¿Por qué es tan importante hacer un uso responsable de los comentarios en redes sociales?

Los expertos insisten en que hay que hacerlos desde el respeto, desde la empatía con la persona que los lee

Por Pilar Hernán

Las redes sociales forman parte, inevitablemente, de nuestras vidas. Hay gente más o menos reacia a su uso, podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que más o menos ‘enganchada’, pero lo cierto es que es elevadísimo el porcentaje de personas que las usa. Por eso, es vital hacer un uso responsable de las mismas. Y, sin duda, el foco ahora mismo se está poniendo en los comentarios, muchas veces inadecuados, que se hacen a través de las redes, en ocasiones amparados en el anonimato tras un nombre ficticio. Decimos cosas de forma impune, sin pararnos a reflexionar, cosas que, probablemente, no diríamos en persona. Cuando los comentarios se realizan sin la base del respeto es cuando, sin duda, pueden aparecer problemas, pues cuando se tornan ofensivos, llegan incluso a atacar y pueden causar problemas en las personas más vulnerables que están detrás y los leen. Por eso, es tan importante educar en el uso responsable de las redes sociales desde bien temprano, para ayudarnos a comprender que es importante ser amables y que debemos ponernos siempre en el lugar de la persona que nos lee.

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¿Una forma de canalizar nuestra agresividad?

Uno de los problemas que sucede es que expresarse de forma violenta en redes sociales está dentro de un vacío legal, y son muchas las personas que lo usan como vía rápida de escape. “En realidad puede ser una agresión encubierta. Hoy en día no pasa nada, pero puede llegar a ser un delito. El castigo se pospone, porque lo legal tarda muchísimo y no vemos la consecuencia a corto plazo. Decimos algo, nos quedamos vacíos, nos quedamos bien, y no nos damos cuenta”, nos cuenta la psicóloga clínica Pilar Guerra Escudero. “El ser humano aprende por ensayo y error y por las consecuencias que tienen sus actos. Es una vía de escape rápido y fácil para canalizar nuestra agresividad. El ser humano la tiene y no la canaliza bien”, añade la experta.

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Así nos afecta la crítica

"La crítica si no es constructiva, sino negativa, suele afectarnos a todos por lo general, ya que supone una agresión innecesaria. Los comentarios negativos en redes sociales pueden afectar muy negativamente, sobre todo en la medida que las personas que las usan son dependientes de ellas, o bien no tienen otros espacios lo suficientemente fuertes para comunicarse y relacionarse. Esta situación les puede hacer más dependientes y vulnerables a lo opinión negativa de los demás, al no contar con otros referentes, fuera de las redes sociales, que ofrezcan otros puntos de vista o les ayuden a relacionarse. Esto es especialmente preocupante en los adolescentes, ya que están conformando su personalidad y dan además mucha importancia a su grupo de iguales y la opinión que se tiene de ellos", nos cuenta, por su parte, la psicóloga Laura Palomares, de Avance Psicólogos (www.avancepsicologos.com).

Comentarios que pueden afectar a personas vulnerables

Y, claro está, es algo que puede afectar especialmente a las personas más vulnerables. "El uso excesivo de las redes sociales en muchas personas les hace por lo tanto más vulnerables a esto, generando en ocasiones estados depresivos, ansiedad y baja autoestima, en un círculo que se retroalimenta al restarles tiempo para desarrollarse a través de otras actividades y espacios diferentes de ocio", apunta Laura Palomares. “La persona que está con depresión no discierne los hechos. Un ejemplo práctico, no la saludan por la calle y tiende a pensar, 'no les gusto'. No piensa ‘no me habrán visto’. Porque está sesgada hacia lo negativo. La persona no discierne que es tan solo una opinión que alguien tiene sobre ella, sino que se lo va a atribuir, lo va a personalizar, a hacerlo suyo, se lo va a creer al cien por cien y no lo va a poner en duda, porque no tiene herramientas que le permitan dudar. Para esa persona es una bomba de relojería, una agresión o un acoso. La persona no sabe discernir entre si es un hecho o una opinión”, añade la psicóloga, que nos confirma que cada vez se están encontrando más con este problema en consulta, con un perfil de personas que no respetan, carentes de empatía, que cosifican a los demás, los usan como suministro para canalizar todo tipo de frustraciones y complejos que ellos tienen. “Y esas personas topan con personas empáticas, que tienen una estructura de personalidad de respeto y de tratar a las personas como personas, y no entienden que haya alguien que pueda opinar de esta forma, y ahí es cuando aparece su sufrimiento”, nos comenta.

Y añade que nos encontramos, además, con el problema de la comunicación violenta, que es lo que muchas veces se hace en redes, y que se trata de una ausencia total de saber dar y recibir feedback. “Tenemos que distinguir entre comunicación violenta y no violenta. Para saber opinar, dar una opinión a una persona, debemos estar formados e informados, y tener inteligencia emocional innata, y no siempre la tenemos. Las opiniones las llevamos, además, al 'ser' de la persona, no al 'hacer'. La persona puede estar haciendo cosas de forma inadecuada, pero no por eso es una persona inadecuada. Siempre vamos al ‘eres un alcohólico’, ‘eres un tardón’, ‘eres un desordenado’… y no decimos hoy tienes el cuarto desordenado, pero no tienes por qué ser desordenado siempre. Si te dicen siempre 'eres', nunca 'haces', es altamente violento”, matiza la psicóloga.

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Cómo hacer un buen uso de las redes

Le pedimos a la psicóloga que nos dé algún consejo sobre cómo hacer un buen uso de dichos comentarios en redes sociales, para realizarlos desde el respeto. “Tenemos que estar informados de qué pasa con nuestra comunicación, lo que nosotros decimos va a tener unas consecuencias en esa persona. Tenemos que empatizar. Que saber que la persona que lo recibe es una ser humano, no una cosa. Tenemos que tener autoanálisis con nosotros mismos y preguntarnos, ‘para qué voy a hacer este comentario’. Y hacernos preguntas del tipo: ¿Este comentario es útil para esta persona, quiero que esa persona se entere de algo que está haciendo mal o me quiero desquitar yo porque necesito canalizar mi agresividad y lo hago a través de un comentario violento?’. Es un momento de parar y ver por qué y para qué hago un comentario, si es aséptico, si sirve para algo, si va a sumar a la persona, si me va a sumar a mí, si estoy empatizando con la otra persona y si le va a servir para algo. Son un montón de preguntas que deberíamos hacernos. Tenemos una especie de resorte para hacer un comentario en redes sociales y no tenemos un momento de mínima reflexión antes de hacer un comentario. Es importantísimo contar hasta diez”, nos recomienda.

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Educar en un uso responsable desde la adolescencia

Como decíamos, es muy importante aprender a hacer un buen uso de las redes sociales desde una edad temprana, especialmente desde la adolescencia, que es cuando se empieza a tener contacto con ellas. “La parte racional del cerebro del adolescente todavía está en desarrollo, por esta razón son más impulsivos y tienen una menor capacidad para pensar en las consecuencias que puede tener su conducta. Unido a esto, se encuentra el hecho de que las redes sociales impulsan a conseguir muchos “me gusta”, algo que para el adolescente tiene mucho valor, por lo que cada vez los retos o las fotos que suben son más escandalosas y trepidantes, ya que el único objetivo que hay es ser el que más “me gusta” tiene, y conseguir ser popular. Factores como la necesidad de gratificación inmediata, la escasa comunicación, la dificultad para tolerar el malestar y la frustración, escaso apoyo familiar y social, baja autoestima, consumo de sustancias, unido la búsqueda del reconocimiento social a través de las redes sociales, están influyendo directamente en el inicio de conductas de riesgo”, indican los expertos de la Clínica López Ibor. Por eso, es importante tener en cuenta unas pautas para reducir la exposición a las redes sociales, tal y como nos detallan desde la Clínica:

  1. Establecer límites y normas de uso del móvil. Concretar horarios y condiciones. Tiempo de exposición al día y cumplidas otras tareas de su responsabilidad (estudio, recoger el cuarto…). De esta manera educamos en ver las prioridades y necesidades asumiendo responsabilidades también en el uso correcto del móvil, juegos etc…
  2. Los adultos han de ser el reflejo de los límites de uso.
  3. El uso del móvil y de las RRSS no debe usarse como refuerzo de premio o castigo. Su utilización debe cumplir la función educativa, lúdica, de comunicación correcta pero no debería suponer un refuerzo.
  4. No usar el móvil en la cama, baño, en momentos consensuados de familia o en actividades programadas con familia o amigos.
  5. No utilizar el móvil de despertador. Dejar el móvil en la noche en otra habitación y en modo silencio o apagado.
  6. Proponer actividades de ocio saludable y gratificante y rutinas en hábitos que fomenten la actividad física, la sociabilidad e interacción con su grupo de iguales etc… estas actividades han de tener horarios y espacios concretos que rompan los hábitos establecidos para el uso de las tecnologías.
  7. Mostrar actitud de acercamiento, interesarse por el funcionamiento de las redes sociales, juegos, establecer una guía común de comunicación en los intereses del menor o adolescente con las tecnologías… Bloquear o limitar contenidos o usos y argumentar con ellos.
  8. Establecer consecuencias ajustadas y cumplirlas si no se cumplen las condiciones de uso pactadas.
  9. Fomentar la comunicación y en general en el ámbito familiar. Fomentar la expresión emocional, compartir el día a día, estimular y fomentar la creatividad, aprender y enseñar mecanismos de regulación emocional y gestión de la frustración…
  10. Pedir ayuda a profesionales cuando se tengan dudas o se muestren reacciones adversas difíciles de controlar cuando la situación esté suponiendo ya un problema de conducta.