Se cumple un cuarto de siglo de su fallecimiento

La verdadera Diana, todo lo que mostró en su último año

La Princesa murió doce meses después de haber firmado su divorcio con el príncipe Carlos, justo cuando comenzaba una nueva etapa y afianzaba su proyección como figura humanitaria al margen de la Familia Real británica

Por Sira Acosta

La vida de Diana de Gales fue breve y rápida: se prometió con el príncipe Carlos con 19 años y se murió con 36. En el camino entre esos dos puntos la princesa cambió, la joven tímida, romántica, moldeable y deseosa de gustar se convirtió en una mujer libre, que buscó los mecanismos para dar a conocer su verdad, se resistió a ser infeliz, desafió las reglas de la monarquía y consiguió una segunda oportunidad, aunque finalmente la terminaría perdiendo por una muerte prematura y repentina. A lo largo de los años la princesa Diana mostró distintas facetas de su personalidad, pero nunca reveló tanto como en su último año de vida cuando dejó ver que el potencial que habíamos visto era solo la punta del iceberg.

Agosto de 1996 - Una nueva oportunidad

Carlos y Diana se habían separado en 1992, pero la Casa Real británica, en general, e Isabel II, en particular, se resistía a autorizar el divorcio a la espera de una posible reconciliación de pareja. Al parecer –según han sostenido amigos íntimos de la princesa y corresponsales reales- fue la polémica entrevista que Diana de Gales dio a la BBC en noviembre de 1995 lo que obligó a la institución a aceptar el divorcio de un matrimonio que estaba roto. Finalmente, el 28 de agosto se hizo oficial el divorcio de los príncipes de Gales: Diana perdió el tratamiento de Alteza Real, pero conservó su vivienda en el Palacio de Kensington y la custodia compartida de Guillermo, de 14 años, y de Harry de 11.  

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Septiembre de 1996 - Agenda frenética

Su agenda se volvió frenética: llena de compromisos y viajes internacionales, entre otros a la Casa Blanca, donde fue recibida por la Primera Dama de los Estados Unidos, Hillary Clinton. El mundo comenzaba a estar fascinado por su historia y Diana de Gales estaba deseosa de mostrar el potencial que tenía como figura humanitaria, algo que no era del agradado de la Familia Real británica que veía como la princesa más carismática tenía una agenda autónoma propia que eclipsaba a la de los Windsor. Sobre esto, merece la pena recordar que cuando Harry y Meghan en el año 2018 plantearon cambiar su estatus dentro de la Familia Real, el tema del trabajo humanitario volvió a ser foco de discusión, ya que en un principio la Casa Real intentó que renunciaran a ello, pero la pareja aclaro que "el servicio público es universal" y no una exclusividad de la realeza.

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Octubre de 1996 - Frenando el rechazo

Más carismática y cercana si cabe, Diana continúa la lucha contra la estigmatización de las personas que padecían VIH o SIDA, una causa que ella había emprendido en abril de 1987, cuando autoridades de todo el mundo miraban hacia otro lado y dejaban que se extendiera el miedo, el rechazo, la desinformación y la idea de que era una "plaga gay". Diana sabía que sí ella tocaba, abrazaba o hablaba con personas infectadas, el resto del mundo tendría un ejemplo a seguir y lo hizo, una labor pedagógica crucial a nivel internacional.

Noviembre de 1996 - Un Versace en Sídney

La princesa viaja a Australia para una gala benéfica y esa aparición en Sídney es icónica: Diana viste un vestido de satén azul y un hombro descubierto diseñado por su amigo Gianni Versace. La princesa –ya fuera de la Casa Real- deja de sentirse obligada a priorizar las marcas británicas y comienza a mostrar un estilo distinto: más sofisticada, más cosmopolita y más libre.

Diciembre 1996 - Críticas por arriesgar 

Diana es premiada por sus labores benéficas y brilla entre las estrellas en el Metropolitan Museum de Nueva York con un look que también hizo historia porque ella fue la primera que se atrevió con un vestido lencero firmado por John Galliano para Dior, un riesgo estilístico que le costó a la mañana siguiente algunas críticas en medios de comunicación británicos con comentarios como que la madre del futuro Rey de Inglaterra no podía salir de casa en "camisón", por no recordar otro tipo de comentarios desafortunados relacionado con su edad.

