Hace unas semanas, el experto en psicología positiva Ángel García Infantes compartió en redes un vídeo que captó nuestra atención. En él, explicaba una técnica muy simple para relajarnos que, además, tiene un efecto curativo. Se trata del humming, un zumbido prolongado con la boca cerrada que, según él, es “medicina gratuita al alcance de todos”.
Puede que a primera vista te suene extraño, pero lo cierto es que la ciencia ya ha estudiado este tipo de prácticas —desde los mantras budistas hasta los cantos védicos— y ha comprobado que reducen el estrés, estimulan tu sistema nervioso parasimpático y mejoran la oxigenación del cerebro. En otras palabras, te ayudan a pasar del modo alerta al modo calma en apenas unos minutos.
¿Qué es realmente el 'humming' y por qué puede ayudarte?
El humming no es una moda pasajera de TikTok o Instagram. Es una técnica ancestral que consiste en emitir un zumbido grave con la boca cerrada mientras respiras profundamente. Lo curioso es que su mecanismo recuerda al ronroneo de los gatos, ese sonido hipnótico que tanto calma cuando lo escuchas. La explicación es sencilla: al vibrar, —un auténtico regulador de tu organismo— y se incrementa la producción de óxido nítrico en las fosas nasales, una molécula con efectos vasodilatadores y antimicrobianos que mejora la circulación y la oxigenación cerebral.
Para muestra un botón: ¿te has fijado alguna vez en que cuando suspiras largo, bostezas o incluso cantas, sientes una descarga de tensión? El principio es el mismo. El cuerpo responde a la vibración y a la respiración profunda como si fueran un recordatorio de que ya no hay peligro y puede relajarse. Y esto es muy necesario, en una sociedad donde el estrés y la ansiedad se han hecho dueños de nuestras vidas.
Estrés invisible: cuando vives acelerado sin darte cuenta
Quizá pienses que el estrés solo se manifiesta en crisis de ansiedad, pero la realidad es que existe una forma más silenciosa y persistente que la psicóloga Paloma Aleñar denomina ansiedad invisible. Se trata de ese estado en el que llevas semanas o meses con el cuerpo en alerta: duermes peor, te notas irritable, te cuesta concentrarte, te duele la espalda o los hombros de tanta tensión acumulada. Y lo peor: muchas veces ni siquiera relacionas esos síntomas con el estrés.
¿Te suena eso de estar todo el día con notificaciones, correos pendientes y la sensación de que nunca llegas a todo? O al contrario, ¿te reconoces en la autoexigencia constante, en ponerte metas imposibles y castigarte cuando no llegas? Sea por trabajo, problemas familiares o inseguridad económica, tu sistema nervioso simpático permanece encendido como una alarma, aunque ya no exista un peligro real. Y para apagarla, necesitas ponerte en manos de un profesional de la psicología si están afectando a tu día a día. Mientras tanto, intentar levantar el pie del acelerador e introducir técnicas de regulación como el humming puede sentarte bien.
De hecho, los gatos parecen tenerlo claro: cuando algo les incomoda o necesitan recuperarse, ronronean. Y no lo hacen solo por placer. Sus vibraciones, entre 25 y 150 hercios, favorecen la regeneración de tejidos, reducen el dolor e incluso ayudan a soldar fracturas. Para ellos es un mecanismo natural de autorregulación.
Cómo practicar 'humming' en tu día a día
Si quieres probarlo ahora mismo, siéntate o túmbate en un lugar tranquilo, inhala profundamente por la nariz llenando el abdomen y, al exhalar, emite un zumbido grave con la boca cerrada. Procura sentir cómo vibra tu cabeza, tu garganta y tu pecho. Puedes variar la posición de la lengua para notar resonancias distintas. Hazlo durante cinco o diez minutos al día las veces que lo necesites.
Un truco extra: combina el humming con la respiración 4-7-8, que recomienda la psicóloga Paloma Aleñar, esa que consiste en inhalar en 4 segundos, retener 7 y exhalar en 8. De esta manera, profundizas en la relajación y entrenas tu sistema nervioso para recuperar la calma con más facilidad.
Beneficios que la ciencia ya ha confirmado
Como decíamos, o hablamos de un simple placebo. Diversos estudios sobre el humming y el canto de mantras han comprobado que esta práctica consigue:
- Aumentar la variabilidad de la frecuencia cardíaca, un signo de equilibrio autonómico.
- Reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
- Mejorar la oxigenación cerebral, lo que se traduce en más claridad mental y concentración.
- Favorecer la liberación de serotonina y dopamina, neurotransmisores ligados al bienestar y la motivación.
Referencias:
Trivedi, G., Sharma, K., Saboo, B., Kathirvel, S., Konat, A., Zapadia, V., Prajapati, P. J., Benani, U., Patel, K., & Shah, S. (2023, 13 de abril). Humming (Simple Bhramari Pranayama) as a Stress Buster: A Holter-Based Study to Analyze Heart Rate Variability (HRV) Parameters During Bhramari, Physical Activity, Emotional Stress, and Sleep. Cureus, 15(4), e37527. https://doi.org/10.7759/cureus.37527
Weitzberg, E., & Lundberg, J. O. N. (2002). Humming greatly increases nasal nitric oxide. American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, 166(2), 144–145. https://doi.org/10.1164/rccm.200202-138BC