Todos hablamos del estrés, todos estamos estresados y la mayoría de nosotros pensamos que conocemos la teoría 'antiestrés', pero ¿llegamos a aplicarla? El Dr. Carlos Jaramillo, médico funcional, ha escrito un libro titulado 'Antiestrés'. No es un libro más, ya que aborda cuestiones que quizá antes no te has planteado. De hecho, insiste en que este ritmo de vida de verdad nos puede enfermar y que si paramos podemos recuperar la salud. Hemos hablado con él para tener más datos sobre qué nos hace el estrés y qué podemos hacer para que no tenga un impacto tan grave en nuestra vida.
Lo primero que nos cuenta este experto es cómo saber si de verdad estamos estresados. "Las formas a través de las cuáles más se manifiesta es con problemas de sueño y de energía, con problemas gastrointestinales crónicos y con problemas inmunológicos", indica Jaramillo.
Ya sea infartos, enfermedades autoinmunes, cánceres, problemas hormonales crónicos, infertilidad, hipotiroidismo, menopausia temprana, andropausia temprana… El estrés es un perpetuador para todas estas enfermedades
Las personas con problemas de sueño y energía normalmente tienen dolores de cabeza, calambres musculares, y también pueden sentirse emocionalmente afectados. Por otro lado, "también puedes pensar que estás estresada cuando normalmente tienes estreñimiento, gastritis o si encadenas una gripe tras otra".
Y es que el estrés participa en el desarrollo de las enfermedades crónicas. "Ya sea infartos, enfermedades autoinmunes, cánceres, problemas hormonales crónicos, infertilidad, hipotiroidismo, menopausia temprana, andropausia temprana… El estrés es un perpetuador para todas", afirma este médico.
Es más, asegura que no hay una sola condición clínica aguda, subaguda o crónica que una mala gestión del estrés no empeore. Entonces el estrés va a participar o como causal o como disparador, una condición que se veía como muy calladita, que se estaba cocinando ahí y un evento estresante lo prende y se genera como un disparador.
¿Por qué nos enferma el estrés?
Para explicárnoslo, el autor de 'Antiestrés' nos lleva al terreno de juego, al fútbol, en concreto. "Tú tienes una creencia sobre el equipo de tu país, de cara a una competencia deportiva. En el momento en que tu equipo está justo a punto de meter un gol, tu creencia te lleva a sentir emociones como la angustia, y te genera como esa anticipación de que estás a punto de gritar y de estallar en emoción".
Continúa explicando que todo esto te genera una respuesta 'psico', porque es algo completamente etéreo; 'neuro', porque ese pensamiento generó una serie de neurotransmisores en tu cerebro que son únicos y propios para ese momento y para esa emoción. Y eso tiene una serie de manifestaciones que te da como esa sensación de vacío y de miedo, junto con la taquicardia, y toda la circulación viniendo a tus extremidades. "Estás a punto de estallar y si mete gol se genera toda una emoción. Pero piensa que ese mismo evento en el otro equipo genera todo lo contrario". Entonces, nos dice, "fíjate cómo eres capaz de ver un evento, que es una creencia metida dentro de una vivencia, y cómo tiene una serie de respuestas psiconeuroendocrina, psiconeurogástrica, psiconeurocardiovasculares, psiconeuromusculares…"
Nos pone otro ejemplo: "piensa en que se muere tu perro. Todos los días sientes la misma tristeza y la misma melancolía. No te acostumbras y va a llegar a un punto en que tu cuerpo va a estallar".
También nos explica que la expresión “morirse de la risa” es literal. Nos podemos morir de risa. "Tener un exceso de una emoción, que tiene una serie de manifestaciones en mi cuerpo neurobioquímicas y neurofisiológicas en relación con todo el cuerpo, eso altera mi biología para bien o para mal. Por eso cuando la gente utiliza el poder de la mente para decir yo desde mis creencias positivas y desde la reestructuración de mis creencias puedo cambiar mi biología para bien. Eso es real. ¿Por qué?"
