Si estás embarazada durante los meses verano uno de los grandes inconvenientes con el que tendrás que lidiar durante este tiempo es el calor. Las embarazadas tienen una temperatura corporal mayor durante el estado de gestación, por eso, son más suceptibles de padecer golpes de calor, además, las altas temperaturas también pueden provocar otros síntomas como el aumento del cansancio y la fatiga, sobre todo, durante el último trimestre de embarazo. Para hacer un poco más llevaderos los días de calor y saber cómo debes cuidarte durante esta época del año, hemos hablado con el doctor Gabriel Ferret Fuchs, Ginecólogo Obstetra (www.ginecologiaferret.es), quien nos da una serie de consejos que serán claves para tu bienestar.

La hidratación, fundamental

La hidratación es muy importante en cualquier persona, pero aún más en embarazadas, y, ¡sobre todo en verano! Se recomienda que las gestantes beban entre 2 litros y 2,5 litros al día, de los cuales unos 700 ml pueden derivar de alimentos que contengan agua como por ejemplo la fruta. Mantenerse bien hidratada es fundamental para regular la temperatura corporal, así como para eliminar toxinas y prevenir la formación de posibles edemas (comúnmente conocidos como hinchazón). Para evitar la deshidratación el Dr. Ferret nos da una serie de premisas a tener en cuenta:

• No acudir a la playa en las horas centrales del día que es cuando más daña el sol y cuando, en consecuencia, más deshidratación puede producirse.
• Beber agua con frecuencia, aunque no se tenga sed, la sed se tiene cuando ya se está deshidratando; por ello la necesidad de crear el hábito de tener una botella cerca de agua de la que ir bebiendo con asiduidad.
• Tomar alimentos que fomenten la hidratación como fruta: sandía, ciruelas, melón.
• Como es norma en la embarazada, no debe tomar alcohol.

Del mismo modo, mantenerte fresca será muy importante y para ello debes elegir la ropa adecuada que sea de tu talla, que no te presione y con la que vayas cómoda. “Es recomendable siempre el uso de prendas transpirables como aquellas que sean de algodón, lino o tejidos naturales. No usar fibras sintéticas que no transpiren”, nos dice el doctor.

Cómo mantener a raya la hinchazón

Uno de los síntomas más característicos del embarazo es la retención de líquidos, también muy típica durante los meses de calor, y que provoca, que las embarazadas se sientan más hinchadas. Y es que hasta un 25% del aumento de peso durante el estado de gestación puede atribuirse a un exceso de líquidos, que pueden notarse desde el primer trimestre, pero lo normal es que sea más evidente a partir del quinto mes, pudiendo aumentar durante los últimos tres meses. Dicha hinchazón es causada por la sangre y líquidos adicionales que el cuerpo de la embarazada produce para el desarrollo del bebé. Aproximadamente, se crea un litro más de sangre la cual circula por el torrente sanguíneo para nutrir al feto a través de la placenta, así como para eliminar los deshechos que se generan por la formación de los tejidos del bebé, y que la mamá expulsa a través de la orina. Si a esto, además, le sumamos las altas temperaturas, estar demasiado tiempo de pie, el consumo de demasiada cafeína o sodio y poco potasio, la situación puede empeorar.

“Lo primero a tener en cuenta es que se debe averiguar a qué es debido esa retención de líquidos, consultando con el especialista que lleva a la embarazada. Los motivos pueden ser múltiples y mayoritariamente benignos, pero deben ser explorada la paciente en consecuencia”, aconseja el doctor. “Una buena recomendación en verano sería caminar al menos 30 minutos con el agua a la altura de las rodillas y hacerlo dos veces al día: por la mañana evitando horas punta de sol y por la tarde-noche. En el caso de que no tengan esa posibilidad, en piscina”, sugiere el obstetra.

Otros consejos a tener en cuenta…

Para finalizar, el Dr. Ferret nos da una serie de recomendaciones generales que toda embarazada debe tener en cuenta, sobre todo, durante los meses de verano:

• Descansar al menos 8 horas y hacer al menos una siesta
• En cuanto a la alimentación: hacer comidas con poca cantidad y de forma frecuente; unas 5-6 al día y que no sean nada copiosas.
• Se recomienda realizar ejercicio ligero suave, siempre con una buena hidratación y no realizarlo en ayunas.
• En momentos de mucho calor realizar controles de tensión porque con la deshidratación se tiende a bajadas de la misma.
• Usar calzado plano y cómodo.
• Evitar cambios bruscos de temperatura, puesto que la adaptación termodinámica de la embarazada es pobre por lo que puede generar problemas.
• La embarazada tiene fotosensibilidad aumentada, por eso, tiene que aumentar el factor de protección (+ de FPS 50) e ir renovando su aplicación. Lo más recomendable en la embarazada es que, además, se proteja de manera física con sombrero, se ponga en la sombra, etc…