Tras la muerte de Isabel II la Casa Real británica se prepara para una nueva era

Carlos III confirma en su primer discurso que Kate será la nueva princesa de Gales

La mujer del príncipe Guillermo vuelve a poner en activo un título que ha quedado asociado a la memoria de Diana de Gales desde su fallecimiento en 1997

Por Sira Acosta

Tras la muerte de Isabel II la Casa Real británica está reestructurándose ante una nueva era y, aunque todo está escrito, hay algunas incógnitas por despejar. El título de Príncipe de Gales, que durante siete décadas ha acompañado al hasta ahora príncipe Carlos, no se hereda de forma automática, es decir, tiene que ser el soberano el que lo otorgue tras su sucesión. Por tanto, este título, cuya historia y sentido viene ligada a la historia de Gales y a su anexión al reino de Inglaterra en la era del rey Eduardo I, está destinado al príncipe Guillermo, como el primer hijo varón del soberano, Kate se convertiría en princesa de Gales consorte tal y como el rey Carlos III ha manifestado en el primer discurso que ha dado como soberano.

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"Me sucede como duque de Cornualles y asume las responsabilidades del ducado de Cornualles que he asumido durante más de cinco décadas. Hoy me enorgullece nombrarlo Príncipe de Gales, Tywysog Cymru, nación cuyo título he tenido el gran privilegio de llevar durante gran parte de mi vida y de mi deber. Con Catherine a su lado, nuestro nuevo Príncipe y Princesa de Gales, lo sé, continuarán inspirando y liderando nuestras conversaciones nacionales, ayudando a trasladar lo marginal al centro de atención, donde se puede brindar ayuda vital", han sido las palabras con las que Carlos III ha querido mostrar todo su apoyo a su primogénito y su esposa en esta nueva etapa que van a comenzar. En seguida los perfiles oficiales de la pareja se han actualizado para reflejar este nuevo título, por lo que en sus redes sociales ya figuran con la nueva denominación: The Prince and Princess of Wales en lugar de Duke and Duchess de Cambridge. La pareja sigue manteniendo sin embargo el título de duques de Cambridge, que se une ahora al de duques de Cornualles y Príncipes de Gales.

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Aquí puedes ver completo el histórico primer discurso del rey Carlos III

Previamente en Gales, tal y como lo reflejan medios como Walesonline, se valoraban varias opciones y todas bajo un enfoque positivo. Por un lado, el que la duquesa de Cambridge se convierta en la nueva princesa de Gales sería una forma de cerrar el círculo, de volver a poner en activo un título que para todos está asociado a Diana, una princesa que cuando murió estaba fuera ya de la Casa Real, porque había firmado su divorcio con el príncipe Carlos. Esta posibilidad es agridulce, pero práctica, ya que Kate cuenta con los apoyos necesarios y la experiencia suficiente para brillar tras la alargada sombra de Diana. Es más, lleva años luciendo muchos de los símbolos asociados a ella, como el anillo de compromiso de zafiro o las joyas reservadas para los actos de Estado y otros de la máxima relevancia institucional, como la tiara de perlas (Cambridge Lover's Knot), que recibió Diana de la reina Isabel al casarse con Carlos.

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La otra opción es que Guillermo y Kate, por respeto a la figura de Diana, decidieran no poner el título "en circulación", es decir, ella lo tendría, como tiene muchos otros, pero seguiría usando el de duquesa de Cambridge, una opción que resultaría hasta natural después de que Camilla pasara de duquesa de Cornualles a reina consorte, ahorrándose el paso intermedio de princesa de Gales. El caso claramente no es el mismo, cuando Carlos y Camilla se casaron en el año 2005, resultaba inadecuado que la segunda mujer del heredero (por las circunstancias que rodearon a su historia de amor) asumiera el título de la difunta Diana, es más, ante la oposición de muchos británicos, que incluso se manifestaron tímidamente en las puertas del ayuntamiento de Windsor en contra del matrimonio, la Casa Real británica emitió un comunicado aclarando que Camilla no sería princesa de Gales, aunque, legalmente le perteneciera.

