La boda en La Rioja de Paloma, la novia del vestido lencero desmontable

Nuestra protagonista se casó con un sofisticado diseño de satén en una celebración íntima

Por Estrella Albendea

Hay vestidos de novia que superan todas las expectativas y se convierten en virales. Cuando la protagonista del gran día se ve en la encrucijada de decidir quién será el responsable de su diseño, puede recurrir a consejos de amigos y familiares, a recomendaciones y búsquedas personales o a esas firmas que conocía o con las que soñaba para una fecha tan especial. Esto último le sucedió a Paloma, que se casó en septiembre de 2020 con un look que ha dado la vuelta a las redes sociales y después de quedar impresionada por el trabajo de su diseñadora. “Siempre me ha encantado Marcela (Mansergas), pero en el momento en que me dibujó en directo el boceto del vestido lo tenía claro. Creo que en una situación normal Marcela hubiera sido la mejor elección, pero sin duda, en este año tan raro, se ha comportado de manera ejemplar. Tanto ella como su equipo de modistas han hecho que todos los nervios e incertidumbre sobre lo que fuese a pasar se olvidasen por un momento en las pruebas”, nos relata.

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Un look de novia muy versátil

“Nos casamos el 12 de septiembre de 2020, en la Bodega Marqués de Tomares, de La Rioja. Decidimos esa fecha en mayo de 2019, y a pesar de todo lo ocurrido en 2020, la mantuvimos porque teníamos claro que para nosotros lo importante era casarnos. Aun así, con tanta incertidumbre, teníamos un plan B por lo que pudiera pasar”, introduce Paloma. Por suerte, el vestido de novia tampoco sufrió ningún cambio, era el mismo que Marcela Mansergas ideó en octubre de 2019 en un bonito boceto, el primero que presentó a la novia.

“Tenía claro que quería que fuese desmontable, tuviese cuello y la abertura de la falda, el resto lo hizo Marcela en un boceto que me dibujó en directo en el taller y de lo que me gustó, no cambiamos nada durante el proceso”. El resultado fue un diseño que se adaptaba a momentos diferentes de la boda, compuesto por un vestido lencero de satén con una sobrecamisa de manga francesa y cuello cisne con encaje y espalda semidescubierta. Una elección que era fiel al estilo que gustaba a la novia, porque como la propia Paloma reconoce, para elegir correctamente un vestido de novia es fundamental "que estés cómoda y te sientas tú misma".

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Unos accesorios sencillos

Para completar un look tendencia como el suyo, Paloma se decantó por unos discretos pendientes, unas sandalias de aires vintage de Jimmy Choo y, poco después en la celebración, una tiara dorada para acompañar su pelo suelto. Porque el peinado fue otro de sus grandes complementos: “Conocer a Amparo Sánchez fue la mejor casualidad que me pudo pasar. Solo tenía claro que quería ondas naturales, y para eso es la mejor. El mismo día de la boda decidimos la coleta. Después me lo solté y con el vestido de debajo, me puse la diadema de Suma Cruz. No me suelo maquillar mucho, así que por eso el maquillaje fue muy natural”. Y el resultado, tras cuidarse la piel en Nila Balbuena Beauty, fue espectacular y elegante al mismo tiempo.

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El otro ingrediente destacado que terminó de construir el estilismo que ya ha conquistado a las redes sociales fue su ramo, una creación de aires clásicos y silvestres, con el verde y el blanco como tonalidades destacadas, que seguía la misma línea estética de la boda. “Quería algo sencillo y me encantan las margaritas, así que lo deje en manos de Marta de Espacios Verdes”, reconoce.

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Cambios de última hora en la organización

Del look de la novia al día más importante de su vida. Para Paloma y su marido Álvaro la organización estuvo marcada por algunas decisiones de última hora, todas ellas tomadas para seguir las medidas que marcada su comunidad autónoma, La Rioja y por la seguridad de todos los asistentes. El proceso comenzó un año antes: “Como vivimos fuera de La Rioja, contratamos a Rossi Landazuri para ayudarnos con la boda. Con lo organizada que es ella y lo previsores que somos nosotros, en enero de 2020 teníamos prácticamente todos los detalles ultimados”. Pero, llegaron algunas sorpresas. “Sin embargo, la pandemia nos ha enseñado a no planear nada ya que en la última semana tuvimos que cambiar de sitio, de catering, reducir los invitados a 50 personas con tan solo una semana de antelación, entre otros detalles”, indica. 

De todas las nuevas decisiones que se tuvieron que tomar a contrarreloj, hubo una que no fue 'plato de buen gusto’ para la pareja: “La peor parte fue tener que decir a los invitados que no podían venir. Con todo ello, y gracias al apoyo de nuestras familias y amigos, no perdimos la ilusión en ningún momento”, admite Paloma. Siempre lo hicieron, insiste, para “adaptarnos a todas las normas de seguridad del momento”.

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Una decoración muy cuidada

Más allá de ese pequeño mal trago, el día estuvo repleto de momentos y escenarios memorables,  porque para los novios la decoración fue clave en su enlace. “De la decoración se encargó Rossi Landazuri, desde el primer día entendió lo que queríamos. Al ser al aire libre, tuvo que montar un comedor desde cero y superó todas las expectativas. Como estábamos en una bodega, en septiembre, las viñas estaban preciosas en época previa a la vendimia, por lo que no hacía falta mucho más”. 

Hubo numerosos espacios que se transformaron para la ocasión: “En el comedor, los centros de las mesas —altos y bajos— iban acompañados de jarrones de boticario. No podía faltar el color del vino que utilizamos para las copas de agua y lazadas de las minutas. Todo acompañado de flores preservadas que nos consiguió Marta, de Espacios Verdes. El seating plan eran barricas apiladas en las que escribimos los nombres de los invitados a tiza. Nos pareció una idea diferente y que estando en una bodega no podía ser de otra forma. También utilizamos barricas como mesas altas en otros espacios. Las minutas las hice yo que aproveché el confinamiento para aprender caligrafía inglesa y Rossi me animó a ello”. Y solo puede conceder palabras bonitas a quien fue su wedding planner: “El trabajo que hizo Rossi Landazuri fue impresionante”.

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Al recuerdo de una preciosa decoración se sumaron dos escenas, de otras muchas también preciosas, que Paloma mantiene en su memoria por la emotividad del momento: “Todo fue especial, pero si tengo que quedarme con algo, la misa fue preciosa, tuvimos la suerte de que nos casara un amigo de la familia y el momento de entrar en la Iglesia y ver a Álvaro al final, después de todo el año, fue único”. Reconoce, además, ese segundo momento que no puede borrar de su mente: “Para nosotros nuestros amigos son muy especiales, pero no pudieron venir todos al tener un aforo limitado, así que al final de la comida nos dieron una sorpresa, conectando por videollamada a todos los que no habían podido venir. ¡Fue un gran regalo!”.

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Por todos estos momentos inolvidables, Paloma solo puede recomendar vivir la experiencia sin límites: “Aconsejo a los novios que se casan este año que si las circunstancias se lo permiten, sigan adelante con sus bodas, que no las pospongan por no poder hacer un ‘fiestón’, siempre habrá tiempo para celebrar. Y que no se agobien por los preparativos, incluso a una semana se puede organizar algo precioso”. Con su recomendación y las bonitas imágenes de Lorena San José como telón de fondo, solo se puede afirmar que el amor siempre vence.