Charli D'Amelio se ha consolidado como una de las embajadoras de moda más jóvenes de la era digital, grupo en el que figuran su compañera tiktoker Addison Rae o la youtuber Emma Chamberlain. En más de una ocasión, la influencer y estrella de telerrealidad ha conseguido el estatus de viral por sus publicaciones, muchas de ellas enfocadas a mostrar su lado más natural y espontáneo. Comparte sus inquietudes en relación con la salud mental o el acné severo que padece, a la vez que presume de sus arriesgadas elecciones de estilo, dejando claro que no tiene miedo a nada.
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Un vestido deconstruido y melena 'zig zag'
Al igual que sus contemporáneas cantantes, modelos o actrices, Charli siente una profunda nostalgia por la moda Y2K, tan llamativa como incoherente y rompedora, y suele inclinarse por creaciones de segunda mano o de inspiración vintage al momento de pisar la alfombra roja. En su última aparición pública, la gala Mujeres del Año, organizada por la revista Time, reafirmó esta preferencia con su look más excéntrico hasta la fecha: un minivestido satinado de cuerpo acorsetado en color amarillo pastel, firmado por Prada, del que se desprendía un trozo largo de tela que pretendía ser una cola.
No conforme con el impacto que generó su diseño en una fiesta repleta de trajes convencionales, la bailarina quiso probar uno de los peinados insignia de la generación anterior a la suya, la raya en 'zig-zag'. Y si bien algunas de nosotras no quisieramos volver a esos tiempos, los expertos aseguran que tiene una buena razón. Brad Mondo, peluquero profesional, revela en su canal de Youtube que la raya descentrada favorece a los rostros cuadrados y a los redondeados: "Va a alargar la cara como en el caso de la redonda y si colocas el pelo detrás de las orejas vas a potenciar tus pómulos y reducir la anchura de la mandíbula". ¿Te ateves a probarla?
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Se apunta a todas las tendencias Y2K
La joven de 17 años acostumbra a utilizar en sus vídeos prendas de aires deportivos, pero cuando la ocasión se presta, también opta por la fórmula que siguen Iris Apatow, Olivia Rodrigo y hasta su hermana, Dixie D'Amelio: mezclar la sensualidad de las desenfadadas tendencias de los años 2000's (microminifaldas, zapatos de superpalaforma, tops con aberturas...) con la excentricidad que caracteriza la moda de hace dos décadas, bien reflejado en el exceso de joyería, los looks de inspiración punk rock y la influencia del hip-hop.
También le obsesionan las series de la época, como Sexo en Nueva York, cuyo vestuario se ha colado en los armarios de la generación Z más de una vez. Desde el furor del bolso baguette, popularizado por el personaje de Carrie Bradshaw, hasta el 'vestido periódico' que ella misma luce en un episodio (y que Zara ha tardado 20 años en recrear).
