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La agenda de lsabel II queda suspendida al menos hasta otoño. Según ha informado, The Sunday Times, la intención de la Reina es tomarse unos meses de descanso en el que sería el periodo más largo de ausencia en los 68 años que lleva de reinado. La crisis del coronavirus ha confinado a toda la población y obligado a suspender los grandes actos y eventos, incluídos los de la realeza. Lejos de tener la mirada puesta en una próxima desescalada de las medidas restrictivas, la Monarca apuesta por la prudencia y planea permanecer en el Castillo de Windsor por tiempo indefinido y mantenerse alejada de la vida pública.
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Esta decisión supone que, por el momento, no regresará al palacio de Buckingham, su residencia habitual, que por primera vez en 27 años no estará abierta al público este verano. Además, tampoco disfrutará de sus vacaciones estivales en Balmoral (Escocia). Este año prometían ser muy especiales, ya que los duques de Sussex se habían comprometido a acompañarla con su hijo Archie, que acaba de cumplir un año en Los Ángeles.
Desde que se trasladase al Castillo de Windsor a mediados de marzo con su esposo, Felipe de Edimburgo, Isabel II no ha mantenido ningún encuentro presencial, pero ha seguido en activo. Así, ha continuado con las audiencias semanales con el primer ministro Boris Johnson de manera telefónica -siempre que la salud de este lo permitía ya que ha estado ingresado tras contrer coronavirus- y se ha dirigido a la nación hasta en dos ocasiones. La primera fue un discurso televisado calificado como histórico por su excepcionalidad, ya que solo lo había hecho cuatro veces anteriormente, y con él envió un mensaje de ánimo y esperanza a los ciudadanos para afrontar la crisis sanitaria. La segunda vez fue el pasado 8 de mayo con motivo del 75º aniversario de la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.
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En su alocución, la Reina homenajeó a todos los combatientos que se jugaron su vida, con más o menos suerte, en el conflicto bélico y también a su padre, Jorge VI, encargado de anunciar hace 75 años, a la misma hora en la que su hija se dirigía a la nación, el fin de la contienda. "Recordando las palabras de mi padre y las alegres celebraciones que algunos de nosotros experimentamos de primera mano, me siento agradecida por la fuerza y el valor que Reino Unido, la Commonwealth y los aliados mostraron", declaraba antes de referirse al difícil contexto en el que se enmarcaba la efeméride. "Hoy puede parecer difícil que no podamos celebrar este aniversario especial como nos gustaría, lo hacemos desde nuestras casas y nuestras puertas. Pero nuestras calles no están vacías, están llenas del amor y el cariño que tenemos unos con otros" decía la Monarca en su mensaje.
Isabel II cumplió 94 años el pasado 21 de abril en unas circunstancias insólitas. Una íntima celebración y las videollamadas de sus familiares felicitándola suplieron las salvas de honor del Ejército o el tradicional izado de banderas en los edificios públicos. Tampoco tendrán lugar los grandes festejos del Trooping the Colour, el popular desfile con el que se conmemora el cumpleños de la Reina en cada mes de junio. Otros grandes eventos, como el gran ceremonial de la Orden de la Jarretera o la cita hípica de Royal Ascot, también se han caído este año del habitualmente nutrido calendario primaveral de la Familia Real.
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