Muchos relacionan las vacaciones con días de sol y playa, de relax, de tranquilidad y descanso. Sin embargo, en estas fechas, pueden surgir desagradables compañeros de viaje muy relacionados con nuestra salud. Un ejemplo: la combinación entre calor y humedad (sumada a una posible contaminación bacteriana de las aguas de baño) resulta ser la principal causante de la otitis externa, también conocida como otitis de piscina u otitis del nadador. Una dolencia que afecta especialmente a los niños y adolescentes y que también puede tener como origen una excesiva e inadecuada limpieza del conducto auditivo (agua jabonosa, bastoncillos, etc).
Cuando se presenta, lo hace de forma súbita y generalmente por la noche. El conducto auditivo externo se inflama, produce un intenso dolor y picor, supuración, incluso pérdida de audición, fiebre y sensación de vértigo.
La prevención, fundamental
Así, con el fin de evitar tan incómoda afección es recomendable seguir una serie de consejos básicos: