Paulina Rubio y su novio Nicolás Vallejo Nágera se olvidaron por un momento del ajetreo de los preparativos de su próximo enlace para disfrutar de un tranquilo almuerzo en un conocido restaurante de Manhattan, en Nueva York. La pareja, que cuenta los días para convertirse en marido y mujer, se reunió con algunos amigos en la terraza del local, donde se relajaron aprovechando el buen tiempo que hacía en la ciudad americana. Paulina parecía esconderse de miradas indiscretas bajo una gorra con los laterales de piel, mientras hablaba con Nicolás, sentado junto a ella.
Ya están en capilla La cantante mexicana y el empresario español ya están en capilla, como se suele decir, puesto que pronto (el enlace está previsto para finales de este mes) se darán el "sí quiero" en una ceremonia que tendrá como escenario el país natal de la artista. Pocos han sido los comentarios que han hecho con respecto a este feliz acontecimiento, después de anunciar en las páginas de la revista ¡HOLA! su intención de casarse. Han intentado mantener así la mayor discreción posible en cuanto a los invitados, la localización concreta y, por supuesto, el diseño del traje de novia. El secreto mejor guardado será una sorpresa para todos, incluido el novio que, pese a que no se separa de ella ni un momento, se tuvo que quedar fuera mientras Paulina miraba varios diseños de novia en una exclusiva boutique de Los Ángeles, hace poco menos de un mes.
El éxito de Paulina Rubio en el amor se une a sus logros profesionales con su último trabajo, Ananda, y su reciente presentación como imagen de una barra de labios bautizada significativamente como Rubia. Precisamente con motivo de este acontecimiento, Paulina manifestó sus deseos de ser madre en el futuro. "Yo disfruto mi presente, así que cada cosa ocurrirá en su momento. Y claro que me gustaría ser madre, pero vamos a ver lo que manda Dios", explicó entonces la artista.
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