"Imagínate que tu cuerpo se hiciera la creencia de decir que ahora vas a pertenecer al otro equipo, y no te están metiendo goles, sino que tú los estás metiendo". ¿Qué pasaría? ¿Tendrías tristeza? No, estarías contento todos los días de ver a tu equipo ganar. Mis creencias son mías, son algo muy propio. La forma en la que yo trabajo mis creencias viene de la forma en que las creencias se manifiestan en mi cuerpo y los efectos fisiológicos y bioquímicos que yo voy a tener. Y eso es algo que depende de mí.
Si yo soy capaz de ver el mundo desde la perspectiva de que es el resultado de mis acciones o de mis propias omisiones, dejo de echarle la culpa al gobierno, a mi pareja, a mi trabajo, a mi jefe, a mis amigos… y más bien me doy cuenta de que mi forma de relacionarme con lo que mi jefe haga es problema mío
¿Qué importancia tiene la relación con uno mismo en el bienestar emocional?
"Se trata de gestionar yo mis emociones, mis creencias y mis sentimientos, entender que son míos y de nadie más, entender que nadie va a ver el mundo por mí de una manera diferente a como yo lo quiera ver", explica el Dr. Carlos Jaramillo, médico funcional y autor de Antiestrés.
Para él, "la mayor profundidad del amor propio está en la aceptación". Y no se trata de exigir que el mundo te acepte tal como eres sin más. "No consiste en decir ‘yo soy así y así me tienen que querer’, sino en aceptar que esto es lo que soy en este momento. Y si hay algo de mí que no me gusta, pues acepto que lo voy a trabajar". Asume, además, que todo lo vivido tiene un porqué. "Si eso que no me gusta de mí me llevó a una consecuencia o a un resultado en mi vida, acepto que eso era lo que tenía para dar en ese momento y que esas fueron las herramientas que tuve en ese punto de mi vida".
Desde su experiencia clínica y personal, Jaramillo defiende que parte de nuestro sufrimiento viene de proyectar fuera lo que solo podemos trabajar dentro. "Si yo soy capaz de ver el mundo desde la perspectiva de que es el resultado de mis acciones o de mis propias omisiones, dejo de echarle la culpa al gobierno, a mi pareja, a mi trabajo, a mi jefe, a mis amigos… y más bien me doy cuenta de que .
Y va más allá con un ejemplo muy claro: "Mi forma de relacionarme con la forma de ser de mi expareja que no soporto, pero que ahora tiene una nueva pareja que la ama, y soy yo el que no la soporta… entonces es un problema mío".
Por eso insiste en que lo verdaderamente transformador es trabajar la aceptación. "Aceptar que mi vida es como es y ha sido como ha sido, y que esas situaciones son las que yo necesitaba vivir". Añade que también es esencial aceptar que los demás son como son, y que tienen derecho a tener sus propias opiniones, incluso sobre uno mismo. "Aceptar que los otros pueden tener opiniones sobre mí que a mí no me gustan y que tengo que respetar".
Y lanza una reflexión profunda sobre cómo enfrentamos esas opiniones externas: "Si tomo las opiniones de los demás que no tienen nada que ver conmigo y a partir de ellas me victimizo, no estoy trabajando sobre la aceptación, sino sobre ser víctima". En cambio, dice, "si las opiniones de otros no me gustan y tienen que ver conmigo, les agradezco y admito que me cuesta trabajo trabajar este aspecto de mi vida, pero doy las gracias porque lo que se me está diciendo sí tiene que ver conmigo".
Sobre Luis Enrique, ahora la gente habla de revancha con la vida, pero la vida no premia a un padre que pierde a su hija con una Champions. Antes de ganar nada, él hablaba de la gratitud que sentía por haber podido compartir con su hija el tiempo que fue, el tiempo que tuvo
¿Por qué se considera la gratitud una herramienta útil para reducir el estrés?
