Adolescentes©GettyImages

Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

¿Cómo lograr que las niñas y las adolescentes se interesen por las asignaturas de Ciencias?

De cara al Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, el 11 de febrero, analizamos por qué las chicas acaban dando la espalda a las asignaturas y las carreras de Ciencias

A pesar de que cada vez se demandan más profesionales con perfil tecnológico y con amplia formación en ciencias, en general, y en matemáticas en particular, las niñas y adolescentes de nuestro país siguen mostrando cierto rechazo o desinterés por las asignaturas y carreras de Ciencias. De hecho, la presencia de mujeres dirigiendo investigaciones sigue siendo menor que la de los hombres (solo un 24% en universidades y un 26%, en organismos públicos, según el Programa Editorial 2020 del Ministerio de Ciencia e Innovación). Esta diferencia se aprecia ya entre los universitarios, pues aunque sigue habiendo una mayoría aplastante de chicas que cursan una carrera universitaria, solo conforman el 25% de los matriculados en ingenierías, por ejemplo. La clave es lograr el interés de las niñas y adolescentes por las asignaturas de Ciencias desde que son pequeñas, pero ¿cómo? Se lo hemos preguntado Louisa Rosenheck, pedagoga y directora del consejo asesor de expertos pedagógicos del Grupo Kahoot!, con quien hemos hablado con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra este domingo 11 de febrero.

¿Siguen las niñas y adolescentes hoy en día mostrando menos interés por las asignaturas de Ciencias? ¿Por qué?

Sí, el problema de la infrarrepresentación de las mujeres en los campos STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) es muy real, pero no empieza desde la primera infancia. Las investigaciones demuestran que las niñas de primaria siguen mostrando mucho interés por las STEM , pero es en la escuela secundaria cuando su interés disminuye drásticamente, llegando a representar sólo el 25% de los estudiantes de STEM en España. No es por falta de capacidad, ya que las chicas obtienen resultados tan buenos o mejores que los chicos en los campos STEM. Los investigadores creen que los problemas son más sociales, por ejemplo, la falta de modelos femeninos como científicas y programadoras, y la presión social para elegir profesiones tradicionalmente femeninas o campos menos especializados. Además, hay muchas ideas erróneas de que las carreras STEM no son creativas, colaborativas ni resuelven problemas importantes del mundo, todo lo cual suele atraer los intereses de las chicas.

Como señalas, la adolescencia, etapa trascendental para elegir estudios universitarios: ¿cómo guiar a las adolescentes para que saquen partido a su potencial en las materias STEM?

En la adolescencia, o en los años de la escuela media, un enfoque consiste en crear clases o clubes STEM solo para chicas. Esto puede crear un entorno más propicio para que las niñas desarrollen su interés y confianza en STEM, sin sentir que no pertenecen a él. También es muy importante alimentar el interés existente por las STEM, animando a las niñas y haciéndoles saber que pueden tener éxito en las carreras STEM.

Sin embargo, es importante recordar que el refuerzo de la autoeficacia y la confianza en STEM debe comenzar antes de la adolescencia, antes de ese punto de abandono de STEM. Por eso es fundamental ofrecer muchas oportunidades de ingeniería, programación, etc. en los primeros años.

¿Cuál es el papel de los referentes femeninos para atraer a las adolescentes a carreras de ciencias y, en concreto, de tecnología y de las matemáticas?

La mayoría de los discursos mediáticos (publicidad, videoclips, videojuegos, películas, series) siguen insistiendo en el papel de la mujer como cuidadora. Empezando por los juguetes infantiles, ropa para niñas y niños, las actitudes que se muestran en ambos son inconfundibles: los niños son presentados en espacios abiertos, manejando coches, conduciendo motos o naves espaciales, jugando a juegos de acción. A las niñas se las suele representar en interiores, cuidando de sus muñecas, jugando a las casitas o poniéndose guapas.

Estos roles, que los niños adquieren de los medios de comunicación y de la sociedad, se refuerzan en su entorno familiar, lo que les lleva a asumir como propios o correctos determinados papeles vinculados a cada sexo, según la experta. Las niñas aprenden muy pronto que serán valoradas por su apariencia mucho más que por su talento o capacidad intelectual. Los chicos aprenden que se espera de ellos éxito profesional o económico.