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Enero 1997 - Caminando por un campo de minas en sentido literal y figurado

Diana da un nuevo golpe de efecto que forma parte de los hitos de su biografía, ella ya sabía el efecto que su presencia al lado de enfermos de VIH había tenido, así que repite la operación y, esta vez, camina por un campo de minas en Angola para apoyar un tratado internacional para la eliminación de las minas antipersona, una campaña que ganó el Premio Nobel de la Paz dos meses después de su muerte. Sin embargo, su participación le costó algunas críticas de sectores empresariales y políticos del Reino Unido que consideraron que la Princesa se estaba entrometiendo en asuntos políticos y emprendiendo causas contrarias a los intereses de Estado. Fue entonces cuando Diana dijo su célebre frase: "no soy una figura política, soy una figura humanitaria". Con estas palabras Diana venía a decir que ya no era la nuera de la Reina de Inglaterra, ya no estaba casada con el futuro soberano británico y, por tanto, no tenía límites.

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Febrero 1997 - No descuida su presencia en el Reino Unido

Aunque su agenda internacional crece por momentos, Diana de Gales también multiplica su presencia en el Reino Unido, ese San Valentín -en el que todo el mundo ya sabía que Carlos de Inglaterra estaba profundamente enamorado de Camilla Parker-Bowles- ella reaparece para inaugurar la unidad para enfermos renales de Londres.

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Marzo 1997 - Con Nelson Mandela

Ese mes empezó con la celebración de la confirmación del príncipe Guillermo en el Castillo de Windsor, con la presencia de la Reina y de sus padrinos, entre los que está Constantino de Grecia, como los príncipes de Gales estaban recién separados suscitaba mucho interés el ver como se encauzaban las relaciones familiares. Una semana después Diana viajó a Ciudad del Cabo para conocer a Nelson Mandela, una de sus figuras inspiradoras, el primer presidente negro de Sudáfrica, un activista por los derechos civiles, las libertades públicas y el líder que extendió la ideología nacionalista, antirracista y antiimperialista. La fotografía que se tomó ese día ha vuelto recientemente a la actualidad, con el paso del príncipe Harry por las Naciones Unidas. "Cuando vi esa foto por primera vez, lo primero que me llamó la atención fue el rostro de mi madre, esa felicidad y e incluso ese puntito de descaro, en definitiva, la delicia de encontrarse en comunión con otra alma tan comprometida con el servicio a la humanidad", dijo el príncipe Harry durante el discurso que ofreció con motivo del Día Internacional de Nelson Mandela, en el que también reveló que esa fotografía cuelga de la pared de su casa.

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Abril 1997 - Estrella en Nueva York

Multiplica su presencia en hospitales de la capital británica y recibe en Kensington a su diseñadora de cabecera, Catherine Walker, con la que prepara una subasta benéfica que se celebrará en Nueva York entre una gran expectación y para la que dona vestidos y piezas icónicas de su armario.

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Mayo 1997 - Un momento sentimental complicado

Viaja a Pakistán con su amiga Jemina Khan. Después se sabría que durante esas vacaciones –en las que también realizó varias labores humanitarias- en el conoció a la familia del cirujano Hasnat Khan, considerado un gran amor en su vida. Esa relación –que distintas fuentes aseguran que duró en secreto unos dos años- se había interrumpido en su último verano debido a que al médico le estaba costando lidiar con la presión mediática que rodeaba a la princesa.

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Junio 1997 - El baile como válvula de escape

Su agenda se centra en Londres: la comunidad hindú la recibe con cariño y acude a ver El lago de los cisnes en el Royal Albert Hall; hay que recordar que Diana siempre fue una apasionada del ballet y una muy buena bailarina, lo demostró bailando con John Travolta en la Casa Blanca a petición de Nancy Reagan. Ese mes también se produce su ansiado encuentro con la Madre Teresa de Calcuta, que fallecería en septiembre, cinco días después de morir Diana. El 21 de junio el príncipe Guillermo celebra los 15 años, el último cumpleaños al lado de su madre.

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Julio 1997 - Un barco llamado 'Jonikal'

Las vacaciones de Diana (que ese mes cumple 36 años) con sus dos hijos, Guillermo y Harry, a bordo del Jonikal, el yate del magnate egipcio Mohamed Al Fayed, con cuyo hijo, Dodi Al Fayed, la princesa mantiene un brevísimo romance de verano dan la vuelta al mundo. La atención mediática en torno a ella es máxima y en ese yate se toma la famosa fotografía de Diana de Gales con bañador azul, solitaria y pensativa, en el trampolín del barco. Esas vacaciones se ven interrumpidas el 15 de julio por el asesinato de Gianni Versace, la princesa acude a su funeral.

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Agosto 1997 - El trágico final

Diana de Gales viaje a Bosnia para impulsar la campaña de eliminación de minas y de nuevo aparece a bordo del yate de Dodi Al Fayed en la Costa Azul. Son las fotos más buscadas del verano. Lo que iban a ser unos días románticos en París acaban en tragedia: Diana fallece en la noche del 31 de agosto en un accidente de tráfico, en el que también perderían la vida dos personas más, Dodi Al Fayed y el conductor del vehículo, Henri Paul.