El legendario hotel Savoy de Londres recupera su glamour

Fue el primer hotel de la ciudad y el favorito de artistas y políticos como Marilyn Monroe, que se alojó en él durante su primera visita a Europa. Ahora abre sus puertas por todo lo alto tras más de tres años cerrado por obras.

by hola.com

A finales del siglo XIX se inauguraba en la capital británica el primer hotel de lujo. El Savoy sorprendió a todos por ser el primer establecimiento londinense con ascensores, electricidad y baños prácticamente en todas las habitaciones. Ahora, tras una gran reforma que ha durado tres largos años y ha costado 254 millones de euros, inaugura una nueva era sin renunciar a su esencia y estilo original.

Famoso por alojar a estrellas del cine como Marilyn Monroe y Errol Flyn, en 2007 tuvo que echar el cierre por primera vez en sus 118 años de historia. Con la subasta de más de 3.000 piezas de mobiliario, en la que se recaudaron 2,5 millones de euros, el Savoy dio comienzo a una reforma destinada a devolver al hotel el lustre y el prestigio perdidos en las últimas décadas y a recuperar el lugar que le correspondía entre los mejores hoteles del mundo.

El arquitecto Pierre Yves Rochon ha sido el artífice del rediseño de los interiores del hotel. Sus habitaciones están dotadas con las últimas tecnologías, como espejos que se convierten en pantallas de televisión. Más de un millar de artesanos y artistas han trabajado en la renovación de la decoración de un edificio en el que el estilo eduardiano, típicamente británico, comparte protagonismo con el art decó.

El Savoy cuenta con 268 habitaciones, una impresionante suite real en la que dormir una noche cuesta la friolera de 10.000 libras (11.435 €) y una piscina en la azotea, una de las pocas de esas características en Londres.

Pero sin duda, la gran baza del Savoy es su historia. El impresionista francés Monet retrató la vista del Támesis que se puede disfrutar desde algunas de sus habitaciones, y Marilyn Monroe dio en él su primera rueda de prensa en el Reino Unido. También el político Winston Churchill fue uno de sus habituales comensales durante la Segunda Guerra Mundial, y los escritores George Bernard Shaw y HG Wells formaban parte de la clientela de su American Bar. Pero si hay algún episodio destacado es la fiesta de cumpleaños que el rey Eduardo VII celebró en el Savoy, en la que se llenó de agua el patio central para que los comensales pudieran cenar en góndolas y sentirse en la mismísima Venecia.

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