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Es una Middleton

Con Kate se abre una nueva etapa, ya que ella es la primera princesa de Gales sin orígenes reales o aristocráticos; no hay que olvidar que Diana nació en la familia Spencer, una de las familias de la nobleza con más linaje del Reino Unido. Cuando se decidió que Carlos se casaría con Diana era otra época y la joven era la "rosa inglesa" (como la definió Elton John en el día de su funeral, posiblemente el mismo día en el que murió la mujer pero nació el mito) perfecta para el heredero, es decir, una mujer sin pasado. La Casa Real británica sacó las lecciones de este matrimonio fallido y las nuevas generaciones gozaron de más libertad. Así fue como el príncipe Guillermo conoció a Kate Middleton, mientras ambos estudiaban en la Universidad de San Andrews (Escocia). Empezaron como amigos y compañeros de piso para después vivir un largo noviazgo en el que el príncipe Guillermo se convirtió en uno más de la familia Middleton, una familia de empresarios de clase media que proporcionó a sus tres hijos las herramientas educacionales, afectivas, sociales y culturales para el papel que ha terminado asumiendo Kate. 

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Si bien a lo largo de los años se ha criticado en alguna ocasión a los Middleton por alguno de sus negocios, a veces por el éxito de ellos y otras por el fracaso, lo cierto es que la familia no ha proporcionado "munición" alguna intentando ocupar un plano discreto, que por otro lado es lo que exige la Corona. Los Middleton siempre se han mostrado unidos en torno a Kate y le han apoyado en cada paso que ha dado en su "carrera" dentro de la Familia Real británica y esto es clave cuando se vive bajo esa dosis de exposicion. No hay que olvidar los quebraderos de cabeza que generó la familia Markle, es decir, el padre y los medio hermanos de Meghan, cuando ella formalizó su relación con el príncipe Harry. 

¡Ojo! Una cuestión de tecnicismos

Lo que nunca será correcto, ni aunque sea princesa de Gales, es que a la palabra "princesa" le siga inmediatametne su nombre, es decir, "princesa Kate", ya que este honor está reservado solo a las princesas nacidas dentro de la Casa Real, es el caso de su hija, la princesa Charlotte, o el de las princesas Margarita, Ana, Beatriz o Eugenia. Es una distinción para las princesas de cuna y Kate siempre será consorte, mutando su título a medida que mute el de su marido. Así que lo correcto sería "Kate, princesa de Gales". Este tecnicismo resultará casi imposible que cale, sobre todo teniendo en cuenta el antecedente de Diana, a la que todos llamaban princesa Diana. 

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Ahora se abre una nueva era y aunque para muchos británicos Diana es insustituible, en parte por lo que dijo en su día Tony Blair (líder del Partido Laborista desde 1994 y Primer Ministro del Reino Unido entre 1997 y 2007) sobre que el éxito de Diana residía en que era una princesa "del pueblo", lo cierto es que si alguien está llamado en este siglo a ejercer de nuevo de princesa de Gales esa es Kate, que ha demostrado más lealtad y disciplina a la monarquía británica que muchos Windsor de cuna. Diana de Gales fue la pionera de las princesas del siglo XXI y no solo de las británicas, su manera de acercar la monarquía a la sociedad fue el camino por el que después transitaron muchas, desde las nacidas en palacio, como Victoria de Suecia, a las venidas de fuera, como Mary de Dinamarca o Rania de Jordania. De su historia y su legado aprendieron todas las casas reales y ahora Kate, tras una carrera de fondo, se perfila como la gran posibilidad de la Casa Real británica para "sustituir" de forma más respetuosa posible, porque además es la madre de sus nietos, a una princesa que genera una fascinación que nunca se disipa.