Vamos a admitirlo: nos estábamos pasando. Según la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) los españoles consumen casi 10 gramos de sal al día, cuando la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda cinco y la Fundación del Corazón 1,25. Somos conscientes de que la consumimos en exceso, pero, ¿cuántas veces hemos oído eso de "me tengo que quitar la sal para perder peso"? Miles de millones, quizá. Y más cuando llega el verano y, como nos ha contado la dietista- nutricionista Elisa Blázquez, "nuestro organismo activa el modo retención de líquidos como mecanismo de defensa".
Pero tranquila: hoy tenemos una buena noticia. Según los expertos, para mantener la línea y evitar problemas de salud, no hay que eliminar la sal de la dieta por completo y...¡de las cenas mucho menos! Te contamos la razón.
Tomar menos sal y elegir la adecuada
Gonzalo Ruíz Utrilla, biohacker experto en temas de longevidad, nos explica que "la sal es un compuesto químico que forma cristales, generalmente solubles en agua". "Nosotros usamos de manera común la llamada sal de mesa (cloruro sódico), si bien en los últimos años ha aumentado en España el uso de sales no refinadas (sales marinas)", asegura revelando una buenísima noticia. Comenta que la diferencia entre una y otra es que las sales marinas contienen minerales que son beneficiosos para nuestro organismo, a diferencia de la sal común y refinada, a las que se les quitan estos minerales y se les añaden otros ingredientes".
Así, sabemos que la sal es necesaria, pero que es fundamental escoger la adecuada. Porque, como dice la nutricionista integrativa y deportiva Paloma Quintana, más conocida en redes como Nutrición con Q, que es divulgadora, directora del centro que lleva su nombre y autora de Cocina y pierde grasa, "la sal sin refinar es mucho más que un condimento: es una fuente natural de minerales esenciales que tu cuerpo necesita a diario".
Reducir sí, pero no en la cena
Si quieres reducir el consumo de sal para aproximarte a las cantidades recomendadas, según Xevi Verdaguer, nutricionista integrativo, reconocido divulgador y autor de numerosos libros, es mejor hacerlo en desayunos y comidas que en la cena. "Añadir sal es interesante para mantener el cuerpo hidratado", nos cuenta. "Hay que irse a la cama con los deberes hechos, es decir, bien hidratados", asegura.
Para el experto, lo más adecuado es tomar alimentos que aporten agua en la noche (como las verduras) y agregarles sal para que esa agua se quede en el cuerpo mientras dormimos. Vendrá bien para el proceso de renovación celular (que ocurre en ese momento) y evitará la necesidad de ir al baño interrumpiendo el descanso. "Nada es bueno en exceso. Pero tomar sal por las noches es mejor que tomarla por las mañanas", dice Xevi. Pero recuerda: ¡no todas valen!
Para Paloma Quintana es indispensable que olvides la sal refinada y ultraprocesada y que elijas una con origen natural y minerales reales. “Es un gesto sencillo, con grandes beneficios”, nos dice. Asegura que influye en nuestra energía, rendimiento y bienestar digestivo y, como ejemplo de sal de calidad, hace referencia a la sal rosa del Himalaya. ¿Ya la has probado?
También es interesante que apuestes por alimentos de origen natural. Los ultraprocesados llevan muchísima sal. Por mucho que tú reduzcas la que ves (la que añades a tus comidas), la oculta sigue presente en tu día a día si no haces por evitar este tipo de productos. ¿Te animas a escoger la mejor, a reducir su consumo y a eliminar por completo la refinada de tu dieta? ¡Te sentirás más ligera y más enérgica, empieza hoy!