La audiencia de hoy en la Zarzuela no era una más. Ninguna lo es, pero la de esta mañana en cuestión era significativa desde un punto de vista personal. Los Reyes abrían las puertas de palacio a antiguos compañeros de profesión y de cadena de doña Letizia (tal vez también se encontraba algún amigo en la pequeña representación de Televisión Española) para celebrar el 60º aniversario del comienzo de sus emisiones oficiales.
La agenda oficial pasaba de la Historia a la historia en veinticuatro horas y de la solemnidad de la apertura de la primera legislatura bajo el reinado de Felipe VI a la naturalidad de un reencuentro que ha arrancado más de una sonrisa a la Reina. Desde el primer momento: con una entrada triunfal. Como en las citas que importan y en las que no hay ningún peligro de desviar la atención de lo verdaderamente trascendental, doña Letizia ha vestido de estreno la ocasión con un conjunto compuesto por un jersey negro entallado y con cuello a la caja; una falda tricolor (gris, blanco y negro), acampanada y con aplique contrastado de Boss, la firma alemana que da carrete una temporada tras otra desde 2008 a la elegancia de la Reina, que en la página web de la marca cuesta 199,95 euros; un cinturón negro todo de piel (hebilla incluida), última tendencia, y a sus pies, unos salones negros como los que a menudo pasean Victoria Beckham, Demi Moore o Kate Moss por la alfombra del asfalto y Máxima de Holanda, Mary de Dinamarca y la Duquesa de Cambridge por la alfombra de palacio. Como único adorno, lució los pendientes de oro blanco, diamantes y perlas cultivadas de agua dulce de Tous de la colección de Piezas Especiales de Rosa Tous.
El Rey también se conjuntó en color y sonrisas con su mujer en un acto en el que era la Reina quien acaparaba todas las miradas. Don Felipe y doña Letizia han saludado uno a uno a sus invitados, han posado con la representación de la cadena en el tradicional retrato de familia y, con algunos más amigos y de más confianza, han conversado distendidamente, tal vez de aquellos años. Porque la Reina también es protagonista de la historia de Televisión Española, de la más reciente: trabajó desde 2000 a 2003 para la cadena pública, llegando a cosechar audiencias de cuatro millones de personas en el Telediario segunda edición.
Pero la historia de TVE se remonta mucho a atrás. A aquel 28 de octubre de 1956 en el que, tras dos años de pruebas, tuvo lugar la primera retransmisión desde un chalet del madrileño Paseo de la Habana. La señal, que tenía un alcance de 60 kilómetros, solo podía ser recibida por los 600 aparatos receptores que había entonces en Madrid y sus alrededores. Poco a poco, la señal de la cadena pública se fue expandiendo hacia el noreste del país. Para facilitar su acceso se fueron creando los teleclub, donde los ciudadanos que no disponían de aparato de televisión en su casa podían verla. La Primera alcanzó ya en la primera mitad de los sesenta a todas las provincias y ya para finales de 1964 había en el país un millón de televisores.
Este 60º aniversario de TVE no pasa de largo hoy en Palacio ni pasará estos días en la propia cadena. Televisión Española ha preparado diversas actividades, como una gala especial en La1 que se emitirá en diciembre y un servicio de streaming que emite lo más destacado de su programación a través de la web dedicada a la ocasión. Un aniversario que celebra personalmente la Reina.