"La gratitud va anclada con la aceptación", afirma Carlos Jaramillo. Y no lo dice como una frase hecha, sino como una convicción profunda. "Yo acepto y agradezco esto que estoy viviendo, porque esto me permite a mí ser un mejor ser humano".
Para ilustrarlo, comparte una historia que, dice, le conmueve especialmente: la de Luis Enrique. "Ahora la gente habla de revancha con la vida, pero la vida no premia a un padre que pierde a su hija con una Champions. Antes de ganar nada, él hablaba de la gratitud que sentía por haber podido compartir con su hija el tiempo que fue, el tiempo que tuvo". Y añade con emoción: "Si ese era el único tiempo que ella tenía para vivir, ese fue, y aceptarlo desde ese nivel de madurez y desde ese nivel de grandeza, eso es gratitud real".
También comparte su vivencia personal, reciente y muy íntima. "Mi papá se murió hace dos meses, y mucha gente me pregunta cómo hago para llevarlo con tanta tranquilidad. Lo llevo con tranquilidad porque agradezco profundamente el tiempo que tuve para vivir con él, y por haber tenido una relación de padre e hijo tan hermosa como tuve con mi papá".
Pero no oculta lo difícil que puede ser ese camino. "Si no lo miro con gratitud, también lo podría mirar desde la víctima. Y eso también está ahí, listo a la vuelta de la esquina, decir ‘pobrecito yo, que se me murió mi papá’. Claro que lo extraño, un montón". Sin embargo, insiste en que la aceptación es clave para no caer en el sufrimiento crónico. "Acepto que en parte fue su decisión irse, porque tuvo un cáncer y no se quiso hacer ningún tipo de tratamiento. Acepto que esa fue su decisión. Antes de sufrir, antes de quimioterapias… Y se fue rapidito. Por eso te decía, acepto que esa es su decisión. Acepto también mi decisión de acompañarlo. Y agradezco profundamente".
Y no es el único ejemplo que comparte. Su separación, dice, fue otro punto de inflexión. "El año pasado me separé, y agradezco el tiempo en que tuve una relación buena, y también haber tenido la valentía para salirme del momento en que ya no iba a ser buena ni para mí, ni para ella".
Hoy, desde esa nueva etapa, se siente en paz con lo que construye. "Agradezco que hoy puedo crearles a mis hijos un ambiente completamente diferente, en el que pueden ver que hay un padre que puede tener amor propio, aceptación y puede tener respeto hacia sí mismo para vivir la vida de la familia de otra manera".
Cuando empiezo a ser el creador de mi propia realidad, empiezo a crear mis propias posibilidades
Por qué dejar de vivir en piloto automático ayuda a reducir el estrés
"El piloto automático te va a llevar a las peores decisiones de la vida", asegura el Dr. Carlos Jaramillo, médico funcional. Según explica, cuando vives en ese modo, repites rutinas sin conciencia, actúas desde la inercia y acabas enfermando. "En el mundo del piloto automático hay un montón de cosas que lo único que van a terminar haciendo es enfermarte desde la parte física y mental".
Y no es raro que un día te preguntes qué te pasa. "Después vas a terminar diciendo, ‘¿de dónde me habrán aparecido estas enfermedades?’ Ni idea. ¿Por qué? Porque cuando yo vivo de forma automática no tengo ni idea de qué es lo que me pasa", advierte.
Lo importante, según Jaramillo, es recuperar el control desde lo más profundo. "Cuando empiezo a ser el creador de mi propia realidad, empiezo a crear mis propias posibilidades". Y añade que entender ese proceso es esencial para dejar de vivir al margen de uno mismo. "Mis posibilidades tienen una serie de herramientas, y yo tengo los resultados que tengo basados en las herramientas que voy adquiriendo en la vida".
