Bienestar

Las 10 claves para enamorarte de un nuevo tipo de yoga: el yoga de flujo lento

Es apto para todas las personas, salvo que tengan algún tipo de lesión que lo contraindique, y es ideal para 'pisar el freno' cuando nos vemos sometidas a un ritmo frenético y a estrés

Por hola.com

Seguro que estarás familiarizada con el yoga, una disciplina milenaria enfocada a mejorar nuestra condición física y que además tiene efectos muy positivos en la salud mental. El yoga se basa, como sabes, se basa en una serie de posturas físicas, técnicas de respiración y meditación que buscan alcanzar un estado de equilibrio y armonía. A través de la conexión consciente entre la respiración y el movimiento, el yoga no solo promueve la flexibilidad y la fuerza física, sino que también tiene beneficios holísticos para la salud mental y emocional. Es una disciplina, en definitiva, que se adapta a diversas necesidades, desde la relajación y el bienestar general hasta la búsqueda de la iluminación espiritual.

Los beneficios que proporciona el yoga son muchos.  Como decíamos, a nivel físico, mejora la flexibilidad, fortalece los músculos, promueve una postura saludable y favorece la circulación sanguínea. Además, tal como te adelantábamos, también tiene su impacto en la salud mental. La práctica regular del yoga ayuda a reducir el estrés, mejorar la concentración, aliviar la ansiedad y promover la relajación profunda. Además, fomenta la conexión mente-cuerpo, lo que contribuye a un mayor equilibrio emocional y una sensación general de bienestar.

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Tipos de Yoga

Existen diversos tipos de yoga que se adaptan a diferentes preferencias y necesidades. Entre ellos, se encuentran el Hatha Yoga, que se centra en posturas estáticas y es excelente para principiantes; el Vinyasa Yoga, caracterizado por movimientos fluidos y transiciones dinámicas entre posturas; el Kundalini Yoga, que busca despertar la energía vital; el Ashtanga Yoga, que sigue una secuencia predefinida de posturas, o el Yin Yoga, que se centra en posturas más relajadas y sostenidas para trabajar en la flexibilidad profunda. 

Aunque todos los tipos de yoga tienen sus beneficios, por nuestras características o preferencias podemos decantarnos por un yoga más dinámico u otro más pausado, así como uno que se centre más en la meditación. 

A este listado de tipos de yoga, podemos añadir otro que quizá sea más desconocido: el yoga de flujo lento. Tal como nos adelanta Katia Muñoz, Wellthy Expert del hotel Royal Hideaway, Sancti Petri 5*GL "es una experiencia relajante, para conectar movimiento con respiración y aportar energía restauradora que se realiza mediante posturas suaves". 

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Yoga de flujo lento

El yoga de flujo lento es una variante que destaca por sus movimientos suaves y pausados, haciendo hincapié en la conexión entre la respiración y el movimiento.A diferencia de estilos más dinámicos, el yoga de flujo lento permite una mayor introspección y atención plena en cada postura.

Como subraya esta experta "incorpora una combinación de postura de yoga tradicionales que fluyen de una a otra y se mantiene la secuencia más tiempo". 

Debido a su sencillez y la posibilidad de insistir en cada postura, el yoga de flujo lento es apto para personas de todos los niveles. También puede ser aconsejable para aquellas personas que "hacen pilates, ballet o barré", sugiere Katia Muñoz. Además, es especialmente interesante para personas que tienen más estrés, ya que sus estiramientos profundos, combinados con una conciencia respiratoria, promueven la relajación profunda, el equilibrio emocional y el autodescubrimiento. Este enfoque contemplativo no solo fortalece el cuerpo físico, sino que también nutre la paz interior y la claridad mental.

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Las 10 claves que harán que te enamores del yoga de flujo lento

Como insiste la instructora de Yoga Katia Muñoz, es tipo de yoga es ideal para aquellas personas que se inician en el yoga. También para las que necesitan conectar con el presente o requieren aumentar su atención y concentración y bajar el ritmo. En definitiva, para todas aquellas que nos encontramos inmersas en un ritmo frenético. Si aún necesitas más razones para enamorarte de este estilo de yoga, aquí van los 10 motivos que te convencerán: 

  1. Movimientos fluidos. El énfasis en los movimientos fluidos en el yoga de flujo lento busca evitar transiciones bruscas entre posturas. Esto no solo ayuda a reducir el riesgo de lesiones, sino que también permite que la mente y el cuerpo se muevan armoniosamente.
  2. Conciencia respiratoria. La sincronización de la respiración con el movimiento es esencial. La atención consciente a la respiración no solo oxigena el cuerpo de manera más eficiente, sino que también actúa como un ancla para la mente, promoviendo la relajación y la presencia en el momento presente.
  3. Atención plena. La atención plena, o mindfulness, implica estar completamente presente en el momento actual sin juicio. En el yoga de flujo lento, esto se logra al dirigir la atención a las sensaciones físicas, la respiración y los pensamientos, fomentando así una mayor conciencia y calma mental.
  4. Adaptabilidad. El yoga de flujo lento se adapta a las necesidades individuales, permitiendo que los practicantes ajusten la intensidad y la dificultad de las posturas según su nivel de comodidad. Esto hace que sea adecuado para personas de todas las edades y habilidades.
  5. Estiramientos profundos. Aunque los movimientos son más lentos, las posturas en el yoga de flujo lento suelen implicar estiramientos profundos que ayudan a mejorar la flexibilidad, la circulación sanguínea y a aliviar la tensión acumulada en los músculos.
  6. Relajación profunda. La combinación de movimiento suave, respiración consciente y atención plena contribuye a un estado de relajación profunda. Esto puede tener efectos positivos en la reducción del estrés, la mejora del sueño y la gestión de la ansiedad.
  7. Equilibrio emocional. Al conectar la mente y el cuerpo, el yoga de flujo lento puede ayudar a equilibrar las emociones. La práctica regular proporciona un espacio para procesar y liberar tensiones emocionales, promoviendo así la estabilidad emocional.
  8. Mejora de la Postura. La atención a la alineación en cada postura contribuye a una mejor postura corporal. Este enfoque puede corregir hábitos posturales perjudiciales y aliviar tensiones en áreas como el cuello y la espalda.
  9. Adecuado para todos. La naturaleza adaptable del yoga de flujo lento lo hace accesible para personas de todas las edades y niveles de aptitud física. La práctica se puede personalizar para adaptarse a las necesidades individuales, haciendo que sea una opción inclusiva.
  10. Autodescubrimiento. Más allá de los beneficios físicos, el yoga de flujo lento fomenta la autoexploración y el autodescubrimiento. Al prestar atención a las sensaciones internas y a la mente, los practicantes pueden desarrollar una mayor comprensión de sí mismos y de cómo responden a diversas situaciones en la vida.

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