Durante las últimas semanas, la agenda oficial de Máxima de Holanda le ha mantenido muy ocupada y tras inaugurar el Centro Cultural Den Bolder y participar en el fin de semana académico del Colegio Marcanti en Amsterdam, la princesa también ha tenido tiempo de recordar su infancia y divertirse haciendo manualidades con los niños de la escuela de educación básica De Christoffelen La Haya. La esposa del príncipe Guillermo visitó el centro con motivo de la clausura del proyecto BizWorl, que promueve la puesta en marcha por parte de los estudiantes de un simulacro de empresa, con el objetivo de que los jóvenes comiencen a desenvolverse responsablemente con el dinero y conocer su importancia.
Los niños disfrutaron de lo lindo con la visita de la Heredera y la llenaron de bonitos regalos que habían hecho con sus propias manos. Además, no dudaron en contarle su experiencia y qué recursos utilizaron para que sus empresas consiguieran beneficios, algo que fascinó a Máxima ya que pudo comprobar las sorprendentes ideas que los pequeños aportaron al proyecto. Sin duda, una excelente iniciativa que les permitirá conocer desde muy pronto la importancia de gestionar correctamente un negocio.
Al ver las sonrisas de todos ellos, Máxima no pudo evitar acordarse de sus hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane, y como en ocasiones su papel como Princesa no le permite pasar a su lado todo el tiempo que le gustaría, quiso sorprenderlas con unas pulseritas que ella misma realizó para que sepan que aunque esté fuera siempre se acuerda de ellas.
Como viene siendo habitual en los últimos años, la reina Beatriz, el príncipe Guillermo, Máxima y sus tres hijas iniciarán en los próximos días sus vacaciones de invierno en los Alpes austriacos. De hecho, ya es una tradición ver a la Familia Real holandesa al completo posando ante los medios para una sesión fotográfica en la estación de esquí de Lech.
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