CÁCERES

Meandro de Melero, la gran sorpresa (no la única) de Las Hurdes

Hoy prestamos atención a esta comarca de montañas, bancales, cascadas y meandros al norte de Cáceres, que presume de pueblos de arquitectura popular, gastronomía exquisita y algunos de los miradores más bellos de Extremadura. Te damos todas las pistas para descubrirla.

Por NOELIA FERREIRO

En Las Hurdes se concentran algunos de los rincones naturales más bellos de la geografía extremeña. Aquí hay pueblos y pintorescas alquerías que mantienen la arquitectura típica, con tejados de lajas de pizarra y paredes de mampostería seca. Pero también chorros frescos que van jalonando la sierra, y meandros, el rasgo más característico de su paisaje, ese sinfín de vueltas y revueltas envueltas por una espesa vegetación que conforman sus cinco ríos.

RIOMALO DE ABAJO, EL INICIO

La primera población que recibe a todo aquel que llega desde el norte es Riomalo de Abajo y lo hace a lo grande, con el meandro más espectacular: el del Melero, que dibuja el curso del río Alagón y es visible en todo su esplendor desde el mirador de la Antigua, al que se accede por una pista desde el propio pueblo. En el islote que se forma en su interior se pueden realizar actividades de naturaleza: avistamiento de aves, descenso en canoa, rutas en catamarán… Cerca se encuentran también las ruinas de los despoblados de Arrofranco y Martinebrón.

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CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LAS HURDES

Cerca, en Las Mestas, con su simbólico enebro de más de 300 años, se inicia el camino hacia Riomalo de Arriba, la aldea con las mejores muestras de la arquitectura popular. En este entorno descubriremos el mirador de las Carrascas, el más alto, que vierte sus vistas sobre la sierra de Corredera y sus alquerías agrupadas al filo de tortuosas curvas: Carabusino, Robledo, La Huetre… También aquí tenemos que visitar el Centro de Interpretación de Las Hurdes, que contiene todo lo que hace falta saber sobre este singular territorio: artesanía, gastronomía, naturaleza, arquitectura… Otros centros desperdigados por la comarca están dedicados a la miel, en Ovejuela; al olivo, en Casar de Palomero, o a la casa típica, en El Gasco.

CHORRO DE LA MIACERA

Es precisamente en El Gasco, cuyo volcán situado en el Pico del Castillo es algo único a nivel mundial, donde el agua alcanza su protagonismo. Partiendo de Nuñomoral y atravesando el frondoso valle de los Tejos al paso de Cerezal y Fragosa, llegaremos a esta localidad en la que desciende atronador el chorro de la Miacera, que surge de las entrañas de un supuesto volcán apagado y cuyas aguas se precipitan desde más de cien metros de altura. Este y el de los Ángeles, próximo al pueblo de Ovejuela, son las cascadas más altas de la comunidad extremeña. Cerca está el puente de Los Machos, impecablemente conservado a pesar de ser construido en el siglo XIII a base de piedra seca y sin argamasa.

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OTROS LUGARES QUE NO HAY QUE PERDERSE

De Las Hurdes no hay que marcharse sin visitar Casar de Palomero, que en su día tuvo un barrio cristiano, musulmán y judío; y la cercana Rivera Oveja, con hermosas piscinas naturales. Tampoco los petroglifos que salpican el territorio y que, grabados en la roca, abarcan desde la Edad de Hierro hasta la romanización. El del Huerto del Cura, a unos cien metros desde la carretera que va de Nuñomoral a Aceitunilla, es el más recomendable.

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Después están los puntos más poblados, Caminomorisco y Pinofranqueado, que más que por su entramado urbano destacan por sus alrededores: enmarcados por bancales o terrazas que son la esencia de esta comarca –es el método de agricultura tradicional dada su abrupta orografía- y abrazados por campos de brezo, la flor por excelencia de Las Hurdes que, en primavera, tiñe los montes de malva.

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UN LUGAR PARA DESCANSAR

En Las Mestas está la Hospedería Hurdes Reales (hospederiasdeextremadura.es), un cuatro estrellas con encanto ubicado sobre la antigua Factoría de Alfonso XIII, creada en 1922 a raíz de la visita del Monarca a la comarca de Las Hurdes. Con un hall con chimenea, piscina y un inmenso jardín. Acogedora es La Posada del Casar (laposadadelcasar.es), en Casar de Palomero, con spa, habitaciones decoradas con algún guiño a la tradición y restaurante de gastronomía hurdana con toques de vanguardia. A unos 60 kilómetros de Las Hurdes queda el Parador de Plasencia (parador.es), en pleno casco histórico de la ciudad.

PARA DISFRUTAR A LA MESA

En Pinofranqueado se encuentra El Castúo (hotelcastuo.com), donde se sirven platos hurdanos con productos de calidad y fantásticos postres caseros. También es una buena elección el restaurante Alfonso XIII de la Hospedería Hurdes Reales (hospederiasdeextremadura.es), en Las Mesta, que destaca por su elaborada cocina de autor, que combina tradición e innovación. Y sabores populares de la tierra también en Cristania (tel. 927 43 53 38), un sencillo local en Caminomorisco para probar exquisitas carnes a la brasa, secreto ibérico, caldereta de cabrito hurdano…

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