El vínculo con el caballo
Ambos coinciden en que se establece un vínculo muy especial con el caballo. “¡Pero muy especial! Es un animal vivo, con su carácter. Te vas conociendo mutuamente y sin duda se crea esa relación absolutamente especial. Como decía somos un equipo, un binomio, pero con el handicap de que ellos no hablan. Un día pueden estar más cansados, sentirse mal y nosotras terminamos notándolo gracias a ese vínculo. Y lo mismo al revés, el caballo sabe cuándo tú estás más cansada, triste o desmotivada. Es algo que hay que vivir, no se puede explicar”, nos cuenta la amazona.
“Es un vínculo muy especial, más que con otra mascota. Sin palabras, el caballo y tu tenéis que saber lo que sentís en ese momento, y pasa”, nos cuenta José Bono, al que preguntamos, para finalizar, qué le diría a una persona que está pensando en estrenarse en esta disciplina. “Que pruebe porque estoy seguro de que si tiene una buena experiencia, se enganchará. Los animales son animales y tienen reacciones a veces, hasta que consigues aprender y manejarte un poco, siempre puedes tener algún susto. Nadie lo puede tener controlado al cien por cien. Pero si tienes una buena experiencia, te irá bien. Conviene elegir una escuela con un poco de prestigio porque te garantiza que los caballos que te van a dar son caballos especiales para gente que se está iniciando. Como en casi todo, mejor iniciarse cuanto más pequeño mejor, y en este deporte más, porque hay un componente de miedo cuando te subes y el caballo empieza a moverse, sientes que te falta el control, y cuando eres un niño de eso no te das cuenta”, concluye.