¿Hay medidas que se deberían tomar desde las administraciones para fomentar ese interés?

Para paliar esta brecha, las administraciones han de apostar por medidas que ofrezcan seguridad jurídica a la igualdad de género en el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación con el fin de avanzar hacia la plena e igualitaria participación de las mujeres en el ámbito de la I+D+i. Del mismo modo, se debe promover, proponer, asesorar e impulsar la puesta en marcha de políticas y actuaciones públicas en estos ámbitos para eliminar los obstáculos visibles e invisibles que impiden la igualdad de género real y efectiva.

Pedagoga©Grupo Kahoot!
Louisa Rosenheck

¿Qué puede hacer el profesor en el aula para lograr que les gusten estas asignaturas?

Por un lado, los profesores pueden presentar a científicas famosas y destacar sus importantes contribuciones en estos campos. El aprendizaje gamificado mediante el uso de la tecnología es un buen método que los profesores pueden aplicar en el aula para captar la atención de los alumnos y desarrollar el interés por estas materias.

Una de las formas en que Kahoot! apoya a los profesores es facilitándoles el acceso a contenidos de editoriales como Rebel Girls, DK (en Estados Unidos y Reino Unido) y The Museum of Science; también pueden consultar una serie de colecciones que creamos, como el mes de las Mujeres en la Historia. Además, colaboramos con educadores verificados de todo el mundo de la comunidad Kahoot! que crean cursos sobre STEM como asignatura.

Los profesores también pueden llamar la atención sobre el hecho de que el trabajo en los campos STEM es, de hecho, creativo, colaborativo e impactante, haciendo que los proyectos y experimentos de clase sean auténticos y se basen en problemas del mundo real. Asimismo, pueden trabajar para establecer una cultura de clase que sea en sí misma más colaborativa, no sobre obtener la puntuación más alta o la respuesta correcta, como a menudo se sienten las clases de STEM. Es fácil que las chicas se sientan intimidadas por los chicos, que pueden hablar primero o actuar como si lo supieran todo, y sientan que las ciencias o las matemáticas no son para ellas. En definitiva, los profesores han de hacer que las alumnas sientan esas clases como un espacio seguro y de empoderamiento que puede ayudarlas a mantener los intereses que puedan tener desde una edad temprana.

¿Y los padres desde casa?

El papel de las familias y del entorno de las niñas es crucial para cambiar las percepciones. Las familias deben exponer a las niñas a experiencias, juegos, juguetes y actividades en las que puedan entrar en contacto con estas disciplinas y satisfacer su curiosidad por aprender sin prejuicios previos. Hay que buscar referentes femeninos en los que puedan verse reflejadas, ya sea en su entorno más cercano, en personajes reales históricos o actuales, o en el cine y la literatura.

Las familias también deben reflexionar sobre sus propios prejuicios: ¿quién de su familia ha llegado a ser científico o ingeniero? ¿Cómo hablan ellos mismos de estos campos? ¿Se considera mamá “no una persona de matemáticas”? Los pequeños comentarios de los padres pueden tener un efecto enorme en la percepción que tienen los niños de los campos a los que pertenecen, así que cambiar la narrativa en casa para asegurarse de que están animando a las chicas es una práctica clave.

¿Qué habilidades o competencias habría que fomentar en las niñas desde la primera infancia?

Para mejorar en matemáticas, es necesario no creer que ser bueno en matemáticas es un don innato e invariable. Esto es lo que los expertos llaman tener una “mentalidad de crecimiento”, es decir, creer que las habilidades y la inteligencia de cada uno pueden desarrollarse con el tiempo.

Junto con una mentalidad de crecimiento, tanto los profesores como los padres deberían reconocer algunas de las habilidades preparadas para el futuro que las niñas ya pueden estar desarrollando, y que son esenciales para el trabajo en STEM aunque mucha gente no se dé cuenta de ello. Por ejemplo, la curiosidad es una disposición que todo el mundo tiene desde una edad temprana, y hacer buenas preguntas es una práctica científica clave. Muchas niñas se sienten atraídas por las experiencias sociales y están dispuestas a colaborar juntas, una parte importante de ser investigador, basándose en investigaciones anteriores y aprovechando la experiencia de otros investigadores. Un simple estímulo como “Vaya, habéis colaborado muy bien en ese experimento, como hacen los grandes científicos” puede sentar las bases para combatir los conceptos erróneos.

