La esencia, la verdad, la artesanía y la innovación se mezclan en una amalgama perfecta en los proyectos de Aisha Ballesteros. Esta arquitecta e interiorista mexicana está cambiando la forma de entender los espacios, las construcciones y los interiores. Hoy descubrimos las claves de su interiorismo único y personal.

La arquitectura, punto de partida y destino

Arquitecta de formación, Aisha Ballesteros comenzó a diseñar casas y espacios residenciales, pero su evolución profesional la llevó por otros derroteros. Cuando en 2007 entró a formar parte del estudio de arquitectura JSa, comenzó a realizar proyectos sociales y de carácter colectivo, como bibliotecas o museos, en los que tenía la oportunidad de vivir el diseño tiempo después.

JSa, Taller de Arquitectura, se localiza en Ciudad de México, aunque desarrolla su obra en diversos países del mundo.

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El poder de las sensaciones

Cuando Aisha Ballesteros comienza a diseñar un interior, se pregunta qué es lo que quiere hacer sentir a las personas. “Para mí el fin último del interiorismo es conseguir que los espacios despierten en nosotros determinadas sensaciones. Que nos lleven a otros lugares con la memoria. El ser humano vive de experiencias y yo busco que exista un concepto interior que provoque los sentidos y despierte recuerdos en las personas”, explica.

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Objetivo: espacios atemporales

El propósito de todo interiorista es crear espacios que perduren en el tiempo, que no tengan fecha de caducidad. Cuando esto se consigue, se ha llegado al secreto del mejor diseño de interiores. “Uno de los objetivos que nos fijamos a la hora de trabajar es el de lograr entornos atemporales, que sobrevivan como idea o como concepto, tanto en cuanto al espacio como a los elementos que lo integran”, afirma Aisha.

"Por eso cada vez soy más crítica con la cantidad de elementos que deben contener nuestros diseños. Creo que mi trabajo apuesta más por la arquitectura interior que por el uso de accesorios decorativos, con el objetivo de crear proyectos integrales capaces de resistir el paso de los años”.

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Proyectos de ámbito social y cultural

Durante mucho tiempo, esta arquitecta e interiorista se dedicó a diseñar espacios residenciales. Sin embargo, algo le faltaba. “Cuando los proyectos llegaban a su fin, no podía evitar sentir frustración, en cierto modo, por no poder vivir la evolución de esas casas en el tiempo. Al darme cuenta comencé a enforcarme más en proyectos públicos y culturales, ya que eran lugares a los que podía regresar para comprobar cómo estaban siendo vividos, de qué forma los “habitaban” las personas. Y eso me enseñó muchísimo”.

Durante esta etapa profesional Aisha proyectó la Biblioteca Personal Carlos Monsiváis y el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano, entre otros, lo que le valió diferentes galardones como la Medalla de Plata de la Bienal de Arquitectura de la Ciudad de México (2013) y la Medalla de Oro de la Bienal Nacional de Arquitectura Mexicana (2020).

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Diseñar un restaurante

Otra de las facetas del trabajo de Aisha Ballesteros se ha centrado en el diseño de espacios de restauración. Ha firmado el interiorismo de los restaurantes Pujol y Salón Rosetta en Ciudad de México, y de Ticuí, un establecimiento de cocina mexicana inaugurado en Madrid.

“Me encanta involucrarme en las cocinas de los chefs y darles la misma relevancia decorativa que a la sala. Pretendo que la cocina sea un lugar agradable y estético, además de funcional”, nos cuenta Aisha.

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La belleza de lo imperfecto

Simple pero sofisticado al mismo tiempo. Así es el estilo de Aisha Ballesteros a la hora de crear espacios. Habla un lenguaje arquitectónico y esencial, basado en los elementos artesanales. “En mis proyectos cobran gran importancia los oficios, la artesanía. Me ayuda a transformar la madera, el metal y otros materiales constructivos para darles un uso diferente”.

A la hora de definir el estilo de Aisha podríamos decir que encuentra la belleza en lo heterogéneo, en lo irregular, en las superficies no uniformes. “Prefiero mil veces algo imperfecto que algo que pretende ser perfecto”, explica.

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Un proceso creativo que es pura magia

Partiendo del propio espacio y de la experiencia o sensaciones que queramos provocar, se comienza a diseñar eligiendo los materiales, creando la distribución, apostando por una u otra gama de color.

“Cada proyecto es único y posee su propia identidad y concepto. En cada uno pretendemos crear un discurso específico a partir de los materiales y los componentes del diseño. Se seleccionan los muebles y los objetos más adecuados para reforzar nuestro mensaje”, explica Aisha. De esta manera los espacios van tomando forma, se van dibujando, se va definiendo su carácter.

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La importancia de la tradición

La tradición, y concretamente la artesanía, es un pilar fundamental en el trabajo de Aisha Ballesteros. “Por mucho que se tenga presente la innovación y la tecnología, no podemos olvidar el papel clave e insustituible que juega la tradición en el interiorismo”, explica la arquitecta.

“Recurrimos a la tecnología para que los objetos y componentes artesanales que forman parte del espacio cumplan con todos los estándares normativos de uso, pero procuramos que sigan siendo en esencia piezas de artesanía”.

Esto se ve claramente en los restaurantes proyectados por Ballesteros, y concretamente en el restaurante Ticuí de Madrid, en el que destaca el interés por relacionar la artesanía mexicana con la gastronomía. El diseño no es únicamente funcional y estético, sino que debe estar en sintonía con la cultura y la tradición mexicanas.

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El comal, un símbolo de la artesanía mexicana

Para poner en valor esa gastronomía tradicional mexicana, en muchos de los restaurantes diseñados por Aisha Ballesteros no falta un comal, un artilugio de cocina imprescindible en la cocina del país, tanto por su uso culinario como por su valor cultural.

Se trata de una plancha de metal o de barro que se calienta sobre el fuego y donde se preparan platos tradicionales y auténticos, al estilo de la mejor gastronomía mexicana.

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Apostar por la sostenibilidad

Tan importante como mantener viva la esencia de la cultura y la tradición mexicana en sus proyectos es para Aisha Ballesteros apostar en ellos por la sostenibilidad. De hecho, el futuro de la arquitectura será sostenible (más de lo que ya lo es) o no podrá ser de otra manera. “Desde JSa nos implicamos seriamente en lograr recursos eficientes: procuramos cuidar el agua, regenerar el suelo, recuperar recursos no renovables, buscar la sostenibilidad de los productos y en su funcionamiento”.

De hecho, Aisha diseñó una casa de descanso en el Valle de Bravo, cerca de Ciudad de México, a partir de materiales naturales como el barro o la madera, y con un sistema de recuperación y limpieza de agua de lluvia para el consumo doméstico.

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