Mil formas de abrazarnos y darnos besos
La pantalla es un medio a través del cual comunicamos afecto y cariño sin tacto y estas semanas lo hemos explotado como nunca antes. Otro medio es el teléfono normal (sin vídeo), que no permite ver la cara de la persona, pero funciona mejor que las videollamadas y nos permite disfrutar de todos los matices de la voz de nuestro interlocutor sin el inconveniente de que haya alguien enfrente mirándonos. Intercambiar mensajes por WhatsApp o plantear una quedada presencial manteniendo la distancia, que no siempre es factible en cualquier espacio, pero sí en muchos otros, solo hay que proponérselo de verdad. También se puede obsequiar a la gente con algo que le compres/hagas y le envíes a casa (comida, flores, una mascarilla de diseño, un libro, una bonita bolsa de tela u otro objeto que necesite), estas sorpresas siempre son agradables y encierran mucho cariño. El tacto es fundamental en humanos, pero no podemos reducir el afecto o el cariño a lo táctil: están las palabras (orales y escritas), está la presencia (aunque sea con medidas de seguridad), están las conductas (esas “buenas obras” que hacemos por alguien, o para alguien), o cualquier cosa que se nos ocurra.
En este punto siempre van a ser recomendables dos cosas: la primera es la creatividad; la segunda, ser realistas, ya que la desescalada da de sí hasta cierto punto y de momento toca seguir esperando tiempos mejores para el contacto, que irán llegando progresivamente.
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