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Doña Letizia ha visitado este viernes el centro de protonterapia Quirónsalud, situado en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Se trata de la primera instalación de terapia de protones en España y que supone una alternativa en la lucha contra algunos tipo de cáncer, una enfermedad con la que la Reina está muy concienciada. Un acto en el que hemos podido ver la faceta más tierna y humana de doña Letizia, que ha mostrado su lado más sensible fuera de protocolo, olvidándose de su papel institucional y dejándose llevar por su instinto más maternal. La mujer de Felipe VI ha recorrido las instalaciones de este centro pionero comenzando por las consulta médica, la sala de resonancia, el box de recuperación, la sala de control de monitores, la sala de tratamiento hasta la sala de espera, donde ha tenido lugar un encuentro muy especial. La madre de la princesa Leonor ha tenido la oportunidad de charlar con dos pacientes infantiles que le han robado el corazón.
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Doña Letizia, que llevaba un vestido midi de la colección de Massimo Dutti de 2019 con estampado de flores en tono beis de manga larga y con una lazada al cuello, ha intercambiado impresiones y ha mantenido una distendida conversación con los padres de los pequeños, mientras miraba a los niños embelesada. La Reina se ha agachado para estar a la altura de los niños, que de primeras se han mostrado algo tímidos ante su presencia. La madre animaba a uno de los pequeños a hablar con la mujer de Felipe VI y, aunque de primeras no estaba muy por la labor, la reina Letizia ha sabido cómo ganarse su confianza. Mostrando su lado más sensible, la Reina le ha acariciado la cabecita de manera muy cariñosa a uno de los niños mientras le daba conversación. El pequeño ha recibido de mil amores los mimos de la esposa de Felipe VI y se le ha visto muy relajado y a gusto junto a ella. Incluso, uno de ellos, Daniel, se ha animado a hacerle una pregunta a doña Letizia.
Poco a poco, los niños se han ido soltando. Tanto es así que doña Letizia ha terminado jugando con ellos. La Reina ha cogido uno de los juguetes que había en la sala de espera, un camión multicolor, que ha hecho rodar por el piso ante la atenta mirada de los pequeños que se han levantado al instante para acercarse a su distinguida compañera de juegos. Doña Letizia se ha mostrado muy cercana con los pequeños y con sus familias dejando aflorar su lado más sensible, interesándose y queriendo sacar una sonrisa a estos pacientes infantiles. Los temas referentes a los niños y los problemas que les atañen son causas con las que la Reina tiene una especial implicación y no solo de manera institucional, sino personal.
No es la primera vez que vemos a doña Letizia pendiente de los más pequeños, con los que siempre presenta su cara más maternal y cariñosa. Los coge en brazos, como pudimos ver, entre otras muchas ocasiones, durante su visita a Poreñu "Pueblo ejemplar de Asturias" en 2017, charla con ellos e incluso les guía y les da consejos. En ocasiones, incluso, ha llegado a mediar si era testigo de algún conflicto entre ellos, tal y como se pudo ver en una visita que los Reyes hicieron a Medina del Campo, cuando dos niñas, que eran primas, comenzaron a discutir en presencia de la doña Letizia.
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