Y aunque hay muchas herramientas útiles para frenar ese piloto automático, Jaramillo recuerda que la respiración consciente es solo una más. "No es lo que la gente hace de un taller de una semana de respiración consciente que transformará tu vida y hará que todo brille para siempre. No". Eso sí, matiza que "la respiración consciente es una herramienta súper poderosa y positiva, pero es una herramienta más".
En cuanto a la meditación, la define como algo profundamente transformador, siempre que se entienda desde un lugar realista. "Una de las definiciones de meditación es hacerse familiar con algo, o relacionarme con algo", explica. Y lo ejemplifica con situaciones cotidianas. "Entonces, esto que me está generando tanta incomodidad, esta situación del pasado, del futuro, del presente que me está generando tanta incomodidad, ¿cómo la observo?, ¿cómo paro por un momento a observarla?"
Ahí es donde entra el valor de meditar sin expectativas mágicas, desde la observación sin juicio. "Yo puedo meditar en la respiración, puedo meditar en la creencia, puedo meditar en observar algo", señala. Y destaca que esa práctica tan sencilla tiene efectos profundos: "Eso regula, pone en orden y en estabilidad muchas cosas del cuerpo".
Una buena alimentación siempre va a crear puentes para que todo funcione bien. Y una mala alimentación siempre va a romper los puentes y va a inducir a que todo pueda funcionar mal
Alimentación, sueño y ejercicio: tres pilares clave para reducir el estrés
La forma en que comes, duermes y te mueves influye directamente en cómo gestionas el estrés. Así de claro lo tiene el Dr. Carlos Jaramillo. “Una mala alimentación estresa el cuerpo y tiene la capacidad de empeorar cualquier condición clínica”, advierte. Y aunque comer bien no elimina por completo el estrés emocional crónico, sí evita que se agrave. “Una persona con estrés emocional crónico con una mala alimentación tiene un factor para que le generen neuroinflamación”, explica.
Por eso insiste en que los hábitos alimentarios marcan una diferencia real: “Una buena alimentación siempre va a crear puentes para que todo funcione bien. Y una mala alimentación siempre va a romper los puentes y va a inducir a que todo pueda funcionar mal”.
El sueño es otro de los pilares que, según Jaramillo, no se pueden negociar. “El estrés crónico hace que el cuerpo no se repare bien. ¿Y cuándo se repara mejor? Cuando duermes”, señala. Y lanza una imagen muy visual: “Si pierdo la capacidad de reponer, no le estoy permitiendo a mi cuerpo repararse de manera adecuada. Estoy atrapado en un callejón sin salida”.
El descanso, añade, no es algo que puedas aplazar. “El sueño es una deuda que hay que cumplir y que se paga a diario. Uno no preduerme ni posduerme. Es algo que hay que honrar a diario”.
Y el tercer pilar es el movimiento. Pero no se trata de entrenar por obligación, sino de convertir el ejercicio en un acto de autoconocimiento. “Cuando se hace ejercicio de una manera serena, este se convierte casi en una práctica contemplativa, de meditación”, afirma.
El beneficio no es solo mental. “El ejercicio produce factores antiinflamatorios que tienen un efecto muy poderoso en la mente”, explica. También regula hormonas como la testosterona, “que genera mucho bienestar y social”, y permite una mejor reparación física. “Si tú haces ejercicio, te permite tener una buena utilización de tu cuerpo y poderte reparar de manera correcta. Si te reparas de manera correcta, al otro día te vas a levantar mejor”.
Jaramillo destaca, además, el vínculo entre la musculatura y la salud cognitiva, señalando además que “hay estudios que muestran que cuanta más masa muscular tienes, más inteligencia.
Un método para librarte del estrés
El autor del libro 'Antiestrés' concluye hablando de invitación, más que método, para librarte del estrés. Es una invitación a dejar la inercia, parar un segundo y evaluar tu vida. Observar las cosas que están en tu vida. Respirar. Nada está bajo control. Entonces, nada va a ser perpetuo para siempre. Vuelves e inicias, pero con nuevas decisiones, con mejores herramientas. Es hacerse dueño de tu vida.