¿Pueden manifestarse los trastornos de tiroides con síntomas digestivos?

Dolor abdominal, alteración del ritmo intestinal... Repasamos con una especialista cuáles son dichas manifestaciones

Por Pilar Hernán

Cuando la glándula tiroides no funciona de forma correcta, son muchos los problemas de salud que podemos padecer. Tan solo unos ejemplos: puede variar tu peso, tal vez te muestres más irritable, tengas menos energía, sientas palpitaciones o incluso frío… Manifestaciones de lo más variadas entre las que no podemos perder de vista también los problemas relacionados con nuestro aparato digestivo. “Es bien conocido que los trastornos de tiroides guardan relación con los problemas digestivos, tanto en cuanto el desequilibrio hormonal tiroideo provoca alteraciones en la motilidad de la del tubo digestivo”, nos explica la doctora Alicia Alonso Prada, especialista en Aparato Digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.

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Profundizando en el tema, le preguntamos a la doctora cuáles son los posibles síntomas digestivos que pueden aparecer en personas que tienen alguna alteración en su glándula tiroides y nos los resume a continuación, diferenciando en función de si el problema es hiper o hipotirodismo, pues hay ciertas diferencias.

Hipertiroidismo

  • Hipertiroidismo apático: dolor abdominal prolongado, vómitos recidivantes, adelgazamiento intenso y alteración del ritmo intestinal.
  • Tormenta tiroidea: fiebre alta, taquicardia intensa, agitación, delirium, dolor abdominal agudo, vómitos, ictericia y diarrea grave.
  • Disfunción de los músculos estriados de la faringe y esófago cervical condicionando disfagia alta mixta.
  • Diarrea, que puede ser por hipermotilidad intestinal, mayoritariamente, aunque también puede producir diarrea secretoria.

Hipotiroidismo

  • A veces se asocia a colitis ulcerosa, anemia perniciosa y cirrosis biliar primaria (enfermedades autoinmunes).
  • Hipomotilidad intestinal: favoreciendo reflujo gastroesofágico, enlentecimiento del vaciado gástrico (dispepsia tipo motilidad), estreñimiento (en ocasiones, la hipomotilidad es tan intensa que puede provocar íleo paralítico y clínica pseudoobstructiva).
  • En raras ocasiones, aunque cada vez más frecuente, puede aparecer paradójicamente diarrea debido a su asociación a sobrecrecimiento bacteriano secundario a la hipomotilidad.

“Los síntomas digestivos son más frecuentes en un estado hipertiroideo”, nos detalla la especialista en Aparato Digestivo. Lo habitual es que los problemas digestivos se reduzcan con la mejoría del cuadro de hipertiroidismo. Y no suele ser necesario un un tratamiento específico, salvo aquel que ayude a sobrellevar mejor los posibles síntomas.

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¿Influye el equilibrio de la microbiota?

La doctora Alonso Prada nos explica que ya se conocía la relación que podía existir entre las alteraciones de la glándula tiroides y la microbiota en el sentido de que la hipomotilidad asociada al hipotiroidismo provocaba sobrecrecimiento bacteriano, pero recientemente se ha visto que el desequilibrio de la microbiota puede desencadenar alteración de la función tiroidea.

“En estos pacientes se observa una riqueza de la microbiota con una disminución porcentual de lactobacillus, encargados de la absorción de minerales como yodo, hierro, magnesio, zinc y selenio, siendo este último fundamental para el buen funcionamiento de la glándula tiroides. Además, esta alteración de la microbiota favorece el aumento de la permeabilidad intestinal, dando lugar a que tóxicos o agentes agresores ingeridos pasen al torrente sanguíneo activando el sistema de defensa o inmune y, por ende, la aparición de enfermedades autoinmunes como las enfermedades tiroideas, entre otras”, concluye.