Psicología

La fama, esa gran desconocida, ¿cómo la gestionan las 'celebrities'?

La fama es un fenómeno que conlleva una inevitable pérdida de privacidad, un exceso de exposición pública y una exaltación abrumadora de todo lo que se hace en público o en privado. Y todo ello hay que saber gestionarlo. ¿Sabrías tú hacer frente a todo ello?

Por Ana Lucas

Se acerca una nueva edición de la MET Gala, el evento benéfico del Museo de Arte Moderno de Nueva York en cuya escalinata alfombrada desfilan algunos de los rostros más famosos a nivel global. El foco de atención de medios y redes sociales estará, durante su celebración, en quién viste cómo y con quién, en un evento que homenajea al legendario diseñador Karl Lagerfeld. Un volumen de atención y escrutinio agotador, que pasa factura a los privilegiados que protagonizan una experiencia de lujo tan exclusiva como exigente. El denominador común de los asistentes a la MET Gala es la fama. Desde el punto de vista de la psicología la fama no es un valor intrínseco a la persona, tan solo un aditivo que le confieren los demás por su profesión o por factores menos importantes que a todos se nos vienen a la cabeza. También es un arma de doble filo.

No es oro todo lo que reluce

Al común de los mortales la fama nos puede parecer algo emocionante. Ser reconocido donde vayas y adulado constantemente por las personas que nos rodean puede parecer atractivo desde fuera. Sin embargo, como bien saben las celebrities, hay que aprender a gestionar ese fenómeno que conlleva una inevitable pérdida de privacidad, un exceso de exposición pública y una exaltación abrumadora de todo lo que hacen en público o en privado. La consecuencia de todo ello desemboca en muchas ocasiones en niveles altos de ansiedad para los que hay que estar muy bien preparado y tener la autoestima bien puesta.

A lo largo de los más de 20 años que llevo acompañando como profesional a todo tipo de personas en el camino hacia una psicología saludable, me he encontrado a pacientes que han sufrido todo lo antes mencionado. El trabajo en ese acompañamiento se centra en factores que considero claves: mantener una perspectiva objetiva de lo que la persona está viviendo, establecer límites e identificar cómo le afecta en su vida, buscar apoyo emocional con humildad y encontrar un equilibrio saludable entre la persona privada y el personaje público.

-¿Le está pasando factura la fama? El comportamiento de Justin Bieber desata la polémica

Hay ejemplos maravillosos a nuestro alrededor que son inspiradores para cualquiera y perfectamente reconocibles para los profesionales de la psicología porque denotan un trabajo muy bien hecho en esta dirección. Recomiendo a los lectores que vean y escuchen el reciente discurso de agradecimiento de Blanca Portillo en el pasado Festival de Cine de Málaga tras recoger un premio más de interpretación. Blanca hablaba con gran sabiduría de que recibía el premio en vaqueros y zapatillas porque lo recogía la persona, no la actriz, y ponía en valor toda la humildad que ha adquirido con su trabajo y todo lo que ha sufrido en el camino.

Loading the player...
© Festival de Cine de Málaga

También recuerdo otro gran ejemplo incontestable de trabajo personal bien hecho frente a la fama: Rafa Nadal. En consulta he citado muchas veces una frase que le escuché hace años en el principio de su carrera cuando un periodista le preguntó cómo era como persona. Rafa contestó “solo soy un chico normal que juega bien al tenis”. Si de adolescente ya tienes tan bien integrado que primero eres persona y luego puedes brillar y ser reconocido como deportista, no es difícil que tu carrera y la fama, no te impidan triunfar y ser feliz. ¿Hay algo más importante en la vida que tener claro el camino hacia la felicidad?