Derroche de imaginación es lo que suele llevar a cabo Eugenia Silva cada vez que asiste a un evento. Convertida en un referente para las españolas por su estilo cuando buscan looks de invitada perfecta, volvió a dar la campanada esta semana. El jueves por la noche, la modelo se presentó en una fiesta de inauguración y para la ocasión, su estilismo de fiesta fue la prueba de que la elegancia es muy compatible con la mezcla de diseñadores exclusivos y piezas asequibles. ¿Los puntos fuertes del look de la maniquí siguiendo su fórmula infalible? Un vestido de Marco de Vincenzo y un accesorio protagonista low cost.
Fue en la colección Pre fall, que llegará esta próxima temporada, cuando el siciliano empezó a experimentar con los plisados, un tipo de acabado que añadió en su colección de faldas y vestidos de fiesta, siempre combinados con tejidos metalizados que aportaran ese toque disco tan de la estética de 1970. El vestido de largo midi, en tartán con líneas verdes y moradas -un estampado que gana puntos de elegancia gracias a los hilos metalizados-, llevaba un escote palabra de honor y se ajustaba a la figura de la modelo gracias al broche central de cristales, que ceñía el patrón al centro del torso. Además de resaltar los hombros y el cuello de la maniquí, la abertura central, que dejaba a la vista las piernas, hacía del modelo el perfecto diseño 'falsa minifalda'.
Aunque el vestido tiene sello italiano, el accesorio principal es made in Spain. Unos pendientes asimétricos quedaban a la vista gracias a su media melena (uno de sus peinados preferidos junto al pelo liso efecto mojado) y el más llamativo era el earcuff, que ponía el broche a este llamativo look de fiesta. Este tipo de pendiente que cubre parte del lóbulo de la oreja estaba cubierto de brillantes cuyo tamaño disminuía convirtiéndose en cascadas de cristales colgantes. El complemento, que podría pasar por una pieza de alta joyería, es en realidad un artículo de Zara y aun se encuentra a la venta en la página web por un precio de 15,95 euros.
Como punto final, Silva convirtió también en protagonistas a sus zapatos al elegir unos tacones cubiertos de strass en diferentes tonalidades. El modelo, respetando la estética glitter de los pendientes y el vestido, combinaba cristales de diferentes colores en dorado, plateado, rosa y negro. Detrás de esta puesta en escena estuvo Tamara Vékic, una estilista con quien la modelo trabaja a menudo, y que acertó también al apostar por un bolso de mano rectangular con apliques con forma de estrellas. En definitiva, un estilismo para brillar de la cabeza a los pies.
