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La Llamada de lo Salvaje es una de las últimas superproducciones cinematográficas en la que el CGI, o lo que es lo mismo, Imágenes Generadas por Computadora, han conseguido crear un mundo cargado de efectos especiales y de realismo gracias al ordenador. En el caso de la última adaptación de la novela escrita por Jack London en 1903, todos los animales que aparecen en la cinta han sido creados digitalmente. Una realidad que, aunque no termina de convencer a muchos, permite a los creadores una libertad de movimiento mucho más amplia, mientras libera a los animales de agotadoras y numerosas horas de trabajo en el rodaje.
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El verdadero Buck
Para rodar esta complicada trama llena de aventura, la mejor opción era recrear los movimientos de un perro a través de la pantalla. Aunque los efectos han sido muy logrados, para llevarlo a cabo los artistas necesitaron encontrar a un modelo canino, que más tarde fue digitalizado. Es ahí donde entra Buckley, un perro mestizo que acaba de celebrar su primer año de vida en Instagram, donde cada día cuenta con más seguidores gracias al reciente estreno de La llamada de lo salvaje.
Se trata de una mezcla de San Bernardo con Collie o pastor australiano. Un can que vive en Los Ángeles, California – la meca de Hollywood- y cuya vida cambió drásticamente hace un par de años. Antes de convertirse en una 'estrella de la gran pantalla', Buck vivía en las calles de Kansas, donde una protectora lo encontró asustado, desnutrido y perdiendo mucho pelo. Después de que los cuidadores de Emporia Animal Shelter atendiesen al animal durante tres semanas de mimos y atenciones plenas, su 'nueva madre', Jessica Steel Sanders, decidió adoptarlo y llevárselo consigo a Los Ángeles tras enamorarse de él a través de Internet.
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Ha nacido una estrella
Una auténtica aventura tras la que Jessica condujo durante dos días seguidos de ida –más otros dos de vuelta- antes de que Buck pudiese encontrar la estabilidad definitiva. Casualidades del destino, el protagonista de la cinta dirigida por Chris Sanders –marido de Jessica y, por tanto, también dueño de Buckley –quiso que este se llamase igual que el perro de la novela de Jack London. Sin duda toda una coincidencia tras la que probablemente el cineasta no pudo resistirse a la hora de escoger a su mascota como modelo para su último gran proyecto. La vida de Buck ha cambiado completamente en este tiempo y ha pasado de ser un perro callejero a disfrutar de su familia, de su 'hermano' perro Brody y de todo tipo de lujos, además de, por supuesto, haberse convertido en una de las últimas 'sensaciones' de Hollywood que ya pasea por las alfombras rojas convertido en una estrella.
Una película llena de aventuras
Aunque en la película, encabezada por Harrison Ford, aparecen numerosos animales, el verdadero protagonista es Buck. Un perro cuya vida cambiará completamente después de escaparse tras ser secuestrado por un grupo de buscadores de oro. Buck encuentra la estabilidad al lado de John Thornton (Ford) y ambos emprenderán una aventura única por los confines de la tierra que nunca olvidarán.
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