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Alberto Soler, psicólogo infantil© Barbie

Psicología

Alberto Soler, psicólogo infantil: "El juego es imprescindible para el desarrollo"

El experto en crianza enumera los beneficios para niños y niñas de jugar con muñecas y explica cómo favorece su desarrollo cerebral


23 de junio de 2025 - 7:30 CEST

Los padres, a veces, no le damos la importancia que merece el juego en el desarrollo de los niños o tendemos a pensar que solamente los juegos educativos o los juegos que fomenten el pensamiento matemático o funciones ejecutivas es el verdaderamente útil. Nada más lejos de la realidad. El juego con muñecas, el juego simbólico, no solo aporta importantes beneficios a los niños, sino que es en sí mismo un hito del desarrollo, como nos indica Alberto Soler, psicólogo infantil y divulgador.

Hemos hablado con él con motivo de la presentación en Madrid de la investigación Benefits of Doll Play (Beneficios del Juego con muñecas), realizada por la Universidad de Cardiff en colaboración con Barbie. En el estudio se comparó la actividad cerebral de niños que jugaban solos con muñecas a la de otros niños que jugaban con una tablet.

La principal diferencia se halló en regiones cerebrales relacionadas con la empatía y con el pensamiento prosocial. “La experiencia subjetiva del niño del niño es más o menos la misma; es decir, estoy jugando y me lo estoy pasando bien. Pero lo que ocurre dentro de su cerebro no tiene absolutamente nada que ver”, indica Soler en la presentación.

La investigación concluyó, además, que cuando los niños y las niñas juegan con muñecas ellos solos, se activa el lenguaje sobre los estados emocionales internos, que es un tipo de verbalizaciones que hacemos para referirnos a cómo nos sentimos, cómo estamos o cómo esta otra persona, como explica el psicólogo.

El juego es, quizá, la tarea más importante que pueden hacer niñas y niños durante durante la infancia, porque es la vía por la que se establecen la mayor parte de los aprendizajes más importantes

El juego con muñecas fomenta, por tanto, la empatía y las habilidades sociales. De ahí que podamos considerar al juego como “la tarea más importante que pueden hacer niñas y niños durante durante la infancia, porque es la vía por la que se establecen la mayor parte de los aprendizajes más importantes”, asegura Soler. “Aprenden autonomía, aprenden a poner límites, aprenden cómo funciona el mundo, aprenden a relacionarse entre ellos, con vosotros…”.

Hemos querido tratar en profundidad este tema, averiguar cómo influye en el niño, en su desarrollo cerebral y emocional, el juego simbólico y, en concreto, el juego con muñecas. Acerca de todo ello hemos hablado con Alberto Soler y esto es lo que nos ha contado:

¿Cuáles son los beneficios de jugar con muñecas para el desarrollo emocional?

Estamos viendo que, sobre todo, beneficia mucho el desarrollo de la empatía y el desarrollo de un tipo de lenguaje que está muy relacionado, que es el lenguaje sobre estados emocionales internos, que es la forma en la que nosotros hablamos de nuestras propias emociones y sobre las emociones de otras personas. Al fin y al cabo, el juego con muñecas y el juego simbólico lo que favorece son esos procesos mentales de ponerse en lugar del otro y fomenta la creatividad frente al pensamiento lateral, y eso nos ayuda muchísimo en el día a día.

A parte de lo que tiene que ver con lo emocional, ¿qué otros beneficios aporta?

Cuando jugamos con otras personas, nos aporta esa conexión social en la interacción uno a uno con los demás. Cuando hablamos de jugar entre padres e hijos, nos da el contexto y la oportunidad de poder conocer mejor a nuestras criaturas, saber cómo son, qué es lo que les gusta, cómo juegan... y fomenta un espacio de conexión y de comunicación que, a veces, el día a día no nos permite si no nos echamos a la alfombra a jugar.

Según el estudio, desarrollan más lenguaje emocional cuando juegan solos con las muñecas a cuando lo hacen con otros; ¿es adecuado favorecer, entonces, que jueguen solos?

Se observan más diferencias cuando comparamos el juego en solitario, sobre todo, cuando se hace mediante muñecas en comparación con una tablet. No, esto no nos tiene que llevar a pensar que tenemos que fomentar el juego en solitario, sino a desmitificar que la niña o el niño que quiere jugar a solas esté haciendo algo malo.

Siempre tenemos que ofrecer nuestro tiempo, nuestra disponibilidad y nuestro acompañamiento; ¿para qué? Para que puedan jugar con nosotros y, por supuesto, que puedan jugar con los iguales. Pero en un momento en el que las tasas de natalidad son tan bajas y en el que la mayoría de niñas niños no tienen hermanos, tenemos la tranquilidad de saber que, aunque estén jugando a solas y no tengan una persona a su lado, también se están beneficiando de todas esas cosas positivas que les aporta el juego simbólico.

El estudio compara el juego con muñecas a estar frente a una tablet, pero ¿hay diferencias también con otro tipo de juegos ‘analógicos’ como las construcciones o los juegos de mesa?

Cojamos los ejemplos que has puesto: juego de construcciones, juego de mesa o juego con muñecas. Cada tipo de juego aporta algo diferente a los niños. No hay unos que sean mejores o peores, sino que cada uno aporta cosas distintas. Los juegos de muñecas nos ofrecen una materia prima que es muy buena para ejercer ese juego de roles, para podernos poner en el lugar de las otras personas y para fomentar ese lenguaje y esas interacciones de uno a uno, para fomentar la empatía.

