Ideas para descubrir en familia el interior de Cataluña

Desde deportes de aventura a ecomuseos o salidas en busca del oso pardo. Valls d’Àneu y Muntanyes de Prades ofrecen un montón de planes para disfrutar de la naturaleza.

by hola.com

Entorno natural y biodiversidad, tanto de flora como de fauna, centros didácticos, deportes de aventura, habitaciones familiares, barandillas de seguridad, suelos blandos en las zonas de juegos... Cuando se trata de viajar con niños hay que tener muchas cosas previstas, algo de lo que se puede disfrutar ya en dos Destinos de Turismo Familiar de Interior, certificados por la Agencia Catalana de Turismo como adecuados para familias: Valls d’Àneu y Muntanyes de Prades. Coincidiendo con el Año del Turismo Familiar, ambos ofrecen, además, un montón de ofertas y actividades para que puedas disfrutar con ellos. 


Para empezar, en Valls d’Àneu hay que visitar el Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de Sant Maurici para fotografiar sus majestuosos picos Encantats o darse un chapuzón en sus aguas cristalinas. Otra opción es hacer alguna excursión al Parque Natural del Alt Pirineu, en la zona de la Mollera de Escalarre, donde hay varios miradores de aves, o bien en la zona del bosque de Bonabé, hábitat del oso pardo. Por la tarde el plan puede ser desde hacer una excursión a caballo o una salida en bicicleta o un paseo en canoa en el embalse de la Torrassa

 



Como complemento de la oferta más activa, hay un rico patrimonio cultural para visitar, especialmente iglesias y puentes románicos. La Casa Gassia, sede del Ecomuseo de las Valls d'Àneu, situado en Esterri d'Àneu, invita a un viaje al pasado y ver el modus vivendi de principios del siglo XX, mientras la Casa del Oso Pardo, en el pueblo de Isil, niños y padres, a través de paneles interactivos, aprenden cómo se comporta este animal. Otra opción es el Centro Interpretación de las Vila Closes d’Escaló, donde descubrir un auténtico pueblo medieval. 


Entre los planes para descubrir las Muntanyes de Prades, la visita a la villa roja de Prades es imprescindible. La llaman así por el color de sus casas, construidas con la típica piedra de este color. Sus calles y callejones sombríos esconden viejas historias del condado medieval de Prades. La plaza porticada, presidida por una iglesia majestuosa y una fuente renacentista, es un buen lugar donde hacer un descanso. 



Después de una pequeña excursión a pie hasta la ermita de la Abellera, engastada en un risco y con unas vistas espectaculares sobre el valle del Brugent, hay que ir a Capafonts para disfrutar de los platos tradicionales de la zona, especialmente las típicas patatas de Prades, la miel, las castañas o las setas. 



Por la tarde se puede visitar el horno de pan medieval de Capafonts y, después, bajar hacia Farena, un pueblo levantado sobre las rocas con bonitos caminos para hacer excursiones y lugares tan emblemáticos como el Toll de l'Olla, donde, si el día es caluroso, hay que darse un chapuzón. 



Más tarde, se puede bajar hasta Alcover para hacer una visita a su museo, donde ver fósiles y hacerse una idea de cómo eran las montañas de Prades hace millones de años. En el taller del museo también se puede reproducir, con tiza, el pez piedra, un pez que vivió hace millones de años y del que se cuenta una bella historia. 



Para otra ocasión y junto a Valls d’Àneu y Muntanyes de Prades, pronto Berga, la Vall de Boí y la Vall d’en Bas (Pirineos), así como las estaciones de montaña y esquí de FGC: Vallter2000, La Molina, Port Ainé y Vall de Núria recibirán el sello de especialización como Destinos de Turismo Familiar de Interior.”


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