Ariadne Artiles está orgullosa de su madre. Y no es para menos. La modelo, que cada año la felicita sin fallar por su cumpleaños y le dedica preciosas fotos y mensajes por medio de las redes sociales, ha compartido con sus seguidores virtuales un vídeo en el que ha sorprendido compartiendo con ella sesión de entrenamiento.
Así, hemos podido comprobar que no solo le ha transmitido buena genética sino buenos hábitos. A sus 62 años, Aída Cardeñosa, sigue realizando ejercicios de fuerza y presume de una envidiable vitalidad y energía. Fruto, por supuesto, de la constancia y la actitud positiva que las dos mantienen hacia la vida.
Los beneficios de entrenar fuerza a partir de los 60
Como indica Frédérique Labadie, CEO de Days of Confidence y certificada como coach de salud y de bienestar por la Harvard Medical School, "la pérdida de masa muscular y ósea es una de las principales preocupaciones durante la menopausia". Según la experta, "el entrenamiento de fuerza no solo mejora la densidad ósea y la fuerza física, también aumenta la resiliencia emocional".
Eso sí, nos cuenta que "no es necesario levantar grandes pesos: ejercicios con bandas elásticas, mancuernas ligeras o el propio peso corporal pueden marcar una gran diferencia si se practican de forma regular". De hecho, en este sentido, según Paola Alaman, cofundadora de Casa Barré, asegura que, a partir de los 50 especialmente, la realización de ejercicios de fuerza con el peso corporal nos ayuda a:
- Tonificar y compactar la musculatura sin sobrecargar las articulaciones
- Fortalecer el core para mejorar postura y equilibrio
- Estimular el metabolismo y favorecer la quema de grasa de forma sostenible
- Reducir los niveles de estrés y mejorar el estado de ánimo mediante la conexión cuerpo-mente
- Mejorar la densidad ósea, clave para prevenir osteoporosis
- Aumentar la flexibilidad y la movilidad articular
- Reforzar la autoestima y la imagen corporal
Nunca es tarde para empezar
Un estudio publicado en JAMA Network Open en 2021 concluyó que incluso comenzar a hacer ejercicio a los 50 o 60 años reduce significativamente el riesgo cardiovascular y mejora la calidad de vida. La plasticidad del cuerpo no desaparece: se transforma.
Además, un artículo en The Lancet Healthy Longevity subraya que el entrenamiento de fuerza en mujeres mayores de 40 mejora la función muscular, el metabolismo y el estado de ánimo, reduciendo los síntomas de la perimenopausia. A esto hay que sumar que la actividad física regular, lejos de ser un riesgo, es un factor protector frente a múltiples patologías, incluyendo enfermedades autoinmunes, depresión y deterioro cognitivo, según datos de la Harvard Medical School.
Por si todo lo anterior fuera poco, los ejercicios de resistencia o de fuerza (levantamiento de pesas, entrenamiento con bandas elásticas o ejercicios de peso corporal, entre otros) también contribuyen a mejorar los niveles de colesterol y a fortalecer el corazón. Además, como señala la ex nadadora de élite, fisioterapeuta y entrenadora Crys Dyaz, los ercicios de fuerza y tonificación deben realizarse como mínimo dos veces por semana.
"Cuando hacemos ejercicios en máquina en el gimnasio, o realizamos entrenamiento funcional con o sin peso, como son las sentadillas, plancha o flexiones, estamos entrenando la resistencia muscular. Así los músculos trabajan más y ejercen presión sobre los huesos, que también se fortalecen durante el ejercicio", explica la experta. Con todo y con ello, sobran motivos para entrenar, incluso, a partir de los 60 como la madre de Ariadne.