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‘Estoy estresado’. ¿Cuántas veces has escuchado esta expresión? De boca de otros o de ti misma en algunas ocasiones. El estrés es uno de los males de nuestro tiempo, una de las afecciones más comunes hoy en día. Si se produce de forma prolongada, puede desencadenar en problemas para dormir o afectar al sistema inmunitario, digestivo, cardiovascular y reproductivo. 

 

Pero es que también se puede correr un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad mental, como un trastorno de ansiedad o depresión, según afirma el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.

 

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Una respuesta de nuestro organismo

Pero para entender qué es el estrés y porqué se activa, Ixi Ávila, coach de Inteligencia Emocional, nos explica que el primer paso es entender la diferencia entre estrés y estresor. “El estresor es un factor externo que percibimos como amenaza y que hace que nuestro cuerpo se prepare con una respuesta fisiológica que llamamos estrés. De esta forma el estresor sería la causa y el estrés la respuesta", nos explica.

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Localizar los estresores

Y, claro está, hay estresores que no podemos evitar y no siempre está en nuestras manos que desaparezcan. Pero hay algo que sí que está en nuestra mano: aprender a gestionar nuestra respuesta fisiológica (el estrés). La especialista nos cuenta que, en ocasiones, aunque el peligro haya desaparecido, nuestro cuerpo permanece en modo alarma y se queda atrapado en ese estado. Para ello es importante adoptar una rutina para desestresarnos diariamente.

La clave, por lo tanto, es encontrar estrategias que nos ayuden a cambiar ese estrés emocional, a calmar la respuesta fisiológica que genera el estrés en nuestro organismo. Por eso, la coach, nos resume acciones sencillas y, sobre todo, muy eficaz, para calmar tu cuerpo y volver a un estado de paz.

 

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Mantente activa

Cuando lo recomiendan médicos, nutricionistas, psicólogos… está claro que es que movernos es fundamental. No valen las excusas. Y es que nada como la actividad física para activar los químicos naturales relajantes. “Pasea, baila… Aquí todo vale. Prueba por empezar a tensar todo tu cuerpo durante 30 segundos y luego soltar y destensar”, explica la experta.

 

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Estrechar lazos y conectar

En estos últimos años, hemos podido perder conexiones, y se notan las consecuencias. Por eso, después de la pandemia, es más importante que nunca mantener el área social viva. Y la experta da algunas opciones, como dar un abrazo al día de 20 segundos con alguien de tu círculo. O, en el caso de que tengas pareja, apunta que 1 beso de más de 6 segundos es mucho más efectivo que 6 besos de 1 segundo. “Démosle tiempo a la oxitocina para hacer su efecto”, detalla.

 

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El poder de la risa

Está demostrado, la risa es terapéutica. Y es que si apostamos por tener una actitud optimista frente a la vida y sonreímos más a menudo, puede traernos muchos beneficios que tal vez desconocemos. Puedes ir a una sesión de risoterapia, quedar con amigas de esas que siempre, ¡siempre! te hacen reír o ver una comedia en la tele. La clave es encontrar algo que te saque una carcajada, ¡todo vale!

 

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Llorar, ¿por qué no?

Y en el extremo opuesto, llorar, a lágrima viva. Tampoco viene mal en ocasiones, De hecho, las lágrimas son medicina natural, y nada de que llorar es de débiles, deben dejar de ser tabú, suelta todo lo que tengas que soltar".

Cuando lloramos fácilmente ante los problemas propios o ajenos, estamos demostrando que poseemos un agudo sentido de la emoción que puede darnos el poder y la fuerza para afrontar las situaciones más difíciles.

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Deja hueco a la creación

La creatividad es una manera de ver, observar, crear, sentir, actuar y pensar original, diferente a lo establecido. Suele ser vista como una condición muy positiva en las personas. Pues bien, es un hecho que la expresión creativa nos ayuda a desestresarnos. Y es que el arte, como la risa, también tiene su parte terapéutica. Puedes escribir, pintar, bailar, cantar… El objetivo es expresar tu ser (sin que sea para un fin o para exponerlo al juicio externo, simplemente por puro disfrute).

 

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La importancia de la respiración

“No es compatible tener un ataque de ansiedad y al mismo tiempo un ritmo de la respiración lento. Simple solución: Párate y haz un buen ejercicio de respiración. Ejemplo: Pranayama de yoga”, sugiere.

Y es que, aunque en ocasiones los motivos de esta ansiedad puedan ser externos y escapan a nuestro control directo, sí podemos minimizar esa sensación con algo muy sencillo como es respirar. La respiración ayudará a desechar ese ahogo y a coger las riendas de aquello que nos preocupa.

 

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