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A lo largo de este año, Kim Kardashian está mostrando su faceta más social a la vez que solidaria. En marzo el matrimonio entre la estrella de televisión acudió con North a la protesta en contra de la violencia armada en Chicago, March of our lives, y hace unas semanas se encontraban de viaje por Uganda donde le regalaron zapatillas del diseñador a los niños de un orfanato del país. El último acto de la empresaria tuvo lugar este martes, cuando acudió como invitada de honor al evento solidario en forma de gala que celebra la organización Gift of Life. La relación de la emprendedora con la sociedad se remonta a otoño de 2016 por su papel a la hora de movilizar a sus seguidores para encontrar donantes de médula ósea, lo que hizo que durante la celebración le hicieran entrega del premio Impact. Para un evento en el que iba a llevarse parte del protagonismo, aunque con escotazo, dejó de lado sus habituales estilismos atrevidos apostando por un vestido de fiesta de Versace, firma de referencia de la empresaria.
La protagonista de Keeping Up with the Kardashians se presentó en el SLS Hotel de Beverly Hills con un vestido de seda en color blanco perla ajustado a su figura de tirante ancho fruncido y escote corazón, un diseño que favorecía el exhuberante cuerpo de la fundadora de KKW Beauty. Y es que Versace es una de las firmas que se han ganado un hueco en el armario de la empresaria ya que la firma italiana apuesta por un savoir fare de patrones estructurales que ayudan a modelar las curvas y que ha conquistado a otras mujeres con figura curvilínea como Penélope Cruz o Jennifer López. Algunos de sus modelos más icónicos son el vestido dorado que llevó a la Gala Met del mes de mayo o el modelo amarillo largo con corsé.
Es la primera vez que la mujer de Kanye West apuesta por un vestido largo blanco de la marca y, para combinarlo, escogió el calzado que es su recurso estrella, ya que para todo tipo de ocasiones suele recurrir a los diseños de su marido. En esta ocasión escogió unas sandalias de PVC transparentes de Yeezy (740 euros) de pulsera con tacón de 10 cm y manicura y pedicura a juego con la estética nupcial del estilismo.
Para su peinado, el peluquero de la empresaria Chris Appleton, se inspiró en las modelos de los años 90 recogiendo el pelo en una coleta alta pulida dejando caer la melena de la cola de caballo sobre uno de los hombros. Concretamente se trata del mismo recogido que la estrella de televisión llevó a la Met Gala. Para el beauty look, el maquillador Mario Dedivanovic realizó un ahumado en color rojo brillante para resaltar los ojos castaños de Kim Kardashian.
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