Los juegos de construcciones, por ejemplo, nos ayudan a desarrollar la visión visoespacial, el pensamiento matemático, el pensamiento volumétrico, la creatividad... Los juegos de reglas nos enseñan a negociar, a seguir reglas, a pensar estrategias… Todos los juegos, “tradicionales” aportan cosas distintas a las niñas y a los niños. Y cuando son mucho más mayores y los juegos son digitales, también les pueden aportar. Pero sobre todo los juegos tradicionales, que son tangibles y que están adaptados a su momento del desarrollo. Todos tienen aportes beneficiosos para ellos.

Niñas juegan con muñecas Barbie© Adobe Stock

Un niño que tiene dificultades para jugar a juegos simbólicos o con muñecas, ¿qué puede significar?

Tenemos que analizarlo. Niñas y niños que tienen dificultades en el juego simbólico, quizá es que todavía no han llegado a esa etapa de juego simbólico. Quizá no lo están exteriorizando de la misma manera que otros niños y, en algunos pocos casos, nos puede indicar que hay algún tipo de alteración en su desarrollo que tendríamos que valorar.

El juego simbólico es algo por lo que la inmensa mayoría de las niñas y los niños pasan en un momento u otro. Y sí que es verdad que, si llega una edad en la cual no ha aparecido ese juego simbólico, tenemos que preguntarnos qué es lo que está pasando ahí porque es un hito del desarrollo, igual que caminar o gatear, que se tiene que producir.

¿Cómo afecta al niño si nos saltamos la etapa del juego simbólico?

Va a ser muy complicado porque la propia naturaleza del niño le va a llevar a ese juego simbólico de una manera muy natural. Son etapas que van muy de la mano de su desarrollo cerebral. Entonces, en el momento en el que se desbloquean ciertas habilidades a nivel cerebral, la niña o el niño las pone en práctica mediante el juego.

Hoy el mensaje más importante es no intentar quemar etapas muy rápido y, sobre todo, no forzarles a que muestren un juego o un tipo de juego para el que todavía no están preparadas. No pueden tener juego simbólico con un año y no pueden tener o entender un juego de reglas con tres años. Tenemos que respetar ese ritmo de desarrollo.

Sigue habiendo estereotipos en el juego de entre niños y niñas, y a ellos se les da menos oportunidad de jugar con muñecas y al juego simbólico en general. ¿Esto qué implica?  

Los estereotipos siempre han existido y siempre van a existir y vamos a quitar unos estereotipos para introducir otros, porque los estereotipos, al final, forman parte de cómo funciona nuestro cerebro. Pero sí que es verdad que, afortunadamente, niñas y niños hoy pueden jugar de una manera mucho más libre de lo que podíamos jugar nosotros hace 30 ó 40 años. 

El juego con muñecas y el juego simbólico lo que favorece son esos procesos mentales de ponerse en lugar del otro y fomenta la creatividad frente al pensamiento lateral

Algunos de los estereotipos más asociados al género se van derrumbando y cada vez hay más niños que juegan con muñecas, y no hay ningún problema en que juegue con muñecas, y cada vez hay más niñas que juegan a fútbol, a cosas tradicionalmente asociadas a niños, y no hay absolutamente ningún problema en ello.

¿Quiere decir eso que tengamos que obligar o que forzar a los niños a jugar con muñecas? No. Si no le gusta, no tienes que obligar; ¿quiere decir que tengas que obligar a una niña a jugar a fútbol? No, tampoco. Pero que no limitemos la expresión libre del juego en niñas y niños y que todos puedan jugar a lo que quieran porque realmente el juego, ya sea con muñecas, con construcciones o con una pelota, no entiende de género.

La primera parte de la investigación de Barbie y la Universidad de Cardiff se publicó en plena pandemia; ¿te has encontrado con niños a los que les repercutiera en su forma de jugar y que ahora arrastren las consecuencias?

Sí, todo lo que fue la época de la pandemia afectó mucho a la salud mental de las niñas, niños y adolescentes. Muchísimo. Y lo vimos por diferentes vías: una es porque les quitamos la interacción cara a cara con sus iguales, que eso es algo imprescindible en la adolescencia e imprescindible durante la infancia; ahí tuvieron una laguna en algo que era tremendamente importante para ellos.

Y luego, el exceso de exposición a pantallas durante la pandemia hizo aparecer consecuencias negativas en esas niñas y niños. Vimos retrasos en el habla, retrasos en el desarrollo del lenguaje y retrasos a nivel a nivel cognitivo; incluso, perfiles de niñas y niños que llegábamos a confundir con trastornos del espectro del autismo, cuando realmente lo que tenían era un exceso de exposición a pantallas.

Ya en la adolescencia, ese exceso de exposición a pantallas hizo que se aumentaran posteriormente a la pandemia los casos de bullying, de acoso y problemas de imagen corporal. Todo lo que implicó la pandemia de quitarnos las relaciones entre entre iguales y el exceso de exposición a pantallas tuvo efectos muy negativos en la salud mental de niñas, de niños y adolescentes.

¿Se puede arreglar esto?

Sí, sí. Estamos ya revirtiendo lo que está ocurriendo. Y por eso somos muchos los profesionales de la salud que insistimos en el efecto que tiene la exposición a pantallas en la salud física y emocional de las niñas, de los niños y de los adolescentes. Y afortunadamente, como sociedad, cada vez somos más conscientes de esos peligros. Cada vez se va regulando más, se va acotando más esa exposición y tenemos que seguir avanzando en esa línea para poder revertir algunas de las consecuencias negativas que estamos viendo.

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