Fibrilación auricular: una enfermedad sin síntomas que puede acabar en ictus

Te explicamos qué es esta enfermedad, qué factores predisponen a padecerla y cómo se puede diagnosticar para poder prevenir un desenlace fatal.

Por hola.com

Cuando pensamos en una enfermedad del corazón, nos viene a la cabeza un infarto. Sin embargo, hay otras que pueden ser también graves y no son tan conocidas por la inmensa mayoría de la población. La fibrilación auricular es una de ellas, por ejemplo. La gravedad que entraña es que puede presentarse sin síntomas y evolucionar hasta provocar un ictus si no se trata. 

"Muchas personas con fibrilación auricular no tienen síntomas y no saben sobre su enfermedad hasta que se descubre durante una exploración física y la relaización de un electrocardiograma", señala el doctor Joaquín Oscá, cardiólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre. Para evitar que desencadene un problema que ponga en riesgo la vida de la personas, es esencial  "la identificación precoz para iniciar el tratamiento", señala el especialista. Una intervención médica a tiempo mejora la calidad de vida y evita un disgusto. 

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¿Qué es la fibrilación auricular? 

Es la arritmia cardiaca más frecuente en el ser humano. Una arritmia es una alteración del ritmo del corazón. En el caso de la fibrilación auricular, no se produce una aceleración (taquicardia) o un latido más lento (bradicardia), sino un ritmo caótico e irregular. Esta alteración no es un problema en sí mismo, ya que el corazón puede funcionar con normalidad. El riesgo es que puede provocar acúmulos de sangre (coágulos) que 'viajen' hacia otros órganos vitales como el cerebro y ocasionar, por ejemplo, una embolia o ictus. 

La fibrilación auricular no entiende de sexos, ya que "afecta tanto a hombres como a mujeres. Se asocia a un incremento del riesgo de muerte e insuficiencia, mayor riesgo de ictus, deterioro cognitivo y disminución de la calidad de vida. Se estima que entre uno y dos millones de personas la padecen en España", apunta el doctor Joaquín Oscá, que es especialista en este tipo de afectación cardiaca. 

En cuanto a la causa de la enfermedad, en algunos casos la razón por la que se sufre una fibrilación auricular es genética debido a alguna mutación. Sin embargo, en general, obedece a otras enfermedades cardiacas, un problema en la glándula tiroides o la apnea del sueño. 

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Síntomas 

Como decíamos, la mayoría de las personas que sufren fibrilación auricular no presentan síntomas y esta afección pasa desapercibida. Sin embargo, hay algunas señales que te pueden poner en alerta. Los expertos recomiendan, de hecho, consultar con un médico, si se observa alguno de estos síntomas. Sobre todo si se pertenece a la población de riesgo: personas con edad superior a 65 años con hipertensión arterial o diabetes, o cualquier persona con edad superior a 75 años. 

  • Palpitaciones (sensación de un latido del corazón acelerado, incómodo e irregular o un aleteo en el pecho. 
  • Debilidad y fatiga 
  • Menor capacidad para hacer ejercicio 
  • Aturdimiento 
  • Mareos 
  • Dificultad para respirar 
  • Dolor en el pecho 

Cómo se realiza el diagnóstico

Para realizar un diagnóstico, el cardiólogo "solicitará un electrocardiograma para determinar si los síntomas se relacionan con la fibrilación auricular u otro trastorno del ritmo cardíaco (arritmia)". Un electrocardiograma es una prueba indolara en la que se colocan unos electrodos en la piel y se registra la actividad eléctrica que genera el corazón. Estos datos quedan grabados en un gráfico y el médico lo interpretará para sospechar o no que pueda haber una alteración en el ritmo cardioaco. 

Otras pruebas que puede realizar el especialista son: 

  • Holter 
  • Ecocardiograma
  • Análisis de snagre
  • Prueba de esfuerzo 
  • Radiografía de tórax

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Tratamiento 

Existen diferentes maneras de abordar la fibrilación auricular. Existen fármacos que pueden controlarla, por ejemplo, si el riesgo de sufrir complicaciones es bajo, bastará con la toma de aspirina y seguimiento por parte del médico. Si es más serio, puede ser necesaria la toma de anticoagulantes orales para evitar la formación de trombos. 

En algunos casos se puede realizar una ablación, que consiste en la introducción de un catéter por la vía femoral para encontrar el origen de la arritmia y quemarla. 

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