Los padres pueden implicarse con sus hijos a través del juego y entender qué despierta la curiosidad en ellos. De hecho, desde Kahoot! desarrollamos Kahoot! Kids precisamente para eso, para ayudar a los padres a establecer una relación más estrecha con sus hijos en casa. La idea principal es que ambos puedan jugar y aprender juntos a través de una variedad de juegos que se centran en el desarrollo de habilidades de la primera infancia y STEM.

¿La llamada ansiedad matemática se da más en las niñas que en los niños? ¿Cómo ayudarles a hacer frente a ella?

Según el último informe PISA, España se sitúa como el segundo país con mayor porcentaje de ansiedad de Europa, sólo por detrás de Italia (39%), frente al 14% de Portugal y el 12% de Dinamarca. Además, diversos estudios internacionales demuestran que muchos padres que se consideran “alfabetizados” transmiten su ansiedad a sus hijos, que se agobian ante una ecuación, y muchos profesores (sobre todo profesoras) reconocen su miedo a enseñar, por ejemplo, cálculo o geometría en 5º o 6º de primaria. Por eso, cada vez son más las iniciativas que tratan de poner freno a esta ansiedad entre profesores, alumnos de educación y familias interesadas.

Otro interesante dato del citado informe PISA es que el 46% de los escolares españoles decía sentir “mucho estrés” por los deberes de matemáticas y el 39% se sentía “desamparado”, mientras que al 76% le preocupaba sacar una mala nota en esta asignatura. El afán paraliza más a las chicas (un 50% más), que siempre muestran menos confianza en sí mismas que los chicos en sus evaluaciones -aunque sean ellas las que han hecho bien el ejercicio- y rinden menos ante la presión de los exámenes. Su inseguridad también les lleva -a pesar de que abandonan menos los estudios y sacan mejores notas- a no optar por carreras técnicas, que suelen tener sueldos más altos que las de ciencias sociales y humanidades.

¿Influyen en estas preferencias los sesgos de género?

Los datos sobre las mujeres que estudian carreras STEM mencionados anteriormente son una prueba de los sesgos de género arraigados en los roles culturales de feminidad y masculinidad.

En este sentido, los estereotipos tienen una doble influencia en la elección de carrera: sobre nuestras capacidades (al sentirnos capaces o incapaces en determinadas carreras por nuestro género) y sobre las carreras (al etiquetarlas como masculinas o femeninas). De hecho, la amenaza de los estereotipos la sienten mucho las mujeres en su rendimiento matemático, ya que son estereotipados negativamente desde pequeñas y, con el paso de los años, se convierten en barreras ocultas que las llevan a desvincularse de las carreras STEM.

¿Tiene que ver la percepción de sí mismas de las niñas y adolescentes? (que se vean menos capaces, por ejemplo)

Los condicionantes de género también influyen en la percepción que las personas tienen de sus propias capacidades, lo que a su vez condiciona sus decisiones académicas y profesionales. Desde la infancia, niños y niñas reciben experiencias ambientales diferentes que conformarán sus intereses y creencias de autoeficacia.

Otra cuestión importante en juego, como ya se ha mencionado, son las fuertes ideas falsas sobre cómo son las carreras STEM. Los estereotipos nos dicen que ser científico significa pasar largas horas sentado solo en una bata de laboratorio, haciendo un trabajo tedioso siguiendo un procedimiento específico. Pero, de hecho, gran parte de la ciencia es creativa y desconocida, e implica gestionar personas y trabajar en equipo. Estos tipos de trabajo suelen atraer a las niñas y las mujeres, sobre todo cuando pueden utilizarse para influir en el mundo y resolver problemas interesantes así que establecer esa conexión y dar ejemplos realistas de cómo es el trabajo en STEM puede hacer que las niñas se sientan más atraídas por esos campos.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.