Gisele Bündchen se sincera: la razón por la que no volverá a pisar una pasarela

La supermodelo brasileña se dedica a la industria del bienestar desde hace siete años

Por Mariana Torres

Desde su retirada de las pasarelas en 2015, Gisele Bündchen se ha mantenido alejada de los focos, presentándose en contadas alfombras rojas y dedicándose de lleno a la familia que ha formado con Tom Brady. Los últimos meses, no obstante, la brasileña no ha parado de ocupar titulares en la prensa por la supuesta tensión en su matrimonio con el jugador de fútbol americano, quien anunció este año su salida definitiva del deporte. Ahora quien fuera la modelo mejor pagada del mundo hace apenas diez años nos ha sorprendido asegurando que, incluso si Brady se compromete a pasar más tiempo en casa tras su jubilación, ella no volverá a pisar un escenario

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Por qué Gisele no volverá a las pasarelas

Todavía está por verse si Tom Brady finalmente abandonará el fútbol americano, como había anunciado a principios de 2022, pero Bündchen ha querido aclarar en una entrevista reciente para la edición norteamericana de la revista Elle que, pase lo que pase, no tiene intención alguna de retomar su carrera sobre la pasarela. Y no es porque le falten ofertas: “Créanme, todos los años, los diseñadores dicen: ‘Por favor, Gisele, haz la pasarela'". 

Sí accede, sin embargo, ha engalanar portadas de revistas y protagonizar campañas publicitarias de lujo, una labor que lleva a cabo bajo sus propios términos, así que no pienses que la perderemos de vista. “Es muy fácil para mí crear un personaje e interpretar ese papel por un día”- dijo Bündchen sobre lo que supone para ella posar ante las cámaras - “Me da energía. Me inspira también crear cosas más hermosas en el mundo de diferentes maneras”. ¿En qué se diferencia esto de caminar una pasarela? La modelo aclara todas las dudas.

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Su faceta como ángel de la popular firma Victoria's Secret la lanzó al estrellato en 1999, pero esta fama demostró tener un precio que Gisele no estaba dispuesta a pagar, así que terminó su contrato en 2006: "No estaba segura de querer continuar trabajando allí. (...) Me sentía cada vez menos relajada cuando me fotografiaban caminando con solo un bikini o un tanga".

Al igual que otros 'ex ángeles' como Bella Hadid o Bridget Malcolm, Gisele atribuye a su rol como embajadora de la marca de lencería muchos de los problemas de ansiedad que sufrió en la cumbre de su carrera. De hecho, el tiempo le dio la razón: como respuesta a sus múltiples polémicas sobre racismo y maltrato psicológico, la compañía se declaró recientemente en bancarrota y se está sometiendo a un meticuloso lavado de imagen.

La brasileña se ha distanciado tanto de la industria del modelaje que admitió en la misma entrevista no saber nada sobre el giro radical que ha tomado Victoria's Secret: "Ni siquiera está en mi radar". Afirmó que los desfiles y las tendencias han dejado de ser una prioridad para ella y que es su esposo quien "ama la moda". ¡Ni siquiera le ofreció consejos cuando este lanzó su propia línea de ropa!

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Una vida familiar y dedicada a la filosofía wellness

Las memorias de Gisele, bautizadas como Lecciones: mi camino hacia una vida significativa, desvelan que, en pleno auge de su carrera, la supermodelo comenzó a padecer de constantes ataques de pánico en aviones, túneles, incluso antes de salir a desfilar. Tras rechazar el tratamiento con ansiolíticos en favor de una solución holística, decidió construir un estilo de vida basado en la práctica de la meditación y la alimentación sana, cortando de raíz los motivos de su malestar físico y emocional. El resultado final ha sido una empresa de bienestar valorada en 400 millones de euros que, lejos de las dietas peligrosas y los falsos estándares estéticos a los que se enfrentó ella en su día, promueve la aceptación propia. 

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La belleza brasileña, de 42 años, dejó la pasarela en 2015 para trasladarse definitivamente a Boston con su marido, que por entonces era mariscal de campo de los New England Patriots. Actualmente, la modelo y siete veces campeón del Super Bowl son padres orgullosos de Benjamin, de 12 años, y Vivian, de 9 años, y residen juntos en el llamado 'Búnker de los Millonarios' de Florida, ya que Brady juega desde hace un par de temporadas para los Tampa Bay Buccaneers.