papada ibérica. Eso sí: del 15 al 22 de agosto permanecerán cerrados.
También podremos probar Cañabota (canabota.es), que con su reciente estrella Michelin continúa trayendo los sabores del mar más exquisitos a la mesa: una vitrina a modo de pescadería da la bienvenida a su coqueto restaurante, donde lo mejor es, ya lo advertimos, dejarse llevar por los consejos de quienes más saben. Y otro restaurante en el que ir pidiendo mesa, sin duda, es Manzil (restaurantemanzil.com). Con el fantástico trabajo que el chef Juan Andrés Morilla está realizando tras los fogones, no nos extrañaría en absoluto que pronto le llegara algún que otro reconocimiento. Dos menús degustación, uno corto, otro largo, harán las delicias de las almas más foodies, que arrancarán la experiencia a lo grande: en la propia barra, donde les serán servidos los aperitivos por el propio chef.
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CINE DE VERANO, ¿POR QUÉ NO?
Una manera maravillosa de embriagarse de la esencia de una ciudad es participando de las actividades cotidianas a las que se apuntan sus ciudadanos. Y una de las que se repite cada verano en Sevilla, es la de asistir al cine de verano que cada día tiene lugar en el patio central de la sede de la Diputación de Sevilla, junto a los Jardines del Prado. Una manera refrescante de disfrutar del séptimo arte al aire libre con una programación de lo más atractiva, en la que se incluyen películas de lo más novedosas. ¿El edificio? También tiene su historia: se trata del antiguo Cuartel de Ingenieros de la Puerta de la Carne –posteriormente, Cuartel de Intendencia–, y fue levantado en el siglo XVIII.
CULTURA PARA TODOS EN UN PALACIO
En esta ocasión, hablamos del Palacio de los Marqueses de Algaba, situado en la parte trasera del Mercado de la Calle Feria, la mítica vía hispalense. Un edificio histórico levantado en 1474 por Juan de Guzmán y torres, I Señor de La Algaba, que presume de ser uno de los mejores exponentes de la arquitectura mudéjar civil de la ciudad. ¿Y qué se cuece en él? Pues cada periodo estival se celebra en su interior el ciclo Noches de verano en Palacio, con un sinfín de propuestas de toda índole a los que pueden asistir toda la familia: desde espectáculos infantiles a conciertos, teatro o música antigua, y todo en su bellísimo patio interior. ¿Lo mejor? Que son gratuitos hasta completar aforo. Una excusa ideal para conocer un monumento extraordinario del patrimonio hispalense en cuyo interior se halla, además, el Centro de Arte Mudéjar, en el que se exponen hasta 111 piezas relacionadas con este estilo artístico. Un dos por uno en toda regla para disfrutar de Sevilla va pesar del calor.
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