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El macramé es una técnica milenaria para crear tejidos por medio de nudos que data su origen en el paleolítico y que, en la actualidad (miles de años después) se ha convertido en una de las tendencias decorativas más fuertes de la era millenial. Con las manos como única herramienta, el macramé ha evolucionado a lo largo del tiempo -y a través de las diferentes culturas- pasando de emplearse en la confección textil para formar parte de otros usos como el decorativo.
Los primeros en anudar, con el fin de decorar el borde de los tapetes, fueron los pueblos nómadas asirios y persas y de ahí, se asegura, llegó su nomenclatura, Migramah (flecos anudados) de la que deriva el nombre francés, Macramé. Ha pasado muchísimo tiempo y, sin embargo, este trabajo artesanal ha mantenido intacta una técnica que en los últimos años se ha convertido en una tendencia del lifestyle moderno.
La decoración es sin duda una de sus aplicaciones más exitosas y los nudos decorativos ya inundan nuestros hogares con creaciones como tapices, maceteros, posavasos o incluso complementos de moda. Sin embargo, el macramé posee una importante ventaja si nos decidimos a poner en práctica su relajante técnica.
La cuarentena que hemos vivido en todo el mundo, impuesta por la crisis sanitaria de la COVID-19 ha despertado un gran interés en esta iniciativa por los importantes beneficios que genera en nuestras emociones. Leonor Tinajero, coach empresarial, life-coach en arte terapéutico y creadora de la firma LeonorMacramaker nos ha explicado los importantes beneficios del macramé aplicados a la salud mental: "Crear con macramé es muy sencillo y puede desarrollar la parte de nuestro cerebro que nos ayuda a ser creativos", asegura la experta afincada en Londres. "Numerosas asociaciones de ayuda a la salud mental del Reino Unido, han reiterado que desarrollar habilidades creativas como la técnica del macramé ayuda de manera capital al desarrollo de nuestra resiliencia".
¿Como actúa la técnica del macramé en nuestra salud mental y a nuestras emociones?
Apoyándose en los estudios realizados por organismos como la organización británica Mind y en su trabajo como profesora de este arte, Leonor apunta algunos de los aspectos más relevantes de esta práctica artesanal como aliado para liberar estrés y aumentar nuestros niveles de felicidad: "En general, crear nos ayuda a reducir los niveles de estrés. De modo que, dar vida a una pieza de arte, ya sea un cuadro o un tapiz de macramé nos ayuda a hacer crecer nuestra autoestima y a calmar los pensamientos negativos, ya que este trabajo requiere un elevado nivel de concentración aunque sea en un periodo corto de tiempo". Este incremento en la creatividad, como apunta la experta, ha sido una pieza clave para muchos durante la cuarentena: "La creatividad nos ayuda a salir del estado de supervivencia en el que nos hemos encontrado durante el confinamiento dirigiendo nuestra mente a un nuevo estado asociado a la plena consciencia". Una relación directa con el mindfulness al que nos podemos acercar con la técnica del macramé.
Junto con estos conocimientos, la artesana y coach apunta a su experiencia personal como trabajo de campo gracias al cual ha descubierto muchos beneficios tanto en su propia persona como en la de sus alumnos: "Muchas de las personas que han asistido a mis cursos y muchos de mis compañeros de profesión han notado, al igual que yo, que cada nueva pieza que han comenzado a crear puede convertir incluso en un vehículo a la meditación". Un arte que es, sin duda, mucho más que una simple tendencia de decoración: "El macramé es una manera de conectar con nuestra parte creativa y dar un respiro a nuestra mente de pensamientos estresantes y negativos dirigiéndolos a algo bello, simple y sincero".
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