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Impactante. Así se podía resumir el estilismo de Meghan Markle en su retorno a la alfombra roja. La esposa de Harry de Inglaterra ha causado sensación durante la 2021 Salute To Freedom Gala en el Intrepid Sea-Air-Space Museum de Nueva York en la noche de ayer miércoles 10 de noviembre. Con su presencia, la duquesa de Sussex recupera así su imagen más glamurosa y viral, el cual que nos recuerda a otras apariciones sorpresa como la que hizo en The Fashion Awards el 10 de diciembre de 2018. En aquella ocasión, se decantó por un diseño en terciopelo que jugaba a las asimetrías en sus hombros. Aunque también era muy elegante, nada tiene que ver con su última elección de hace unas horas en la apuesta por la fusión de seducción y sofisticación a través de un vestido rojo que adelanta las tendencias del próximo año.
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El color rojo es una elección poderosa, pues denota seguridad. Y este ha sido el tono que ha dominado la imagen de Meghan Markle en esta noche neoyorquina. En concreto, fichó un vestido que presenta un pronunciado escote frontal y que deja semidescubierta la espalda. Además, se trata de una creación que tiene una doble falda: presenta un diseño tubo con abertura frontal en línea retro al que se superpone un modelo acampanado que se prolonga en larga cola y se ciñe a la cintura con un fajín para ser más estilizador. Para localizar este diseño, hay que viajar al futuro, pues pertenece a la colección Pre-Fall 2022 que lanzará Carolina Herrera bajo las directrices de su actual diseñador, Wes Gordon.
Para combinar su vestido rojo de Carolina Herrera, Meghan Markle estrena unos nuevos zapatos. En concreto, ficha un diseño al tono, de estilo slingbacks y con hebilla con cristal en el lateral. Con el nombre de modelo Samia, pertenecen a la firma Giuseppe Zanotti y pueden encontrarse rebajados (814 325 euros).
Pendientes de diamantes y brazalete de Diana de Gales
Por otro lado, rescata de su joyero los pendientes Snowstorm de la colección Snowflake de Birks (13.100 euros) que estrenó el 17 de mayo de 2018 y ha llevado en múltiples ocasiones. Confeccionados en diamantes y otro blanco de 18 quilates, están inspirados en la belleza del invierno canadiense. También recicla su pulsera Love de Cartier y el brazalete diamond tennis que pertenecía a Diana de Gales.
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