En busca de un envejecimiento más saludable: ¿Conoces cuál es tu edad real?

Hay que tener en cuenta la influencia de nuestro estado de salud y del funcionamiento de nuestro organismo. Hay factores que influyen que están en nuestras manos y podemos controlarlos

Por Pilar Hernán

Cada vez estamos más preocupados por frenar los efectos del paso del tiempo, por tratar de controlar un proceso de envejecimiento que, aunque inevitable, aspiramos a que sea lo más saludable posible. Y precisamente en relación con todo ello, hay que abordar el concepto de edad real. Sí, aunque pienses que tienes 50 años, por ejemplo, que son los que marca tu DNI, en realidad podrías tener menos o más, 40 o 61. Lo explica la doctora Celia Gonzalo, especialista del Grupo Neolife, que detalla que la primera sería la edad cronológica -la marcada por nuestra fecha de nacimiento- y la segunda, la relativa a nuestro estado orgánico, que no es sino una combinación de nuestro estado de salud y del funcionamiento de nuestro organismo. Según la doctora esta última sería la verdadera, y hay un factor mucho más importante: en gran medida, está en nuestras manos y depende de nosotros.

Podemos pensar que es una cuestión de genes y que estos tienen el mayor peso. Pues no es así, ya que se estima que la genética sólo influye entre un 20% y 30% en el envejecimiento. El resto depende, en gran medida, de los factores externos, entre los que podemos destacar algunos como la dieta, el ejercicio, un buen descanso, y el abandono de los malos hábitos, entre otros. Hay, por lo tanto, otra excelente noticia: estamos a tiempo para controlar estos factores, pues nunca es tarde para abrazar esta vida saludable.

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Hay que tener en cuenta, eso sí, si se han presentado enfermedades crónicas debilitantes (demencias, valvulopatías, enfermedad arterial, etc.) acompañadas de lesiones irreversibles que han dejado secuelas. En esos casos el abordaje médico consistirá en ralentizar dichos daños y mejorar la vida de los pacientes. “Tenemos la capacidad de modular la expresión de genes y de limitar los daños”, nos cuenta la doctora.

Cuando no se ha diagnosticado ninguna de estas patologías, que cursan procesos inflamatorios en nuestro organismo y conducen al envejecimiento, podemos recurrir a la medicina preventiva que parta de nuestra edad real, la antes mencionada edad biológica.

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¿Qué son los relojes epigenéticos?

Desde Neolife mencionan la importancia de acudir a los relojes epigenéticos, un método que tiene que ver con la metilación del ADN, que es un proceso que regula qué genes se van a expresar y cuáles no. Según envejecemos, nuestros niveles de metilación del ADN bajan más y más y, en consecuencia, tenemos menos control sobre nuestro ADN, y, por lo tanto, sobre la posible aparición de enfermedades. Se trataría entonces de evitar que los agentes externos dañinos, entre los que destaca una vida sedentaria y una alimentación rica en grasas y azúcares, perjudiquen los procesos de metilación.

También hay que evitar que dichos agentes influyan sobre los telómeros, esas terminaciones de los cromosomas que protegen su integridad en las divisiones celulares. La clave para conocer cómo se encuentra nuestro organismo es la longitud de los telómeros; pero con el paso del tiempo y debido a problemas de salud, los telómeros llegan a una longitud mínima crítica, con lo que la célula muere o deja de reproducirse.

Factores que influyen en nuestra edad biológica

Los expertos resumen también otros factores que determinan nuestro “cumpleaños biológico”:

  • El estado cardiovascular: la tensión y la rigidez arterial.
  • La función pulmonar, esto es, la capacidad vital y la de difusión del monóxido de carbono.
  • El metabolismo: el estado de los lípidos, la glucosa y la composición corporal y el funcionamiento hepático.
  • El estrés oxidativo: radicales libres y sistemas reductores.
  • La inflamación y cantidad de grasa visceral.
  • El estado de la microbiota.
  • Las alteraciones del sueño.

Teniendo todos estos factores en cuenta, se pueden diagnosticar desfases negativos entre la edad cronológica y la biológica, bien por llevar un estilo de vida poco recomendable (si hablamos de salud) o por estados propios asociados al envejecimiento (como sucede en el caso de la menopausia o la andropausia).

Ahí entra en juego la cada vez más popular medicina antiedad, cuya función es determinar los procedimientos que debemos seguir. Estos pueden incluir una modificación en los en los hábitos, la reposición hormonal y la suplementación, así como un control del estrés, sobre todo si tenemos en cuenta la influencia de una salud mental frágil en el envejecimiento orgánico. “La recomendación aquí es tratarlo con el especialista si supera los niveles normales y buscar la tranquilidad: el silencio, el contacto con la naturaleza y la realización de hobbies o terapias que conduzcan a la relajación”, sugieren.