Imagina que acabas de enviar un audio a tu jefe, a tu pareja o a un amigo importante. Apenas pulsas el botón de 'enviar', sientes la necesidad de reproducirlo: ¿Sonará demasiado enfadado? ¿Habrás dicho lo correcto? Muchos hacemos esto sin darnos cuenta, y no se trata solo de curiosidad. Para entender este comportamiento, hemos consultado a una experta en salud mental, quien explica que escuchar nuestros audios tiene raíces psicológicas profundas.
Según la psicóloga y autora Lara Ferreiro (@psicologa_laraferreiro), este hábito puede revelar mucho sobre nuestra personalidad y nuestras inseguridades: "Suele ser gente muy pendiente de lo que piensan los demás, que busca esa validación externa. Pueden tener miedo al juicio, ser personas muy perfeccionistas que quieren detectar errores, con hipervigilancia social, que se critican mucho o que tienen ansiedad social”.
© Getty ImagesPor qué escuchamos nuestros audios tras enviarlos
Anticipar la reacción ajena parece ser una de las principales motivaciones de este comportamiento: "Pero aún hay más. Estas personas también suelen comprobar el tono emocional", señala. "Es gente más insegura, más dubitativa, que intenta anticipar la reacción del otro con necesidad de aprobación, comparación social, o personas PAS (personas altamente sensibles), obsesivas, tímidas, con necesidad de control, sobrepensadoras, complacientes o neuróticas también, con miedo a que las rechacen o al abandono".
© Getty ImagesTeniendo en cuenta la cantidad de perfiles distintos que tienden a llevar este comportamiento, decir que el número de personas que escuchan sus audios tras enviarlos es amplio parece evidente. Pero Lara Ferreiro explica que escuchar los audios tiene un componente de control y seguridad emocional: "A hacerlo buscamos saber cómo nos perciben los demás y si lo que dijimos sonó correcto o aceptable socialmente. Queremos confirmar que sonamos agradables. Incluso, puede suceder a la inversa. Puede haber personas que están muy enfadadas, mandan el audio para poner un límite, pero quiere sonar agradables y seguras".
La psicóloga añade que revisar el audio también permite evaluar cómo mostramos nuestras emociones: "Buscamos señales de no ser demasiado directos, de revisar si sonamos demasiado emocionales, o si damos la imagen de vulnerables o no. Chequeamos si el mensaje fue claro, si sonamos autoritarios o inseguros, porque al final queremos sonar naturales", revela.
© Getty ImagesPero aún hay más motivos tras este comportamiento. Y, es que al final, todo se resume en el que la meta final es buscar la validación de la que la experta hablaba al principio: "Es una búsqueda de congruencia emocional con las palabras que se dicen, o de tratar de predecir la respuesta del otro para intentar controlar. Hay gente que incluso tiene vergüenza anticipada y escucha el audio para comprobar que no se han pasado hablando".
© Getty Images¿Es bueno escuchar nuestros propios audios?
Cualquier búsqueda de validación externa no suele ser favorable para nuestra salud mental. Por eso, dependiendo del contexto en el que enviemos esos audios, el resultado puede ser ventajoso, o un desastre. La especialista asegura que el contexto influye mucho: "A veces, escuchar un audio después de mandarlo tiene sentido, como en contextos profesionales, cuando lo escuchas por si te has pasado".
© Getty ImagesSin embargo, más allá de las palabras, hay muchas personas que revisan sus envíos para controlar cómo lo han dicho, cómo han sonado al hablar. “Muchos envían audios para demostrar que no están tan enfadados como parecían. En contextos amorosos, familiares o sociales, de hecho, se usa el audio muchas veces para poner un límite, para decir lo que sientes y que se note el tono", explica Lara Ferreiro.
Y no solo por emociones: "La gente utiliza el audio porque está harta de escribir o porque le da pereza escribir. Mucha gente utiliza audios para comunicar malas noticias en lugar de escribir. En terapia, hay perfiles que dicen que mandan audios para comunicar una mala noticia: "Oye, mira, tenemos que hablar, tengo que comentarte algo". Utilizan el audio para que se note que el tono es amable”, añade la psicóloga.
© Getty ImagesCómo afecta a nuestra salud mental revisar los audios
Revisar los audios de forma obsesiva puede afectar la salud mental. Según Lara Ferreiro: "En cualquier caso, se recomienda revisarlo como mucho una vez. No es lo ideal. Por salud mental habría que intentar no revisarlo, salvo que sea un audio de trabajo o algo muy concreto, pero no se recomienda".
¿Y por qué no se aconseja? Porque, tal como explica Lara Ferreiro, cuando reproducimos el audio repetidamente entramos en un ciclo de comprobación que alimenta la inseguridad y la autocrítica. Escucharlo una segunda, tercera o cuarta vez no cambia el contenido, pero sí refuerza la idea de que podríamos haberlo dicho mejor. Con el tiempo, este hábito puede derivar en rumiación mental, aumento de la ansiedad y en una necesidad compulsiva de autocontrol en las conversaciones.
© Getty ImagesPautas para evitar escuchar nuestros audios en bucle
Para controlar que esto suceda, la psicóloga propone varias estrategias:
- Controlar la impulsividad. "Al menos tarda una hora antes de volver a WhatsApp para que baje el impulso" Haz otras cosas mientras para entretenerte Ejercicio, limpieza, o un paseo, por ejemplo
- Cuida tu autoestima. "Recomiendo ir a terapia si tienes problemas de autoestima, de aceptación social o miedo al rechazo".
- Baja a tierra. "Tener pensamientos realistas e interiorizar que no pasa nada por mandar un audio, es sano para la comunicación".
- Evitar pensamientos catastrofistas. "Trata de evitar pensar que te van a abandonar y pregúntate qué cambiaría realmente si lo vuelves a oír, porque la respuesta es clara. No cambia nada. Esto es gestión de impulso”.
- Trabajar la tolerancia a la incertidumbre y al error. "Si alguien no te contesta en una hora, debes bajar la ansiedad social y no machacarte ni culparte por lo que has dicho o por cómo eres".
- Practicar la exposición: "Mandar audios sin revisarlos, porque puede convertirse en un TOC, un texto obsesivo-compulsivo. Comprobar el audio es como golpear la puerta diez veces para calmarse".
© Getty ImagesEn definitiva, lo más relevante es, como concluye la experta, "reforzar la autoestima fuera del chat”. Comprender este hábito puede ayudarnos a comunicarnos de forma más consciente y a reducir la ansiedad social, transformando un gesto cotidiano en una herramienta de autocuidado.
