Cuidado con el calor
También es muy importante recordar que cuando se hace ejercicio en verano, el cuerpo sufre más. En concreto, los incrementos bruscos de la temperatura corporal unidos a la deshidratación generan una serie de cambios fisiológicos y problemas en el cuerpo.
Por ello, es importante prestar atención a los signos y conocer los síntomas que pueden ocasionar la subida de las temperaturas:
Entre estos se encuentran los calambres musculares, la fatiga, el dolor de cabeza, náuseas y vómitos, mareos o aturdimiento, presión arterial baja, aumento de la frecuencia cardíaca o problemas de visión.
Si notamos que aparecen estas señales, hay que parar de inmediato, beber agua, disminuir la temperatura corporal y, si lo estimamos conveniente, avisar a un compañero o a emergencias.
“Cuando el cuerpo se calienta demasiado puede sufrir problemas importantes. Para evitar que esto pase, el cuerpo envía más sangre para que circule por la piel y así facilitar la transferencia del exceso del calor al ambiente de diferentes formas. Si la humedad también es alta, el cuerpo se enfrenta a un estrés muy alto porque el sudor no se evapora fácilmente de la piel, lo que hace que se eleve aún más la temperatura corporal. En condiciones normales, la piel y los vasos sanguíneos se ajustarían al calor, pero si el cuerpo está expuesto a altas temperaturas durante mucho tiempo, estos sistemas de enfriamiento pueden fallar”, explica Jesús Hernández, entrenador de BluaU de Sanitas.
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