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Cualquiera puede tener el vientre hinchado. Tras una comida copiosa o la ingesta de determinados alimentos se forma gas en intestino y se produce la distensión abdominal. La mayoría de veces, se acompaña con sensación de pesadez, flatulencias y dolor. 

Sin embargo, hay personas a las que se les hincha la barriga todos los días. En estos casos, siempre y cuando no exista una enfermedad que explique la hinchazón, las razones las podremos encontrar en nuestros hábitos. El sueño, por ejemplo, puede influir. 

 

Dormir poco o mal

Aunque duermas ocho horas, si tu sueño no es reparador y prevalece el sueño ligero (lo sabrás porque te levantarás más cansada) a la larga tendrás más propensión a sufrir problemas metabólicos. Por ejemplo, aumenta el riesgo de obesidad y de diabetes. Además, la falta de sueño ocasiona el aumento de hormonas relacionadas con el estrés, que, a su vez, pueden influir en la acumulación de gas en la barriga. 

Solución: si piensas que es por estrés, intenta buscar soluciones naturales para combatirlo. Por ejemplo, tomar plantas relajantes como la pasiflora o la valeriana y seguir una buena rutina para conciliar mejor el sueño. También puedes recurrir a la melatonina, en concreto, existen dispensaciones que se absorben más rápidamente, como la melatonina sublingual de Aquilea. 

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Quizá deberías ver menos la tele...

A estas alturas, conocerás los efectos nocivos del sedentarismo en tu salud. Pero lo que quizá no sabías es que también es el aliado perfecto para los gases, la retención de líquidos y el vientre hinchado. Conclusión: debes hacer ejercicio. 

Solución: no es necesario ir al gimnasio para mantenerte activa. El día a día te da muchas oportunidades para hacer ejercicio. Utiliza las escaleras, hazte con un aparato para pedalear mientras ves la televisión, ve a hacer la compra y evita la compra online. 

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Comer rápido y mal 

No solo hace que acumules más gas, y lo notarás porque se te hinchará el vientre. También hará que comas más, puesto que tu cerebro no será consciente de que está saciado. 

Solución: aprender a comer lento y masticar bien la comida es el arma más eficaz en la guerra contra los gases. Puedes practicar la alimentación consciente, es decir, observar el alimento que vas a llevarte a la boca, saborearlo, tratar de distinguir los sabores... Cuesta al principio, pero con el tiempo lo harás sin darte cuenta. 

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¿Mucho brócoli, col o lentejas?

A pesar de que son muy saludables, también hinchan más, puesto que nuestro organismo tarda más en digerirlo y, por su composición (los olisacáridos), tienden a producir más gases. 

Solución: un truco para disfrutar de un buen plato de lentejas o judías sin que te den gases es dejarlas en remojo más de 24 horas o cocinarlas con una cucharada de bicarbonato. En cuanto a las verduras, cocínalas más. 

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¿Te pasas con la fibra? 

La fibra es buena. De eso no hay duda. Pero demasiada , sobre todo, si tu organismo no está preparado, te provocará gases e, incluso, cambios en el ritmo intestinal, como diarrea. La recomendación es que tomes aproximadamente 25- 30 gramos de fibra al día. 

Solución: para saber que estás consumiendo las cantidades óptimas de fibra, sigue una dieta mediterránea. Por ejemplo, desayuna una rebanada de pan integral, incluye una porción de verdura o legumbres en la comida y en la cena y come entre dos y tres piezas de fruta al día. Esta regla te ayudará, además, a adelgazar. 

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Tienes intolerancia al gluten y no lo sabes 

El gluten es un conjunto de proteínas que se encuentran en alimentos como el trigo o sus derivados. Hay personas que no pueden digerirlo y sufren intolerancia o sensibilidad al gluten o celiaquía. Uno de sus síntomas es la distención abdominal, junto a otros como diarreas o estreñimiento, problemas articulares, dolores óseos, de cabeza, etc. 

Solución: cuando se sufre este trastorno se debe eliminar el gluten de la dieta. Pero antes de hacerlo, debes consultar con un médico que te hará diferentes pruebas para diagnosticarte. Si lo confirma, deberás seguir una dieta especial. 

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Intolerancia a la fructosa 

El azúcar (o la fructosa) es otra sustancia a la que muchas personas desarrollan intolerancia. Un tipo común de intolerancia es la sensibilidad a los carbohidratos como oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos y polioles. Forman parte de un grupo denominado FODMAP que provoca malas digestiones y vientre hinchado

Solución: habla con tu médico, que te hará una prueba de intolerancia a la fructosa. Es sencilla pero algo molesta, puesto que debe estar unos días sin comer un tipo de alimentos. Si sale positivo, tendrás que pedir cita al nutricionista para que te ponga una dieta baja en FODMAP. Recuerda que no debes retirar los alimentos sin consejo médico. 

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Intolerancia a la lactosa 

Las personas que sufren esta intolerancia no pueden digerir el azúcar (lactosa) de alimentos como la leche o sus derivados porque carecen de una enzima, la lactasa, encargada de la asimilación de la lactosa. Cuando este ocurre, el azúcar llega intacto al intestino y se acaba generando gas. Resultado: vientre hinchado, molestias, abdominales, gases y disconfort. 

Solución: la intolerancia a la lactosa es mucho más fácil de sobrellevar, puesto que en la actualidad hay numerosos productos a los que se les añade lactasa, la enzima que te falta, para que puedas consumir los mismos alimentos que el resto de la población. Además, puedes encontrar complementos alimenticios que tienen el mismo cometido. Eso sí, evita atiborrarte de lácteos y derivados. 

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¿Y si dejaras de comer chicle?

El chicle, aunque no se ingiera ni tenga azúcar, es un enemigo del vientre plano. Al masticarlo, el cuerpo ingiere aire, lo que causa la hinchazón del estómago y mucha sensación de incomodidad.

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¡Ay! Ese gas... 

Las bebidas con gas, incluso cuando no contienen azúcar ni calorías, son causantes de la inflamación del vientre y de la acumulación de aire en la zona abdominal.

Solución: evítalas siempre que puedes. Lo ideal es que las sustituyas por agua. Pero si te apetece tomarlas de vez en cuando, déjalas reposar para quitarle el gas o tómala despacio. ¡Nunca con pajita! Al igual que masticar chicle, hacen que el cuerpo se hinche e ingiera una gran cantidad de aire junto con el líquido.

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Estreñimiento 

Cuando el cuerpo no puede expulsar las heces, estas se quedan en el colon, el intestino delgado y el estómago se extienden y se acaba produciendo una acumulación de gases

Solución: la mejor forma de prevenirlo es asegurar la cantidad de fibra recomendada al día (25-30 gramos). Y, fundamental, hay que beber entre seis y ocho vasos de agua y hacer ejercicio. Mover los músculos ayuda a acelerar el ritmo intestinal. 

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¿Te va a venir la regla? 

El síndrome premenstrual (SPM) es otro 'culpable' de la hinchazón abdominal. Además de los otros síntomas que, sin duda, aborrecerás como la falta de concentración, de memoria o la irritabilidad. ¿Las responsables de este 'caos'? Obviamente, tus hormonas. 

Solución: poco puedes hacer contra el SPM, pero sí puedes aliviar los síntomas. En la segunda mitad del ciclo, que es cuando suele aparecer, incrementa el ejercicio físico, la ingesta de líquidos (preferiblemente, de agua) y trata de comer más ligero. Puedes tomar preparados de aceite de onagra, Ginko biloba o sauzgatillo y darte masajes abdominales. 

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